domingo, 20 de octubre de 2013

El Misterio del Oera Linda X


Wodin, Nêf Tünis y Nêf Inka

por Hyranio Garbho


En el Oera Linda se habla de tres legendarios primos cuyas hazañas son memorables para el pueblo frisón.  Sus nombres eran Wodin, Tünis e Inka.  Wodin, el mayor de ellos, vivía en Lumkamâkja; Tünis e Inka eran oriundos de Aldergâmude.  El Oera Linda narra que estos primos sobresaldrían como bravos guerreros en la conflagración que enfrentó a los frisones contra los mâgjares y finneses.  Convocados a la guerra por la Êrêmoder Minna, en Ast-flylând, los jóvenes guerreros se reunieron y nombraron a Wodin como su jefe militar.  Tünis sería nombrado jefe de las fuerzas navales; e Inka sería elegido su almirante.  Los barcos zarparon entonces hacia Dinamarca, llevando a Wodin y su poderoso ejército a bordo.  La guerra fue favorable a los tres primos y lograron derrotar al malvado Mâgy -líder natural de los mâgjares.  Pero el Oera Linda dice que, con engaños,  adulaciones y encantamientos mágicos Mâgy logró ablandar el carácter de Wodin y ganarlo a su favor.  Le ofreció en matrimonio a su propia hija; y merced al uso de hierbas mágicas logró hacer que Wodin renegara de Frya y de Wr-alda.  Con el tiempo Mâgy logró el control absoluto sobre él; porque Wodin, un guerrero bueno en esencia, podía ser fuerte y valiente, pero no era clarividente.  Esto es, al menos, lo que dice de él el manuscrito frisón.  Seis años duró su reinado y luego desapareció.  Mâgy dijo que había subido a los cielos.  Su hijo, el hijo de Wodin, reinó entonces como su heredero.  Pero al no tener la edad para el cargo, Mâgy, que era su abuelo (no olvidar que la hija de éste se había casado con Wodin), asumió nuevamente como rey.

Otro fue el destino que tuvieron Tünis e Inka.  Por motivos que el Oera Linda no explica, cuando Tünis e Inka decidieron retornar a casa, no pudieron recalar en ningún puerto de la vieja Friesland.  La Volkmoder en Texland se los había prohibido.  Ello obligó a que estos dos primos  dirigieran sus embarcaciones hacia las costas de Cadiz, cerca del estrecho de Gibraltar; y se abastecieran allí con víveres y diversas provisiones.  El Oera Linda narra que Tünis deseaba navegar el mediterráneo; pero Inka quería marchar hacia los mares de occidente, donde pensaba que podía hallar restos de la desaparecida Âldland, que por su altura no se hubieran hundido. No pudiendo llegar a un acuerdo decidieron separar sus destinos.  Inka izó velas en dirección oeste y navegó hacia lo profundo del océano atlántico.  El Oera Linda narra que jamás se volvió a saber nada de él.  Tünis, en cambió, cruzó el estrecho de Gibraltar y navegó el mediterráneo.

La historia de Tünis, el legendario rey del mar frisón, ya ha sido narrada, en parte, en este estudio.  A modo de síntesis digamos que navegó hasta las costas fenicias y fundó allí una ciudad en honor de Tyr, a la que llamó Thyrsburgt. Hizo buenos tratos económicos con los fenicios, particularmente con los habitantes de Sydon, lo que le hizo enormemente rico, granjeándose gran fama como soberano de todo el mediterráneo.  Hacia el final de sus días volvió a Friesland cargado de riquezas.  Allí le recibieron con honores.  Le consideraron un rey tan grande que no pudieron evitar deificarlo a su muerte.  Le llamaron "Primo Tunis" -en frisio Nêf Tünis- y lo consagraron como dios eterno de los mares y los océanos. 

Es evidente el sincronismo entre Nêf Tünis y Neptuno, el dios del mar de la mitología romana.  Lo mismo que es obvio el paralelo entre Wodin y Odín, el mítico dios guerrero de la mitología escandinava -llamado Wotan entre los germanos, nombre que deriva efectivamente de Wodin.  Hay, por cierto, en estos paralelos, ciertas discrepancias.  Wodin, por ejemplo, es descrito como un fuerte y valiente guerrero, que no obstante no tenía sabiduría.  Esto contrasta seriamente con lo que sabemos de Odín o Wotan, cuya sabiduría obró el develamiento de las runas; y bebió del pozo de Mimer.   Otro tanto podemos decir de Tünis.  Pero el caso más interesante de los tres primos, quizá por nuestra posición geográfica, es el de Inka o Nêf Inka, quien navegó hacia los mares de occidente y nunca más se volvió a saber de él.  Por su nombre, es muy difícil que no le asociemos a los Incas.  Y si el Oera Linda dice que marchó hacia los mares occidentales en busca de algún refugio de la Atlántida, con mayor razón nos vemos obligados a sostener este paralelo.

