Análisis de los "supuestos"
Anacronismos en el Oera Linda
por Hyranio Garbho
Una de las críticas más recurrentes al Oera Linda
tiene que ver con los anacronismos. Se
imputa al texto estar plagado de ellos; y se ha hecho recaer en esto el
principal resquicio en contra de su autenticidad. Nosotros creemos que estas críticas no son
infundadas del todo. Hay asidero en
muchas de ellas. Pero también pensamos
que muchos de los así llamados anacronismos no lo son en verdad; y pueden
explicarse, cuando no refutarse, en base a una argumentación muy sencilla -la
que es altamente probable y ha pasado inadvertida hasta hoy. Sostenemos que si hay anacronismos en el
texto éstos pueden ser perfectamente imputables al copista o al cronista del
Oera Linda; y hay razones fundadas para inclinarse a pensar así. Para esto, hay
que partir por resolver cuáles podrían ser eventualmente "anacronismos",
y cuáles efectivamente no lo son. Ello
nos impone la tarea de tener que distinguir, entre éstos, dos tipos o clases
distintas: los que vienen determinados por hechos que no pudieron suceder como
los narra el Oera Linda, por estar desfasados en el tiempo o lugar (según lo
que nos viene enseñado por la historiografía oficial); y los que responden a
formas sociales o estructuras de pensamiento imposibles de achacar a
determinados pueblos o regiones, por reflejar inquietudes típicas de épocas
posteriores (como las del siglo XIX, por ejemplo).
El anteriormente analizado relato de los viajes de
Tünis al mediterráneo respondería al primer tipo de estos anacronismos
propuestos aquí. En él se dice que Tünis llegó a las costas fenicias en una
época, el 2000 a.C., en la que no hay evidencia que haya habido allí
fenicios. Luego, se afirma, esto tiene
que ser un anacronismo. Pero no se ha
escrutado la posibilidad de que la palabra "fenicio" allí sea un
agregado del copista; e incluso, en alguna medida, también, del cronista. No hay que olvidar que el Oera Linda fue
fijado como texto por primera vez en el siglo V antes de Cristo, en una época
en que los fenicios eran ampliamente conocidos en todo el mundo
mediterráneo. El cronista pudo haber
querido decir que Tünis llegó a una región que en su tiempo (el siglo V antes
de Cristo) estaba ocupada por fenicios -aunque no lo hayan estado en los días
en que Tünis (esto es, quince siglos antes) llegó efectivamente allí. Si el texto original hubiera sido escrito en
el año 2000 a.C. éste sería efectivamente un anacronismo; pero el copista dice
que fue escrito en el siglo V antes de Cristo -por lo menos el pasaje que estamos
analizando- en una época en que la palabra "fenicio" y el pueblo al
que ésta remite, eran largamente conocidos.
Así, no parece que éste sea verdaderamente un anacronismo.
El Oera Linda fue escrito -por lo menos la parte más
antigua de éste- en el siglo V antes de Cristo.
Pero narra historias que acontecieron unos diecisiete siglos antes. En ello podría residir un principio fácil de
explicación de todos los anacronismos. Pues al estar sus autores tan lejos en
el tiempo de los hechos que narran se explica fácilmente que hayan podido incurrir
en tantas y tan comunes imprecisiones.
Esto no es nada anormal; por el contrario, es algo muy común -e incluso
esperable. Admitirlo constituiría un ejercicio de honestidad intelectual,
inclusive para los detractores más acérrimos del Oera Linda. Pues, después de todo, no cuesta mucho
imaginar que un cronista del siglo V a.C. haya podido carecer de la formación
más elemental con que cuenta un historiador moderno. Puestas así las cosas, resulta que los
anacronismos, antes utilizados para impugnarle autenticidad al texto, hoy
podrían muy fácilmente convertirse, por estas razones, en todo lo contrario.
Pero persiste todavía un hecho espinoso. Hay, entre los anacronismos del Oera Linda
-esto ya lo dijimos- los que son de dos tipos: los que refieren en los hechos
desfases espacio-temporales; y los que parecen ser construcciones subjetivas de
un tiempo muy actual. Es a este segundo
tipo de anacronismos a los que dedicaremos las siguientes líneas.
