Los Golen, los Kåltas y los Trowydas
por Hyranio Garbho
Los capítulos
dedicados a los golen, los kåltas y los trowydas son quizá de lo más
interesante que hay en el Oera Linda.
Sobre todo, porque su particular punto de vista nos ofrece una visión
del todo novedosa sobre estos asuntos.
Sumariamente hablando se ha asumido que los golen son los clásicos
Galos; y que los kåltas y los trowydas son, respectivamente, los Celtas y los
Druidas. Nosotros compartimos plenamente esta opinión. Pero el Oera Linda agrega algunas cosas, todavía
más interesantes, sobre las que no se ha reparado aún debidamente. Por de pronto, el nombre de los golen, su
verdadero origen; y su particular carácter.
Es a este núcleo de cuestiones que dedicaremos las siguientes líneas.
Lo primero que nos
asalta como una cuestión relevante es el nombre de este grupo, la palabra con
la que se los designa, esto es, "golen". Esta palabra no tiene raíz germánica; y
difícilmente la reconocemos entre los sonidos que evocan el idioma frisón. Ignoramos, por tanto, cual pueda ser su
procedencia. Aunque no podemos dejar de
advertir su similitud con palabras surgidas en otros suelos idiomáticos. El nombre "Golen" nos suena muy
semejante a la palabra Golem con la que se significa en el mundo judío a una
creatura sin alma verdadera, sin espíritu, hecha de materia inanimada; y que
resulta una especie de robot bajo control mental de otros seres. Esto es, para nosotros, algo sumamente
sugestivo. En los pueblos germánicos lo
que define a un hombre verdadero es el espíritu. Con la expresión "golen" el Oera
Linda puede estarse refiriendo a la "gente" o a los
"pueblos" que, desde el punto de vista del cronista frisón, hayan
sido percibidos como gente "sin alma". Sobre estas curiosas anotaciones volveremos
más adelante. Conviene decir antes otras
cosas en mérito a la inteligencia del relato.
La primera
referencia que hace el Oera Linda de los golen les vincula de inmediato con los
trowydas; y no habla de ellos en términos de un pueblo -como cuando se refiere
a los krekalander (griegos) o finneses (finlandeses)- sino que les
identifica como una casta sacerdotal, a quienes se les llama
"trowydas" por ser falsos e hipócritas. El texto dice clara y contundentemente que
provenían de Sydon -probablemente la Sidón fenicia en el lejano Líbano, al
norte de Palestina. Este dato es de una
importancia decisiva, pues sitúa en el mundo fenicio el hasta ahora desconocido
origen de los celtas -celtas o galos como se les llamó indistintamente. El
relato del Oera Linda dice que estos golen (o galos) llegaron primero a Missellja (presumiblemente Marsella, o una de las islas en el
mediterráneo frente a sus costas) y la quisieron comprar. Entonces nadie
advirtió el enorme error que con ello se cometía; y que sólo cuando los
frisones fueron conscientes de esto dieron a esta Isla el nombre de Missellja,
que significa precisamente "mal vendida". Esto es, también, por cierto, algo sumamente
interesante.
Pero vayamos por parte. Según el Oera Linda los golen eran sacerdotes
misioneros de
Sydón. Este es un dato muy
relevante. Esta ciudad, fundada en el
tercer milenio antes de Cristo, fue en sus orígenes una de los más importantes
enclaves del mundo fenicio. Comparable
únicamente con Tiro, respecto de la cual era, de hecho, más antigua, Sidón fue,
en los tempranos días de la fenicia primitiva, la ciudad más importante en toda
la región norte de Palestina. Si el Oera
Linda tiene razón, y los golen eran en efecto sacerdotes de origen fenicio,
queda establecido entonces, también, el origen fenicio de los druidas. Esta es una cuestión importantísima; y de
paso, una hipótesis de proporciones.
Sobre el hecho que los golen eran fenicios el Oera Linda no deja lugar a
dudas. Lo dice y lo repite sin ambages
en múltiples pasajes. En uno de ellos,
muy significativo, puede leerse lo que sigue:
"Los romanos, además, vivían en enemistad
con los phonisjar (fenicios); y
sus sacerdotes, los sacerdotes romanos, que deseaban asumir solos el gobierno
del mundo, no podían soportar a los desagradables golen. Primero tomaron
de los phonisjar Mis-sellja (Marsella) -y luego todos los países
situados al sur, al oeste y al norte, así como también la parte sur de Britanja
(Bretaña)- ahuyentando siempre a los
sacerdotes phonisjar, esto es,
a los golen, de entre
los cuales miles buscaron refugio en el norte de Britanja"
Y en otro pasaje, igualmente interesante, se lee:
"Los golen, como fueron llamados los sacerdotes misioneros de Sidón,
se habían dado cuenta que la tierra estaba escasamente poblada y que ellos
estaban lejos de la Volkmoder. A fin de
dejar una impresión favorable se hicieron llamar, en nuestra lengua, los
"buscadores de la verdad"; pero
mejor se hubieran llamado "inhibidores de la verdad", o en una forma
más corta "Trjuwendne", como de hecho les llamó después nuestra gente
de mar".