Sobre la presencia de los Dioses blancos en América hay información abundante.  Muchas de estas noticias nos han sido aportadas por los propios cronistas españoles.  Cuando éstos llegaron a América se encontraron por todas partes con historias sobre ciudades encantadas en los Andes habitadas por "Dioses Blancos".  Paititi, Elelín, Aztlan, Thule, Kalasasaya son sólo una pequeña muestra de estas leyendas.  Los aztecas, por ejemplo, decían que Quetzalcóatl había venido de una isla situada en los mares del este llamada Aztlan.   Vino allí el Dios como portador de cultura, pero horrorizado por los sacrificios sangrientos se marchó; aunque prometió volver un día.  Esta leyenda del Dios blanco que promete volver un día se repite también en los andes peruano-boliviano.  Allí el Dios es conocido como Viracocha.  ¿Es Viracocha una especie de Quetzalcóatl peruano?  O mejor aun: ¿Son ambos, Viracocha y Quetzalcóatl, una evocación de un marino frisón que surcó los mares del atlántico, en búsqueda de los restos de su patria perdida, Âldland, y que el Oera Linda llama Nêf Inka? ¿Son, en este sentido, los incas, una realeza  descendiente de estos marinos frisones que llegaron a América, bajo el mando de Nêf Inka, probablemente hacia el 2000 a.C.?  Un interesante análisis realizado en Inglaterra a tres momias incas halladas en sepulcros reales reveló que su composición sanguínea no coincidía plenamente con los patrones sanguíneos de la población indígena nativa.  Los incas florecieron en Perú hacia el siglo XIII.  Es probable que una línea de ascendencia se haya mantenido desde los lejanos días de Nêf Inka, cuyo nombre evoca el título dado al emperador, hasta la época de la aparición de los incas en la escena de la historia.  Si ello es así podríamos explicar de manera satisfactoria el asombroso parecido cultural (relativo a la organización social y las leyes) que persiste entre éstos y los antiguos frisones.  Robert Scrutton ha detallado todos estos aspectos en su libro sobre la Otra Atlántida. A nosotros no nos queda más que admirarnos y complacernos en ello.  Después de todo, la presencia de los vikingos en América -como la de otros pueblos germánicos y escandinavos- ya ha sido ampliamente probada por otros interesantes estudios e investigaciones llevadas a cabo desde los años cincuenta.  En lo que a nuestra opinión respecta ellos dicen lo que, por otras vías, viene testimoniado en el Oera Linda.  A ellos, el texto frisón sirve como una prueba más entre las innumerables evidencias de la presencia de estos pueblos en América.

El Misterio del Oera Linda IX


Los Golen, los Kåltas y los Trowydas

por Hyranio Garbho


Los capítulos dedicados a los golen, los kåltas y los trowydas son quizá de lo más interesante que hay en el Oera Linda.  Sobre todo, porque su particular punto de vista nos ofrece una visión del todo novedosa sobre estos asuntos.  Sumariamente hablando se ha asumido que los golen son los clásicos Galos; y que los kåltas y los trowydas son, respectivamente, los Celtas y los Druidas. Nosotros compartimos plenamente esta opinión.  Pero el Oera Linda agrega algunas cosas, todavía más interesantes, sobre las que no se ha reparado aún debidamente.  Por de pronto, el nombre de los golen, su verdadero origen; y su particular carácter.   Es a este núcleo de cuestiones que dedicaremos las siguientes líneas.

Lo primero que nos asalta como una cuestión relevante es el nombre de este grupo, la palabra con la que se los designa, esto es, "golen".  Esta palabra no tiene raíz germánica; y difícilmente la reconocemos entre los sonidos que evocan el idioma frisón.  Ignoramos, por tanto, cual pueda ser su procedencia.  Aunque no podemos dejar de advertir su similitud con palabras surgidas en otros suelos idiomáticos.  El nombre "Golen" nos suena muy semejante a la palabra Golem con la que se significa en el mundo judío a una creatura sin alma verdadera, sin espíritu, hecha de materia inanimada; y que resulta una especie de robot bajo control mental de otros seres.  Esto es, para nosotros, algo sumamente sugestivo.  En los pueblos germánicos lo que define a un hombre verdadero es el espíritu.  Con la expresión "golen" el Oera Linda puede estarse refiriendo a la "gente" o a los "pueblos" que, desde el punto de vista del cronista frisón, hayan sido percibidos como gente "sin alma".  Sobre estas curiosas anotaciones volveremos más adelante.  Conviene decir antes otras cosas en mérito a la inteligencia del relato.