En un pasaje significativo del capítulo titulado
"Las Leyes del Gobierno de Los Burgos" puede leerse lo que sigue:
"Si ella
(la Volkmoder) es llamada a decidir sobre cualquier asunto judicial entre un
Grêvetman y la comunidad, deberá inclinarse siempre hacia el lado de la
comunidad, con el fin de conservar la paz;
porque es mejor que un solo hombre sufra a que lo hagan muchos"[1]
He aquí lo que consideramos como un anacronismo
puro. Pasajes como éste podrían
invocarse muy fácilmente en favor de la inautenticidad del manuscrito. Lo que en él se lee nos parece dudoso,
cuestionable y muy probablemente anacrónico.
La frase del pasaje que vuelve este articulado sospechoso es "...y
porque es mejor que un solo hombre sufra a que lo hagan muchos". Una simple lectura a estas líneas hace evocar
el texto neo testamentario de Juan 11, 49-50 en la que Caifás, sumo sacerdote
judío, aparece diciendo:
"... Vosotros no sabéis nada, ni
tenéis en cuenta que os es más conveniente que un hombre muera por el pueblo, y
no que toda la nación perezca".
En otro
pasaje del Oera Linda hallamos un capítulo entero que nos parece destacable en
la perspectiva del debate de los anacronismos.
Éste se titula "Los Escritos de Minnos II"[2]. Hacia la parte intermedia del capítulo puede
leerse lo que sigue:
"En otro tiempo, cuando la
peste asolaba el país, vinieron ellos (los sacerdotes) con una tropa entera de
gente y dijeron: "Estamos todos
haciendo ofrendas a los dioses para que ellos puedan llevarse lejos la
peste. ¿No nos ayudáis a rechazar su
ira? ¿O habéis traído vosotros mismos la peste a la tierra, con todas vuestras
artes? " "No", dijo Min-erva, "No conozco ningún dios que haga el mal, por
lo que no puedo pedirles que hagan el bien.
Yo sólo sé que hay un espíritu bueno, que es el de Wr-alda, y como él es
bueno, nunca hace el mal".
"¿De dónde entonces viene el
mal?", preguntaron los sacerdotes.
"Todo el mal viene de
vosotros, y de la estupidez de la gente que se deja embaucar por vosotros"
Respondió Hellênja. "Si vuestro Dios es, entonces, extremadamente
bueno ¿Por qué no aparta el mal?"
preguntaron los sacerdotes. Hellênja
respondió: "Frya nos ha puesto aquí,
y Kroder, esto es, la Rueda del Tiempo, debe hacer el resto. Para todas las calamidades pueden hallarse
consejos y remedios, pero Wr-alda quiere que debamos buscarlas por nosotros
mismos, a fin de que podamos llegar a ser fuertes y sabios. Si no hiciéramos esto, él nos abandonaría a
nuestros propios medios, a objeto de que podamos experimentar los resultados de
una conducta sabia o estúpida"[3].
Este pasaje evoca las clásicas discusiones teológicas
de la Europa medieval sobre el origen del mal y el rol de Dios en ello. También recuerda los debates teológicos de
los protestantes del siglo XIX sobre el mismo particular. Es, de hecho, en apariencia, un diálogo
imposible, en la perspectiva de la ética que conocemos de los pueblos
germánicos de antes del advenimiento del cristianismo. Hay algunos antecedentes de esta forma de
pensar en los diálogos juveniles de Platón.
Pero no sería descabellado pensar que en verdad corresponden a una
intercalación tardía al texto.
En otro pasaje del mismo capítulo se lee:
"La gente comenzó a
burlarse y a mofarse, por lo que ella no se atrevió a continuar con el
tema. Y se habría pensado que los
sacerdotes convocarían a una asamblea del pueblo para echarnos del país; pero
en vez de esto, en lugar de maltratarla, marcharon desde el pagano Krekaland
hacia el Alpa, proclamando que Dios todopoderoso se había complacido en enviar,
sobre el mar, en una nube, a su inteligente hija Min-erva, llamada también
Nyhellênja, para dar a la gente buenos consejos; y para que todos quienes le
escucharan se enriquecieran con sus palabras y fueran felices y gobernaran, al
final, en todos los reinos de la tierra. Por esto le erigieron estatuas en
todos sus altares. Anunciaron y
entusiasmaron a la gente común con consejos que ella nunca había dado. Y
relataron milagros que ella nunca hizo.
Astutamente se hicieron los dueños de nuestras leyes y costumbres; y con
destreza e ingenio fueron capaces de explicarlas y difundirlas a su
alrededor"[4].
