domingo, 20 de octubre de 2013

El Misterio del Oera Linda III


Las migraciones de los magiares y finlandeses

por Hyranio Garbho

En las crónicas del Oera Linda hay una infinidad de relatos que si tuviéramos que contrastarlos con la historia oficial nos llevaríamos más de una sorpresa.  La mayoría de estas narraciones están hechas al margen; y en muchos casos no van más allá de una línea. Todas ellas pueden invocarse irrefutablemente en favor de la autenticidad del libro.  Su tenor es muy similar al discutido antes en el análisis de las cartas. Se trata de minúsculas anotaciones que no pudieron haber sido registradas por alguien que no fuera testigo directo de los hechos que narra.  El patrón común en todas es que son coherentes con la historia; y en una medida de esa coherencia, altamente probables.  Uno de estos apuntes en el Oera Linda atañe a las migraciones de los así llamados "hijos de Finda".  El texto llama así indistintamente a los pueblos de raza amarilla.  De ellos dice textualmente que no se atrevían a cruzar el amplio Twisklând -esto es, la Europa Central- porque estaba plagado de densos bosques y fieras salvajes[1].  Estos relatos se corresponden con una descripción de la Edad Dorada en los tiempos antiguos.  Pero luego vino la época que siguió a la catástrofe del hundimiento de Âldland.   El texto la describe como los "Malos Tiempos", y habla de una serie de transformaciones del clima y la situación geográfica de la región.  Entre ellas la catástrofe trajo aparejada la desaparición completa de los densos bosques que poblaban la Europa Central; lo que redundó en la consecuente desaparición de los animales que dependían, para su subsistencia, de esos bosques.  Sin éstos, y sin la densidad de los bosques de antaño, el camino para el avance hacia las regiones más septentrionales de Europa quedó plenamente accesible.  En el Oera Linda las migraciones de los hijos de Finda (magiares y finneses) se produce consecuentemente después del hundimiento de Âldland, lo que es coherente con el relato anterior.  Estas debieron tener lugar hacia el año 2090 antes de la Era Común, es decir, poco más de cien años después de la gran catástrofe.  Una evidencia histórica que habla en favor de estas migraciones es la presencia, en estas regiones, de las lenguas ugrofinesas.  Estas lenguas son consideradas hoy una sub-rama de las lenguas urálicas, en cuyo origen se halla precisamente el magiar. 


[1] El texto dice: "A un lado el límite era el Mar de Wr-alda, que nadie, excepto nosotros, podemos o podíamos navegar; al otro lado estábamos limitados por el amplio Twisklând, el que los Hijos de Finda no se atrevían a cruzar a causa de los densos bosques y las fieras salvajes" Oera Linda, Versión castellana de Hyranio Garbho, capítulo "Escrito en Todos los Burgos".

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