La primera referencia que hace el Oera Linda de los golen les vincula de inmediato con los trowydas; y no habla de ellos en términos de un pueblo -como cuando se refiere a los krekalander (griegos) o finneses (finlandeses)- sino que les identifica como una casta sacerdotal, a quienes se les llama "trowydas" por ser falsos e hipócritas.  El texto dice clara y contundentemente que provenían de Sydon -probablemente la Sidón fenicia en el lejano Líbano, al norte de Palestina.  Este dato es de una importancia decisiva, pues sitúa en el mundo fenicio el hasta ahora desconocido origen de los celtas -celtas o galos como se les llamó indistintamente. El relato del Oera Linda dice que estos golen (o galos) llegaron primero a Missellja (presumiblemente Marsella, o una de las islas en el mediterráneo frente a sus costas) y la quisieron comprar. Entonces nadie advirtió el enorme error que con ello se cometía; y que sólo cuando los frisones fueron conscientes de esto dieron a esta Isla el nombre de Missellja, que significa precisamente "mal vendida"[1].  Esto es, también, por cierto, algo sumamente interesante.

Pero vayamos por parte. Según el Oera Linda los golen eran sacerdotes misioneros[2] de Sydón.  Este es un dato muy relevante.  Esta ciudad, fundada en el tercer milenio antes de Cristo, fue en sus orígenes una de los más importantes enclaves del mundo fenicio.  Comparable únicamente con Tiro, respecto de la cual era, de hecho, más antigua, Sidón fue, en los tempranos días de la fenicia primitiva, la ciudad más importante en toda la región norte de Palestina.  Si el Oera Linda tiene razón, y los golen eran en efecto sacerdotes de origen fenicio, queda establecido entonces, también, el origen fenicio de los druidas.  Esta es una cuestión importantísima; y de paso, una hipótesis de proporciones.  

Sobre el hecho que los golen eran fenicios el Oera Linda no deja lugar a dudas.  Lo dice y lo repite sin ambages en múltiples pasajes.  En uno de ellos, muy significativo, puede leerse lo que sigue:

"Los romanos, además, vivían en enemistad con los phonisjar (fenicios); y sus sacerdotes, los sacerdotes romanos, que deseaban asumir solos el gobierno del mundo, no podían soportar a los desagradables golen. Primero tomaron de los phonisjar Mis-sellja (Marsella) -y luego todos los países situados al sur, al oeste y al norte, así como también la parte sur de Britanja (Bretaña)- ahuyentando siempre a los sacerdotes phonisjar, esto es, a los golen, de entre los cuales miles buscaron refugio en el norte de Britanja"[3]

Y en otro pasaje, igualmente interesante, se lee:

"Los golen, como fueron llamados los sacerdotes misioneros de Sidón, se habían dado cuenta que la tierra estaba escasamente poblada y que ellos estaban lejos de la Volkmoder.  A fin de dejar una impresión favorable se hicieron llamar, en nuestra lengua, los "buscadores de la verdad"; pero mejor se hubieran llamado "inhibidores de la verdad", o en una forma más corta "Trjuwendne", como de hecho les llamó después nuestra gente de mar"[4]. 

Con esto queda establecido el verdadero origen de los golen (galos).  Y con ello, también, el origen de los trowydas (druidas).  Sobre los Kåltas (Celtas) el Oera Linda dice que eran de origen germánico, pero finalmente corrompidos por los golen.  Estas afirmaciones son corroboradas por la historiografía oficial si se las consulta debidamente.  Sabemos, por ejemplo, según esas fuentes, que los "galos" fueron conocidos originariamente como "celtas"; y que sólo a partir de los romanos fueron llamados "galos".   Los griegos llamaban "celtas" (keltoi - κελτοι) a todos los pueblos que, en su opinión, se hallaban "más allá" de alguna tierra por ellos conocida.   Así, los keltoi o "celtas" eran los pueblos que habitaban las regiones "más allá" de los Alpes, "más allá" de los Ligures, "más allá" de los pilares de hércules; "más allá" de la aurora boreal (de la que no sabemos por qué los griegos tenían noticias).  Esto llevó a que los griegos identificaran a los "celtas" con los hiperbóreos.  Y probablemente hayan tenido razón, si los "celtas" eran, como efectivamente pensamos, los pueblos germánicos que supervivieron de la desaparecida Âldland o Atlántida. 