En estas líneas, quizá más claramente que en el
ejemplo anterior, puede apreciarse un tipo de anacronismo de la segunda clase
descrita por nosotros. Es casi un relato
fabulado de lo que ha sido hasta hoy la historia del cristianismo, según un
particular punto de vista. Analicemos
esto por parte. Primero, el texto dice
de Nyhellênja que, en lugar de ser maltratada por los sacerdotes, éstos "marcharon
desde el pagano Krekaland hacia el Alpa, proclamando que Dios todopoderoso se
había complacido en enviar, sobre el mar, en una nube, a su inteligente hija
Minerva, llamada también Nyhellênja, para dar a la gente buenos
consejos". Esto, visto desde una
particular apreciación de la historia temprana del cristianismo, guarda muchas
semejanzas con los hechos que acaecieron inmediatamente después de la muerte de
Jesús. Sus discípulos -lo mismo que los sacerdotes en esta narración sobre
Nyhellênja- se fueron más allá de los límites de Palestina (hacia Grecia,
Egipto, Roma, etc.) proclamando que Jesús era un enviado de Dios y que había
venido a este mundo, entre otras cosas, para dar su sabiduría a los
hombres. Luego el texto agrega,
refiriéndose a Nyhellênja, lo que sigue: "Por esto le erigieron estatuas
en todos sus altares. Anunciaron y
entusiasmaron a la gente común con consejos que ella nunca había dado. Y
relataron milagros que ella nunca hizo".
Es ésta, a nuestro juicio, una clara alusión al cristianismo; y por lo
mismo, un pasaje que califica muy bien para lo que hemos llamado
anacronismo. Lo mismo que el texto
relata de Nyhellênja podemos decir que le aconteció a Jesús. En su nombre los sacerdotes cristianos le
erigieron estatuas en todos sus altares; anunciaron a destajo su segunda
venida; pusieron en su boca cosas que son altamente improbables que haya dicho
un judío del siglo I; y narraron milagros que no podemos estar ciertos que se
produjeran. En este sentido, la tesis de
Jensma, analizada al inicio, se vuelve altamente atractiva. Si nosotros quisiéramos mostrar, de una
manera didáctica, cómo fue que desde Pablo el cristianismo ha sido una
manipulación de la enseñanza, la obra y la vida de Jesús, con fines propios,
una historia de Nyhellênja, narrada en estos términos, se nos representa como
un relato muy adecuado -cuando no, una verdadera parodia sobre la vida de
Jesús. Es altamente probable que quien
redactó estas líneas haya querido desmitificar a Jesús (o des-divinizarlo); es
posible, también, que haya buscado minar el poder de las iglesias (católica o
protestantes). Después de todo, si es
posible reconocer, en un antecedente anterior a Jesús, todos los vicios que
después vendrán a desarrollarse en la Iglesia, una parodia como ésta sirve de
anclaje para hacer más visible aun la situación que se busca enjuiciar. Así, no es descabellado pensar que éste es también
un anacronismo; aunque, como en todo este tipo de cosas, no podemos sostenerlo
más allá de la especulación.
Hay, entre los que podemos calificar de anacronismos,
uno particularmente interesante. Se
trata de una narración cuyas semejanzas con la figura neo-testamentaria de
Jesús es todavía más evidente que en el ejemplo anterior. El nombre del héroe de estas sagas, en
frisio, es Jes-us. De entrada ya se
advierte que la semejanza no es cuestión de interpretación. El Oera Linda dice que Jes-us vivió en el
siglo VI a.C. y que era el hijo de un alto sacerdote y una princesa frisona de
la región de Kasamyr. Agrega que éste
era un amor prohibido por lo que Jes-us fue ocultado y negado como hijo. Llevado a vivir con los pobres de la ciudad
creció plenamente consciente de su alto linaje, por lo que se procuró para sí
adquirir toda la sabiduría que pudo. De
ese modo su inteligencia llegó a ser muy vasta; por lo que se agenció la
admiración del pueblo y el temor de los sacerdotes. Cuando fue adulto volvió con sus padres;
pero éstos volvieron a rechazarle.