Pero los golen eran otra cosa.  El Oera Linda nos dice que los golen llegaron a Europa instalándose primero en Missellja (Marsella), isla que habrían comprado.  No eran propiamente tal un pueblo, sino una casta de sacerdotes misioneros fenicios.  Sobre esto ya hemos dicho suficiente en las líneas precedentes.  Pero lo que no hemos dicho es como llegaron a identificarse con los kåltas (celtas).  El Oera Linda nos habla de una sacerdotisa llamada Syrhed quien gobernó en Flyburgt hacia el año 1600 antes de Cristo.  Era ésta una sacerdotisa de oscuros tratos, cuya rivalidad con Nyhellênja (Min-erva) le llevó a protagonizar una guerra.  El Oera Linda la describe como celosa, intrigante; pero dice también de ella que era bellísima y muy inteligente.  Sus consejos eran oscuros e incomprensibles; y por eso los marineros le llamaron Kålta. Odiaba a Min-erva porque ésta se ganaba siempre el favor de todos; y quería ser más que ella. Frustrada por no lograrlo se fue con los mâgjares para aprender trucos de brujería. Y cuando supo lo suficiente marchó con los golen; pero tampoco esto le dio resultado.  Enemistada también con Jon, el legendario rey del mar de Âlderga, sufrió los embates de éste cuando Flyburgt fue incendiada.  Ella logró huir; pero la lámpara[5] de su ciudad y algunas sacerdotisas quedaron bajo el poder de Jon.  En su escapada algunos pueblos de la región dominada por el río Escalda se le unieron.  Y la guerra entre Kålta y Minerva fue entonces más cruda que nunca.  Paralelamente a estos hechos algunos golen habían tomado sus embarcaciones y marchado por las costas del mediterráneo desde Missellja a Kâdik, y desde Kâdik a Brittanja.  Pero no pudieron influir en el gobierno de esta región, porque éste era fuerte y porque sus habitantes aun eran "Hijos de Frya".  El Oera Linda dice que Brittanja era entonces una Isla a la que eran enviados, en calidad de exiliados, todos los frisones que habían sido juzgados por delitos comunes o infracciones contras las leyes de Frya.  Allí debían pagar sus crímenes extrayendo hierro o estaño de las minas.  Eran, según nos cuenta el Oera Linda, una población relativamente numerosa.  A ellos se dirigieron primero los golen.  Pero nada pudieron hacer por influirles; pues pese a que eran exiliados allí seguían manteniendo su lealtad firme hacia al pueblo de Frya.  Entonces vino Kålta y los arengó; y les prometió grandeza y libertad si le seguían al continente, y le proclamaban como su Volkmoder.  Éstos hicieron lo que ella les dijo; y de ese modo Kålta se hizo con el gobierno de los Estados al sur de Friesland hasta el Sêjene (el río Sena).  En las regiones altas de estas tierras construyó una ciudad a la que llamó Kåltasburg (la actual Carnac británica en Francia)[6], desde la que gobernó como Volkmoder, pese a la férrea oposición de sus habitantes, que desde entonces fueron llamados "kåltas", es decir, habitantes de la ciudad de Kåltasburgt.  Los golen, entonces, dominaron Brittanja, que había quedado no sólo despoblada (con muy pocos habitantes frisones), sino, además, sin sacerdotisas ni lámparas verdaderas.  El Oera Linda lo dice del siguiente modo:

"Los golen gradualmente llegaron a tener el dominio sobre toda Brittanja.  Y esto fue así, porque, en parte, ya no había allí ninguna ciudadela; pero, también, porque ya no tenían ninguna Burgtmaagden. Y, en tercer lugar, porque sus lámparas no eran verdaderas. Por todo esto el pueblo dejó de aprender. Y llegaron a ser estúpidos y torpes. Y, habiendo permitido que los golen les robaran sus armas, fueron llevados por ahí como toros con un anillo en la nariz"[7].  

Fue así como los golen se hicieron fuertes en Brittanja y mil años después, aprovechándose de las querellas internas de los frisones por la elección de una nueva Êrêmoder, tomaron posesión de las tierras del continente y vencieron con facilidad a los debilitados (moralmente debilitados) hijos de Frya.  El relato frisón nos lo cuenta así:

"Después que Mâgy fue asesinado y el Fryasburg hubo sido restaurado se eligió una nueva Êrêmoder.  Mi madre fue la elegida, pero ella rechazó ser la Volkmoder (...) todas las otras sacerdotisas quisieron entonces ser la Volkmoder.  Cada Estado tomó partido por su propia Burgtmaagd y no cedieron en esto (...) Tales procedimientos acarrearon disputas entre los Estados y así se rompió el lazo que los unía.  La gente de un Estado llegó a sentir celos de la gente de los otros Estados, o, al menos, llegó a considerarlos como extranjeros.  A consecuencia de esto los golen o trowydas tomaron posesión de nuestras tierras hasta el Skelda y los mâgjares hasta el Wrsâra"[8].
 
Es probable, por estos hechos, que los golen se hayan establecido primero en Bélgica y luego en Francia. Después de todo, la colonia que mantenían en Marsella seguía existiendo. Posteriormente algunos grupos de ellos emigraron hacia los Alpes, instalándose en Suiza y luego en el norte de Italia.  La historiografía oficial nos dice que los galos eran un pueblo (o un conjunto de pueblos) extraordinariamente nómades, movedizos; de constante inmigración.  Esto calza a la perfección con lo que nos viene narrado en el Oera Linda.  También los pueblos fenicios eran asombrosamente movedizos.  En fin, habitando las regiones que de antaño habían sido ocupadas por los kåltas (celtas), los golen pudieron muy bien haberse confundido con ellos.  Y de hecho, el Oera Linda dice que los golen echaron a perder el lenguaje de los kåltas, muy probablemente porque se instalaron entre ellos.

Cuando los romanos llegaron a las regiones que los griegos decían estaban habitadas por celtas (keltoi), encontraron sólo golen, o kåltas corrompidos por los golen (al punto que, en su esencia, también ellos se habían transformado en golen).  Por eso les llamaron "galos" y no "celtas".  Esto explica por qué se les confunde; y explica, también, por qué hay, entre los druidas, cuya religión es eminentemente goliana (y por tanto, fenicia), tantos elementos discernibles de la proto-religión germánica (de ascendencia originalmente celta).  Así, según el Oera Linda, los golen de origen fenicio, apodados trowydas (literalmente "inhibidores de la verdad", esto es, "falsos"), habrían logrado corromper a los kåltas (celtas), dando lugar a una cultura monstruosa (el Oera Linda se expresa en estos términos de la religión de los golen-trowydas), que únicamente logró imponerse por las propias deficiencias y rivalidades internas (debilitamiento de la moral) de los propios frisones. 

La opinión que el Oera Linda tiene de los golen-trowydas es nefasta.  Los califica de embusteros y poco fiables; dados a hacer trucos (no ser honestos); mañosos y de oscuros tratos; proclives a vivir de la trampa, el engaño, la maña, el artificio, la traición.  Sólo para hacerse una idea de la visceralidad de estas opiniones leamos un pasaje del Oera Linda donde se describe de manera sumaria a los golen.  El pasaje está extraído del capítulo titulado "Los Golen", y en él se puede leer lo que sigue:

"Los golen celebraban todo tipo de festivales viles y monstruosos, los que eran promovidos por los habitantes de la costa, con sus mujeres lascivas y sus vinos dulces venenosos. Si alguno de los nuestros (de los kåltas) se comportaba de tal modo que pusiera su vida en peligro, los golen le proporcionaban un refugio y le enviaban a Phonisja (Fenicia)... Cuando se establecía allí, le hacían escribir a su familia, amigos y contactos, que el país era tan bueno y la gente tan feliz, que nadie podía formarse una idea de ello. En Brittanja hay muchos hombres, pero pocas mujeres. Cuando los golen supieron esto, llevaron allí niñas de todas partes y se las dieron a los britanos a cambio de nada.  Mas todas estas niñas servían a sus propósitos de robarle los niños a Wr-alda y dárselos a los dioses falsos"[9].

En otros pasajes el Oera Linda describirá con más detalles estas famosas celebraciones religiosas de los golen.  Demás está decir que ellas no descartan el sacrificio ritual y los derramamientos de sangre.  Todo esto, a los ojos de un frisón, resulta abominable.  De allí el uso de epítetos tales como "execrable" y "monstruoso" que dirigen a los golen.  Pero lo más relevante de todo esto no viene dicho del Oera Linda, aunque puede perfectamente deducirse de él.  Veamos.

Hay una famosa tradición vinculada con las leyendas del grial, según la cual, José de Arimatea, un rico dignatario judío de la época de Jesús, llegó a Marsella con María, Marta y Magdalena, portando un extraño objeto del que se dice contenía la sangre del nazareno.  ¿Por qué a Marsella? ¿Qué tenía Marsella de interesante como para que estos fugitivos del cristianismo llegasen allí? ¿Qué ocultos vínculos les unían a los golen?  La tradición dice que luego de permanecer allí un tiempo José de Arimatea llevó el Grial a Bretaña.  ¿Por qué a Bretaña? ¿Qué había en Bretaña que no hubiera en ningún otro lugar del mundo?  Según el Oera Linda Marsella y Bretaña eran justamente los dos únicos lugares en el planeta donde los golen dominaban más extensamente el país, a través de sus sacerdotes (o trowydas -druidas).  El origen de la presencia de los druidas en la Isla se pierde en la noche de los tiempos.  Sólo sabemos que ya estaban allí hacia el siglo VIII o VII antes de Cristo, y que también había druidas en Francia y otras partes de Europa -e incluso los había en la Galacia turca.  Esto último es también relevante, toda vez que sabemos que Pablo de Tarso, el fundador del cristianismo, se dirigió también allí, como a una de sus regiones preferidas, donde buscó convertir a los Galatas.  ¿Es preciso explicar que los Galatas eran Galos (golen) emigrados del centro de Europa a Anatolia en el Asia Menor (Turquía)?  ¿Por qué Pablo se dirigió a ellos?  Lo ignoramos.  Pero nos sugestiona pensar en la sincronía que hay entre estos dos emisarios del cristianismo; y su predilección por llevar su mensaje (el Grial, en el caso del primero) a regiones habitadas de antaño por galos (golen) y trowydas (druidas).