Abrumado por el dolor vagó por todo el país. Entonces conoció a un marinero frisón quien
le enseñó las costumbres de los hijos de Frya. A partir de entonces se dedicó a
predicar el amor, la caridad, la justicia; y la intolerancia hacia los ricos y
los sacerdotes. La gente le conocía por
el nombre de Kris-en; pero su amigo frisón le llamaba Bûda. Los sacerdotes lo odiaban; por lo que Jes-us
se vio obligado a huir del país. Nada de
esto, sin embargo, impidió que su doctrina y su enseñanza se extendiera por
todas partes. Finalmente, tras doce años de viajar por diversos lugares, Jes-us
murió. El Oera Linda no aclara
cómo. Pero sí dice que sus amigos
conservaron sus enseñanzas y se encargaron de llevarla donde fuera que hubiera
gente predispuesta a oírlas. ¿Qué pasó
después de la muerte de Jes-us? Dejemos
que el propio cronista del Oera Linda nos lo aclare.
"Mientras la doctrina de
Jes-us se extendía sobre el planeta, los falsos sacerdotes fueron a la tierra
de su nacimiento a dar a conocer su muerte. Ellos dijeron ser sus amigos y
fingieron sentir gran dolor rasgando sus ropas y afeitando sus cabeza. Se
fueron a vivir en cuevas en las montañas, pero en ellas habían ocultado todos
sus tesoros e hicieron allí imágenes de Jes-us. Dieron estas estatuillas a la
gente sencilla. Les dijeron finalmente
que Jes-us era un dios; que esto él mismo se los había dicho a ellos y que
todos aquellos que creyeran su doctrina entrarían luego en su reino, donde todo
sería alegría y felicidad. Al advertir que ellos sabían que Jes-us se oponía a
los ricos anunciaron por todas partes que la pobreza, el sufrimiento y la
humildad eran la puerta de entrada a su reino y que los que habían sufrido más
en la tierra debían gozar de la mayor felicidad allí. A pesar de que sabían que
Jes-us había enseñado a los hombres a regular y controlar sus pasiones, ellos
enseñaron que los hombres debían reprimir sus pasiones, y que la perfección de
la humanidad consistía en ser tan insensible como las piedras frías. Con el fin
de hacer creer al pueblo que ellos hacían lo que predicaban fingieron la
pobreza hacia afuera y pretendieron haber superado todas sus pasiones sensuales
no teniendo esposas. Mas si cualquier muchacha hubiera dado un paso en falso se
le habría perdonado rápidamente. 'Los
débiles -decían- serán asistidos, y
para salvar sus almas los hombres deberán dar en gran medida a la Iglesia'. Actuando así, tuvieron esposas y niños sin
tener hogares, y fueron ricos sin trabajar.
Pero el pueblo se empobreció y llegó a ser más miserable de lo que había
sido nunca. Esta doctrina, que pedía de
los sacerdotes poseer no más conocimiento que hablar con engaño y pretender ser
piadosos mientras se actuaba injustamente, se esparció de Este a Oeste y vino
también a nuestras tierras"[5].
Valga la extensión de la cita para ilustrar
debidamente lo que es, fuera de toda duda, un auténtico anacronismo. Para quienes somos conocedores de la historia
del cristianismo es ésta una apretada forma de exponerla, bajo un particular
punto de vista, contrario a la tradición de las Iglesias. Pero veámoslo en detalle. Hay en estos relatos sobre Jes-us dos clases
de parecidos distintos: primero, están los que son circunstanciales; y luego,
los que responden casi al calco a la historia del cristianismo. También hay una serie de desemejanzas
interesantes sobre las que cabe apuntar algunas líneas -sobre todo porque bajo
la superficie de cada una de éstas yacen ocultan también bizarras formas de
coincidencias y sincronías. Vayamos con
lo primero. Las coincidencias
circunstanciales son: a) Sus padres. El Oera Linda dice que Jes-us era hijo de un
alto sacerdote del pueblo de Finda y una princesa de origen frisón. Del Jesús histórico también se puede decir
algo muy similar en este sentido. Los
evangelistas señalan, a su modo, que tanto María como José descendían por línea
directa del rey David[6]. De José se ha establecido que era un rabino;
es decir, una especie de sacerdote. Si María es descendiente de David hay
razones para imputarle un linaje real, y por tanto, la calidad de una
princesa. Sobre el rey David cabe
destacar algo muy curioso -y hasta ahora pasado por alto. La Biblia dice que
este rey era rubio y de bellos ojos (probablemente azules)[7],
una característica más típica del pueblo frisón que de los habitantes de la
región de palestina. Si ello fuera así y
María descendiera de él hay razones para pensar entonces en su probable origen
frisio b) Vivió entre los pobres. El
Oera dice que Jes-us creció entre los pobres del pueblo. De Jesús también se puede decir algo
similar. Aunque ambos eran de naturaleza
real vivieron, por diversas razones, entre la gente más humilde de sus
respectivos pueblos. c) La sabiduría y el temor de los sacerdotes. El Oera Linda dice que Jes-us cultivó la
sabiduría desde muy niño y que por ello se granjeó el temor[8]
y la antipatía de los sacerdotes. De
Jesús también se predica algo similar.