Si todo esto tiene asidero y el Oera Linda es un texto auténtico cabe reparar también, entonces, sobre las tergiversaciones de la historia del grial, convertido en el mundo celta (goliano-druidiano) en la copa de Jesús; y rescatado para el mundo germánico como la piedra caída de la corona de Lucifer por el muy insigne poeta alemán Wolfram von Eschenbach.  Pero también la historia del Cristo podría ser perfectamente un mito pagano (de ello existe hoy abrumadora evidencia), manipulado por los golen; y confundida, cuando no mezclada, con las historias de un oscuro predicador de galilea.  Todo esto es posible y probable.

Antes de cerrar nuestro capítulo sobre los golen quisiéramos retomar brevemente una idea abierta al inicio de esta exposición.  Allí dijimos que la palabra "golen" puede hallar su etimología en el vocablo "golem", que significa "creatura sin alma" (esto es, ser "sin-forma", creado artificialmente de la materia inanimada, sin espíritu).  Desconocemos el origen de la palabra.  Ignoramos, también, si entre los galos (o golen) fue éste un endónimo; o si recibieron este nombre de otros, pero ellos no se llamaban así.  El Oera Linda no aclara nada al respecto.  Pero si este fuera un exónimo (aun cuando la palabra haya podido ser originalmente goliana), y hubieran sido llamado así por los frisones, resulta interesante entonces, también, advertir, en el eco de la palabra, el pensamiento más profundo que éstos, los frisones, tuvieron que haberse formado de ellos.  Esto es una especulación: qué duda cabe.  Pero es una especulación interesante, sobre todo, si se tiene en cuenta lo que los cronistas frisones se animan expresamente a decir sobre los golen, los galos y los druidas.



[1] La etimología de la palabra "Missellja", como bien lo ha sugerido Wirth, se halla en la conjunción de las palabras "mis" y "sellja".  "Mis" es un prefijo que en frisón, lo mismo que en inglés, se usa para negar o significar lo contrario a la palabra raíz que acompaña. Ejemplo: "Misspell" (deletrear mal), "Misbehave" (mal comportarse), "Miscount" (equivocarse en un cálculo); "sellja" en frisón antiguo significa "venta" o "vender" (como en inglés "sell").  De allí entonces que la etimología de la palabra "Missellja" sea "mal vendida" o "vendida por error".  Es interesante apuntar que la palabra alemana para "vender" es "verkaufen", la que en un sentido figurado puede significar también "engaño".
[2] Llama poderosamente la atención que el texto utilice la expresión "misioneros" para referirse a estos sacerdotes de Sidón.  El perfil misional calza a la perfección con lo que conocemos de los cristianos, pero no con lo que sabemos de los pueblos europeos antes de la llegada del cristianismo.
[3] Oera Linda, versión castellana de Hyranio Garbho, capítulo: "Fragmento".  Los paréntesis, las cursivas y el subrayado son nuestros.
[4] Oera Linda, versión castellana de Hyranio Garbho, capítulo: "Los Golen".  Las cursivas y el subrayado son nuestros.
[5] En la creencia frisona que se transparenta en el Oera Linda la posesión de una lámpara encendida con las llamas de la Lámpara original que está en Texland garantiza la supervivencia de un pueblo, de una nación y una ciudad.  Sin su presencia nada tiene valor; nada es considerado verdadero.  Al perder la lámpara de Flyburgt Syrhed se vio condenada a ser una sacerdotisa no de verdad; y por tanto, ni sus consejos, ni sus visiones, tendrían asidero.
[6] Esta ciudad era conocida en la época del cronista del Oera Linda como Kêren-åk, y se corresponde con la actual ciudad de Carnac en Francia, famosa por sus construcciones megalíticas, particularmente por sus menhires.
[7] Oera Linda, versión castellana de Hyranio Garbho, capítulo: "La Historia de Jon". 
[8] Oera Linda, versión castellana de Hyranio Garbho, capítulo: "El Primer Escrito". 
[9] Oera Linda, versión castellana de Hyranio Garbho, capítulo: "Los Golen".  