El tópico del niño sabio que habla con los más altos dignatarios y
sacerdotes de su pueblo es un lugar común en el relato del Oera Linda y en el
documento neo-testamentario. En Lucas
puede leerse, por ejemplo, que cuando Jesús tenía doce años discutía con los
sabios y los maestros de ley sobre complejos asuntos teológicos: la gente
quedaba estupefacta al oírle y se maravillaban de su asombrosa inteligencia[9]. d) El
contenido de la prédica. El Oera
Linda dice que Jes-us predicaba el amor, la justicia y la caridad por todas
partes. Lo mismo puede afirmarse también
de Jesús. Y aunque en general éstos son
rasgos de la predica de la mayoría de los sublimadores de la humanidad hay
algunos aspectos que ponen en sintonía de un modo mucho más enfático el perfil
doctrinario de estos dos personajes. Por
ejemplo: Jes-us "enseñaba a la gente a no tolerar a los ricos o a los
sacerdotes, y a protegerse a sí mismos contra la falsa vergüenza"[10]. También Jesús predispuso a su pueblo en
contra de los fariseos y sacerdotes de su época[11]. Pero el Oera Linda, además, sugiere que estos
sacerdotes representaban un rol parasitario en su sociedad. En un pasaje significativo dirigido contra
los sacerdotes se puede leer: "La
tierra (decía Jes-us) otorgó sus
tesoros a quienes trabajan, por lo que todos están obligados a cavar, a arar a
sembrar si quieren cosechar; aunque nadie está obligado a hacer nada por otro,
a menos que sea de buena voluntad".
Del mismo modo Jesús espeta cosas similares a los escribas y
fariseos. Por último, la antipatía entre
los sacerdotes y Jes-us, por un lado, y Jesús y los fariseos, por otro, se
refleja también en el hecho como éstos calificaban a ambos personajes: mientras
los sacerdotes llamaron "Fo" (falso) al Jes-us del Oera Linda; los
fariseos dijeron del Jesús histórico que era un blasfemo. e) Los
nombres de Jes-us. El Oera Linda
dice que Jes-us era conocido también como Kris-en y Bûda. Jesús es llamado en los evangelios Cristo,
que significa el ungido. La palabra Cristo deriva del verbo griego
"crisein", "jrisein" o "krisein" (χρισειν) que es muy similar a la palabra
"Kris-en". Por otro lado,
estos nombres también sugieren un paralelo con las figuras de Krishna y
Buda. Aunque "Kris-en" es
también una forma de decir "Cristo", el vínculo con Krishna nos viene
sugerido por la región en que se dice que predicó -Kasemyr, Cachemira, en la
India antigua- y la presencia también del nombre de Bûda. Krishna y Buda son dos avatares,
encarnaciones de Visnú, la divinidad indostánica. En cuanto encarnaciones son Dios hecho
hombre. Esto concuerda plenamente con lo
que dice el cristianismo que es Jesús.
f) La extensión de su doctrina. El Oera Linda dice que Jes-us se vio obligado
a huir de la ira de los sacerdotes. De
Jesús se dice que fue crucificado a causa de la instigación de los
fariseos. Pero en uno y otro caso estos
hechos no empañaron la obra de estos personajes. Tanto la doctrina de Jes-us como la de Jesús
logró extenderse más allá de los límites de su propio país. Y en ambos casos son sus amigos o discípulos
quienes se encargan de difundir su obra.