El Misterio del Oera Linda VIII


Nyhellênja y Min-erva

por Hyranio Garbho


El Oera Linda habla de una sacerdotisa de la ciudad de Walcheren cuyo nombre era Min-erva -conocida también como Nyhellênja por los hombres de mar.  De ella dice que gobernó en el Burgo de Walhallagâra alrededor del año 1600 antes de Cristo.  Abrumada por las instigaciones de Kålta, otra sacerdotisa, abandonó Walcheren y marchó con Jon, un príncipe del mar, a conquistar el mediterráneo.  Tras recalar en muchos puertos -entre los que el Oera Linda cuenta a la propia Thyrhisburgt, la ciudad fundada por Tünis (posiblemente Pantelaria)- llegaron a las costas de Grecia, que los frisones llaman Krêkalânda, y en un lugar llamado Attika Min-erva fundó una ciudad que llamó Athenas.  El Oera Linda dice:

"Cuando Jon alcanzó el mar mediterráneo (...) se fue con su flota directo a Lydia (África)... pero Min-erva dijo: "No se acerquen, porque aquí el aire ha sido largamente envenenado por los sacerdotes" (...) Cuando llegó la noche, Jon cambió su rumbo hacia la distante Krêkalênda (Grecia). Al final arribaron a un país que se veía muy árido, pero se encontraron con un puerto allí. Aquí Min-erva dijo: "quizá, en este lugar, no debamos tener miedo alguno de los príncipes o sacerdotes, ya que ellos siempre se buscan las tierra ricas" (...) Cuando Min-erva hubo explorado el país que es llamado por sus habitantes Attika vio que su gente eran todos pastores de cabra, y que vivían de la carne, de las raíces silvestres, de las hierbas y de la miel. Estaban vestidos con pieles, y tenían sus viviendas en las laderas de los cerros, por lo cual se les llamaba hellingers (habitantes de las laderas). Al principio huyeron, pero cuando supieron que no los atacaríamos regresaron y se mostraron muy amistosos. Min-erva les preguntó si podíamos asentarnos allí pacíficamente. Esto fue aceptado bajo la condición de que les ayudáramos a pelear contra sus vecinos, quienes constantemente venían a llevarse a sus niños y a robar sus viviendas. Entonces construimos allí una ciudadela a unas cuantas horas de distancia del puerto. Por consejo de Min-erva ésta fue llamada Athenia, ya que dijo que quienes vinieran después de nosotros debían saber que no estábamos aquí por insidia o violencia, sino que habíamos sido recibidos como amigos"[1]. 

Más allá de la probabilidad o no de este relato hay algo en él que ha podido ser comprobado.  La palabra "Atenas" no tiene raíz griega; y, en cambio, sí la tiene en lengua frisona.  En griego, esta palabra se dice sólo en plural, lo que es también coincidente con el frisón "âtha" -de donde derivaría la palabra "atenas"- que también viene dicho en plural y significa "amigos".  Pero esto no es todo.  El relato frisón nos dice que Min-erva era conocida por los marineros como Nyhellênja.  En el Oera Linda Nyhellênja es llamada a veces también Hêllênja.  El nombre "Hêllênja" evoca, en todo, el nombre "Helena", con el que es conocido todo el país de los griegos en el mundo antiguo. Esto no pudo ser inventado por unos supuestos falsificadores. Los nombres Nyhellênja y Hêllênja son prácticamente idénticos.  Y no sería descabellado pensar que los griegos deben su nombre a esta sacerdotisa frisona, divinizada más tarde en la figura de Atenea (que en frisón significa "amiga"), y conocida en el mundo romano como Minerva.

Altar votivo a Nyhêllênja en Dortmund

Nyhellênja fue efectivamente una diosa germana venerada en Walcheren, Zelanda (suroeste de Holanda), donde aun se conservan más de 160 altares votivos consagrados a ella.  También se le veneró en Alemania, particularmente en Colonia, donde recientemente se han descubierto dos altares consagrados a su divinidad.  En la mayoría de estos altares la diosa es representada como una muchacha en un ábside, ora sentada en un trono con una canasta de manzanas a su lado, ora de pie sobre una embarcación, generalmente acompañada por un perro o un lobo que parece estar aullando a su lado.  En todos estos lugares Nyhellênja fue venerada como patrona de los hombres de mar.  Las inscripciones en sus altares hacen siempre referencia a estos hechos.  Allí los marinos le imploran por la seguridad en la navegación del mar del norte; o le agradecen cuando han podido surcar estos mares con éxito.  Otras inscripciones piden o agradecen a Nyhellênja por custodiar y mantener a salvo los bienes de una flota durante la navegación.  Este es un dato muy interesante.  Herman Wirth, traductor del Oera Linda al alemán, dice que el nombre de Min-erva puede no ser un nombre, sino un título.  Basado en la evidencia que esta Diosa era custodia de los bienes y las posesiones de los marineros mientras surcaban los mares, Wirth advierte que "Min-erva" significa precisamente esto, "Mis Bienes", "Mis posesiones", "Mi heredad".   Hay, en el propio Oera Linda, un pasaje que ratifica esto.  Allí se puede leer:

"Cuando Nyhellênja, cuyo nombre real era Min-erva, estuvo bien establecida, y los krekalander la amaron tanto como lo hizo su propio pueblo, vinieron a su ciudadela algunos príncipes y sacerdotes y le pidieron un lugar donde dejar sus posesiones.  Hellênja respondió: 'Yo llevo mis posesiones en mi propio pecho.  Lo que he heredado es el amor de la sabiduría, de la justicia y la libertad.  Si pierdo éstas llegaré a ser como la más vil de vuestras esclavas; ahora os doy estos consejos a cambio de nada, pero luego os los venderé'.  Los nobles se alejaron riendo y diciendo: 'Somos Vuestros humildes sirvientes, sabia Hellênja'. Pero se extralimitaron en esto, por lo que la gente llegó a tomar este nombre como un nombre de honor (¿Como un título?)[2]" 

Es probable que los sacerdotes hayan ido donde ella a pedir donde dejar sus posesiones porque era ella, entre marineros, la custodia de estos asuntos.  Pero ella rechaza custodiar los bienes de los sacerdotes por ser éstos hipócritas y aduladores.  Las posesiones de Nyhellênja, no obstante, no son cosas tangibles.  Ella custodia, más bien, bienes inmateriales, como la sabiduría, la justicia y la libertad.  Éstas son sus posesiones.  Herman Wirth advierte que en frisio "mis posesiones", "mis bienes", en plural, se dice: "Mina Erva".  De donde se sigue, sin mucha dificultad, que éste pueda haber sido, más bien, un título y no un nombre.  Por esa razón, quizá, Nyhellênja fue llamada Min-erva (nótese que en frisio este nombre se escribe con un guión intermedio que separa la palabra "Min" de "Erva").

Establecido como altamente probable que Nyhellênja haya sido efectivamente llamada Min-erva, por las razones antes invocadas, resta analizar sobre este tópico una última cuestión.  Ésta atañe al parecido del nombre "Min-erva" con el nombre "Minerva" que recibe la conocidísima diosa romana.  Pero también al paralelo inequívoco que es posible establecer entre una y otra diosa.   Después de todo, Minerva es considerada el equivalente romano de la diosa griega Atenea, con quien ya ha sido identificada Nyhellênja.

La etimología del nombre Minerva se pierde en la noche de los tiempos y no existe seguridad alguna sobre su origen.  Algunos pretenden que este nombre es etrusco; pero no ofrecen ninguna prueba al respecto.  La etimología ofrecida por Wirth no sólo es altamente satisfactoria, sino, además, plenamente coincidente en muchos de los rasgos advertidos en Nyhellênja -y de los que dan prueba las diversas inscripciones que se han conservado en sus altares.  Si ello es así la identificación entre Nyhellênja, Minerva y Atenea queda apenas a un paso de ser definitivamente establecida. Que Minerva y Atenea son, arquetípicamente hablando, la misma Diosa, está fuera de discusión. Que Minerva-Atenea es la Diosa germana Nyhellênja resulta muy probable, siguiendo el relato del Oera Linda.  Pues si Minerva significa efectivamente, en lengua germana antigua, "Mis posesiones" o "Mi heredad", y éste es un rasgo de Nyhellênja, el paralelo entre una y otra queda plenamente justificado.  Minerva no es una palabra latina; en cambio, sí lo es germana.  Incluso, en el moderno alemán, la expresión "Mis herederos", cara a "Mi heredad", se dice: "Meine Erben", que puede ser perfectamente comprendida como una evolución tardía de "Mine Erva".  Tampoco el nombre Atenea es griego; pero sí es germánico, frisón -y esto ya lo vimos.  De allí deducimos que el Oera Linda puede tener asidero en lo que se refiere a estas historias.  Pero, por cierto, hay todavía más.




[1] Oera Linda, versión castellana de Hyranio Garbho, capítulo: "La Historia de Jon (II Parte). Inscrito en Texland".
[2] Oera Linda, versión castellana de Hyranio Garbho, capítulo: "Los Escritos de Minnos II".