Es éste, por tanto, también, un caso típico de lo que hemos llamado
coincidencias circunstanciales. Formas
de parecidos que se evocan y remiten mutuamente, siendo sus desemejanzas
eventos muy menores, que atañen ora a las circunstancias, ora al tiempo; o al
lugar. Los parecidos casi al calco, en
cambio, son los más presentes en el relato del Oera Linda. Éstos no sólo refuerzan la hipótesis de la
anacronía, sino que, además, culminan por constituirse en la mejor evidencia en
favor de quienes se inclinan por su inautenticidad. Pero veamos esto en detalle. El Oera Linda dice que mientras se extendía
la doctrina de Jes-us los falsos sacerdotes se fueron a la tierra de su
nacimiento a informar su muerte. Allí fingieron ser sus amigos, rasgaron
vestiduras y afeitaron sus cabezas. El
giro de lenguaje "rasgar vestiduras" no es propiamente frisón,
nórdico o germánico. Es judío y
pertenece a la tradición de la Biblia.
Es lo que dice el texto neo-testamentario que hicieron personajes como
Caifás, los escribas y los fariseos del Templo.
Luego el Oera Linda agrega que los sacerdotes hicieron imágenes y
estatuillas de Jes-us y las dieron a la gente sencilla. La preocupación por las imágenes y representaciones
de Dios no es tampoco un interés de los pueblos germánicos; pero sí lo es de
los judíos bíblicos y de los protestantes en el cristianismo. Tras esto el Oera Linda afirma que Jes-us fue
proclamado Dios por los sacerdotes -y que ésta verdad les habría sido
comunicada a ellos por el propio Jes-us.
También la divinidad de Jesús fue decretada por concilio de los obispos[12];
y también ellos dijeron que, a su modo, a veces abiertamente, a veces en medio
de señales, fue Jesús mismo quien comunicó esto a sus discípulos. El Oera Linda sostiene que los sacerdotes
hicieron creer a la gente que quienes adoptaran esta doctrina heredarían el
reino y serías felices y plenos. También
la idea del reino es una idea cristiana.
No existe entre los pueblos germánicos noción alguna que evoque una idea
semejante. Lo más parecido podría ser el
Walhalla. Pero allí no se entra por
profesión de fe, ni por apegos a doctrinas más o menos dogmáticas. El derecho al Walhalla se conquista por medio
de la espada. Es la muerte en combate únicamente
lo que garantiza su posesión. Lo que
viene a continuación en el Oera Linda es prácticamente una crónica de la
historia del cristianismo medieval: sacerdotes que predicaban, en nombre de
Jes-us, pobreza y castidad, pero vivían muy cómodamente en sus conventos
fornicando, sin trabajar un día a nadie; y ostentando mayor riqueza que los
ciudadanos decentes del lugar. Es éste un retrato al calco de la historia de la
Iglesia cristiana en medievo.
Finalmente, el Oera Linda dice que fue ésta una doctrina que se esparció
de Oriente a Occidente y llegó también a las tierras del norte de Europa, a las
tierras frisonas, al país de los autores de estas crónicas. Ésa es exactamente la dirección que sigue la
expansión del cristianismo. De tal modo
que la identidad entre un relato y otro, en todas sus líneas y aspectos, revela
una forma de coincidencia perfecta -razón suficiente para sospechar
justificadamente de su autenticidad.
Pero esto no es todo.
Hacia el final el Oera Linda agrega un texto de extraordinario valor
profetal. Helo aquí expuesto en toda su
extensión.
"Pero cuando los
sacerdotes crean que han extinguido por completo la luz de Frya y de Jes-us,
todos los hombres que hayan preservado en silencio la verdad entre ellos,
ocultándola a los sacerdotes, se pondrán de pie. Éstos serán de sangre regia (sangre de
príncipe), sangre de sacerdote, sangre slâvona
y sangre de Frya. Harán su luz visible,
por lo que todos los hombres verán la verdad y exclamarán: "¡Ay de los actos de los príncipes y de los
sacerdotes!" Los príncipes que aman la verdad y la justicia se separarán
de los sacerdotes; entonces correrá la sangre, mas a partir de esto la gente
ganará nuevas fuerzas. El pueblo de Finda contribuirá con su industria al bien
común, la gente de Lydas con su fuerza, y nosotros con nuestra sabiduría.
Entonces los sacerdotes falsos serán barridos de la tierra. El espíritu de
Wr-alda podrá ser invocado en todas partes y siempre. Las leyes que Wr-alda
inculcó en el principio en nuestras conciencias serán las únicamente oídas. No
habrá ni príncipes, ni amos, ni gobernantes; a excepción de los elegidos por la
voz general. Entonces Frya se regocijará y la tierra únicamente dará sus frutos
a quienes la trabajan. Todo esto comenzará 4.000 años después del hundimiento
de Âtland; y 1.000 años después habrán desaparecido todos los sacerdotes y la
opresión"[13]
Hay, respecto de estos pasajes, muchas cuestiones
interesantes sobre las que comentar.
Primero: el texto hace referencia a una época de opresión. En ésta, los opresores creerán que han
extinguido por completo la luz de Jes-us y Frya. Si omitimos a Jes-us de este
relato, por considerarlo una intercalación en lo que pudo ser una narración
original, y nos quedamos únicamente con Frya, esta cuestión se torna altamente
sugerente. Frya es la diosa luz de la
proto religión pagana de los germanos.
El Oera Linda dice que vendrá una época en la que los hombres que hayan
preservado en silencio su verdad se pondrán de pie y se alzarán contra la
opresión. Esta época vendrá cuando los
sacerdotes crean que han extinguido por completo la luz de Frya. ¿No es acaso la nuestra ésa época? Éstos volverán a hacer visible la luz de Frya
y denunciaran los actos y las vilezas de los príncipes (los gobernantes),
quienes habrán estado coludido hasta entonces con los sacerdotes. Ahora: ¿quienes son éstos sacerdotes? En
nuestra opinión, los de las Iglesias cristianas (incluyendo la católica) no lo
son. Los buenos gobernantes se separarán
de estos impíos sacerdotes. Y correrá la
sangre -¿habrá guerras?-; pero a partir de ello la gente ganará nuevas fuerzas
y todo volverá a su equilibrio natural.
El pueblo de Finda -los asiáticos- contribuirán al bien común con su
tecnología y su industria; los hijos de Lyda -los africanos- con su trabajo; y
los hijos de Frya con su sabiduría. Los
sacerdotes serán barridos de la tierra.
Y todo esto comenzará 4000 años después del hundimiento de Âldland, esto
es, en el año 1807 de nuestra era; y tardará 1000 años más, todavía, en
completarse. Es ésta una profecía
interesante. No resulta, en absoluto,
idéntica o parecida a otra cualquiera de la tradición cristiana. Ello nos pone en la perspectiva de imaginarla
como un texto del todo diferente a los que hemos analizado aquí
previamente. Y nos autoriza a desplegar
ya nuestra hipótesis en los párrafos siguientes.
Sostenemos que el Oera Linda es un híbrido en el que
algunas partes son apócrifas y otras muy altamente auténticas. Es posible -y probable- que las tradiciones
de los nórdicos germanos de la Frisia antigua hayan sido preservadas por un
linaje familiar en ciertos manuscritos, transmitidos y copiados de generación
en generación, a través del curso de los siglos. Es posible -y probable también- que en estos
manuscritos, cada nueva generación, haya intercalado información distinta de la
original, haciendo de este texto un híbrido plagado de anacronismos; y
justificando así la imputación de inautenticidad. Después de todo, a diferencia de otros
manuscritos antiguos, el Oera Linda, a expresa confesión de parte, es un
manuscrito que se ha venido copiando y re-copiando desde hace dos mil
seiscientos años. Y la probabilidad que
en cada copia, cada nuevo copista, haya no sólo copiado, sino interpretado la
información e intercalado nuevas cosas, según sus nuevos antecedentes, es altamente
probable. Así, es muy posible que en el
texto original se haya leído, en el comentado pasaje de los viajes de Tünis,
que éste simplemente llegó a las costas del norte de las tierras de Lyda
(África), y el copista, con la nueva información disponible en el siglo VI
a.C., haya agregado la palabra "fenicios". Del mismo modo, las referencias a un sabio de
Kasamyr, cuya sabiduría pudiera haber sido en extremo semejante a la de Jesús,
pudo haber llevado al copista a identificarlo con él, al punto de llamarle
Jes-us; y recrear, a partir de estas semejanzas, la historia primera del
cristianismo. Este copista pudo haber
sido Liko Ovira Linda, cuya opinión sobre los sacerdotes, en todos sus puntos
tajante, no está en absoluto lejos de la que ostentaron otros contemporáneos
suyos, como Aldeberto, Tankelmo o el mítico Eun della Stella. No descarto con ello que haya habido también
otras intercalaciones más recientes al texto.
La carta de Ljudgêrth, por ejemplo, puede ser perfectamente
un caso de éstos. Ello explicaría los
dos tipos de hojas distintas que, según los resultados arrojados por los
análisis, contiene el Oera Linda. También dilucidaría los misterios relativos a
los anacronismos; y lograría explicar, de paso, la coexistencia, en un mismo
texto, de los diversos dialectos de frisón antiguo y moderno. Si todo esto que es probable fuera posible el
Oera Linda vendría a ser un texto en esencia auténtico. Esto es: que prescindiendo de los detalles,
en el grueso de las historias que se narran, persiste un alto grado de probabilidad
y de verosimilitud. Ese grueso de las
crónicas del Oera Linda nos dice que hubo un pueblo germánico que civilizó al
mediterráneo; y no sólo a éste, sino también, a las tierras de nuestra américa
románica; y también a la lejana India. Agrega que ese pueblo germánico era
originario de un continente desaparecido, hundido en los mares del norte, al
que sus habitantes llamaron luego Âldland, la Atlántida. Y que su civilización avanzó de Occidente a
Oriente, no al revés (salvo en el caso de Nêf Inka que habría marchado hacia
las costas del continente americano), llevando una cultura del todo originaria,
cuyos rastros pueden pesquisarse, todavía hoy, en todos los rincones del
planeta.
En esta línea de argumentación se nos imponen como muy altamente probables
las historias referidas sobre Nêf Tünis y Nêf Inka, Ulysus y Kalip, Minos y
Krêtar, los Golen, los Kåltas (Celtas) y los Trowydas (Druidas); e incluso lo
ya analizado, en un otro sentido, sobre Jes-us y Nyhellênja (Min-erva). En lo que sigue revisaremos en detalle las
condiciones de posibilidad de todas estas historias. En algunas de ellas los grados de
coincidencia con lo establecido por la historiografía oficial son
verdaderamente sorprendentes.
Iniciaremos nuestro análisis por las ya conocidas historias de Jes-us y
Nyhellênja. El tenerlas frescas en la memoria facilitará la exposición de lo
que intentamos comunicar. A una nueva
luz estas historias nos resultarán sorprendentemente diferentes.
[1] Oera
Linda, versión castellana de Hyranio
Garbho, capítulo: "Las Leyes del Gobierno de los Burgos". El paréntesis corresponde a nosotros.
[2] El
capítulo original en frisio es "Ut-a skrifta Minnos", el que puede
traducirse como "Acerca de los Escritos de Minnos".
[3] Oera
Linda, versión castellana de Hyranio
Garbho, capítulo "Los Escritos de Minnos II".
[4] Oera
Linda, versión castellana de Hyranio
Garbho, capítulo "Los Escritos de Minnos II".
[5] Oera
Linda, versión castellana de Hyranio
Garbho, capítulo "Los verdaderos Frisones".
[6] Mateo
1, 1-16; Lucas 3, 23-38. Si bien es
cierto Lucas no menciona a María en esta genealogía queda claro que éste es su
linaje, pues difiere del de Mateo que es efectivamente el linaje de José y
parte del de Helí que es el presumiblemente el padre de María. Si Lucas dice que Helí es el padre de José es
porque éste adquiere esa calidad al ser el esposo de María. En el mundo
antiguo la descendencia por la vía materna no cuenta: de allí que Lucas no
nombre a María, pero nombre a José, su sustituto político en la línea de
descendencia de David.
[7] 1
Samuel 16:12 y 1 Samuel 17:42
[8] En un
pasaje significativo del Oera Linda puede leerse: "La gente lo miraba con
respeto y los sacerdotes temían a sus preguntas". Oera Linda, versión castellana de Hyranio Garbho, capítulo "Los verdaderos
Frisones".
[9] Lucas
2, 40-52
[10] Oera
Linda, versión castellana de Hyranio
Garbho, capítulo "Los verdaderos Frisones".
[11]
Mateo 23, 1-34; Lucas 11, 37-47
[12] La
divinidad de Jesús fue discutida y decretada en el Concilio de Nicea, celebrado
en Nicea en 325 d.C.; y fue ratificada en el Concilio de Constantinopla en 381
d.C.
[13] Oera
Linda, versión castellana de Hyranio
Garbho, capítulo "Los verdaderos Frisones".
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