Con esto queda establecido el verdadero origen de los golen (galos). Y con ello, también, el origen de los
trowydas (druidas). Sobre los Kåltas
(Celtas) el Oera Linda dice que eran de origen germánico, pero finalmente
corrompidos por los golen. Estas
afirmaciones son corroboradas por la historiografía oficial si se las consulta
debidamente. Sabemos, por ejemplo, según
esas fuentes, que los "galos" fueron conocidos originariamente como
"celtas"; y que sólo a partir de los romanos fueron llamados
"galos". Los griegos llamaban
"celtas" (keltoi - κελτοι) a
todos los pueblos que, en su opinión, se hallaban "más allá" de
alguna tierra por ellos conocida. Así,
los keltoi o "celtas" eran los pueblos que habitaban las regiones
"más allá" de los Alpes, "más allá" de los Ligures,
"más allá" de los pilares de hércules; "más allá" de la
aurora boreal (de la que no sabemos por qué los griegos tenían noticias). Esto llevó a que los griegos identificaran a
los "celtas" con los hiperbóreos.
Y probablemente hayan tenido razón, si los "celtas" eran, como
efectivamente pensamos, los pueblos germánicos que supervivieron de la
desaparecida Âldland o Atlántida.
Pero los golen eran otra cosa. El
Oera Linda nos dice que los golen llegaron a Europa instalándose primero en
Missellja (Marsella), isla que habrían comprado. No eran propiamente tal un pueblo, sino una
casta de sacerdotes misioneros fenicios.
Sobre esto ya hemos dicho suficiente en las líneas precedentes. Pero lo que no hemos dicho es como llegaron a
identificarse con los kåltas (celtas).
El Oera Linda nos habla de una sacerdotisa llamada Syrhed quien gobernó
en Flyburgt hacia el año 1600 antes de Cristo.
Era ésta una sacerdotisa de oscuros tratos, cuya rivalidad con
Nyhellênja (Min-erva) le llevó a protagonizar una guerra. El Oera Linda la describe como celosa, intrigante;
pero dice también de ella que era bellísima y muy inteligente. Sus consejos eran oscuros e incomprensibles;
y por eso los marineros le llamaron Kålta. Odiaba a Min-erva porque ésta se
ganaba siempre el favor de todos; y quería ser más que ella. Frustrada por no
lograrlo se fue con los mâgjares para
aprender trucos de brujería. Y cuando supo lo suficiente marchó con los golen;
pero tampoco esto le dio resultado.
Enemistada también con Jon, el legendario rey del mar de Âlderga, sufrió
los embates de éste cuando Flyburgt fue incendiada. Ella logró huir; pero la lámpara de su
ciudad y algunas sacerdotisas quedaron bajo el poder de Jon. En su escapada algunos pueblos de la región
dominada por el río Escalda se le unieron.
Y la guerra entre Kålta y Minerva fue entonces más cruda que nunca. Paralelamente a estos hechos algunos golen
habían tomado sus embarcaciones y marchado por las costas del mediterráneo
desde Missellja a Kâdik, y desde Kâdik a Brittanja. Pero no pudieron influir en el gobierno de
esta región, porque éste era fuerte y porque sus habitantes aun eran
"Hijos de Frya". El Oera Linda
dice que Brittanja era entonces una Isla a la que eran enviados, en calidad de
exiliados, todos los frisones que habían sido juzgados por delitos comunes o
infracciones contras las leyes de Frya.
Allí debían pagar sus crímenes extrayendo hierro o estaño de las
minas. Eran, según nos cuenta el Oera
Linda, una población relativamente numerosa.
A ellos se dirigieron primero los golen.
Pero nada pudieron hacer por influirles; pues pese a que eran exiliados
allí seguían manteniendo su lealtad firme hacia al pueblo de Frya. Entonces vino Kålta y los arengó; y les
prometió grandeza y libertad si le seguían al continente, y le proclamaban como
su Volkmoder. Éstos hicieron lo que ella
les dijo; y de ese modo Kålta se hizo con el gobierno de los Estados al sur de
Friesland hasta el Sêjene (el río Sena).
En las regiones altas de estas tierras construyó una ciudad a la que
llamó Kåltasburg (la actual Carnac británica en Francia), desde
la que gobernó como Volkmoder, pese a la férrea oposición de sus habitantes,
que desde entonces fueron llamados "kåltas", es decir, habitantes de
la ciudad de Kåltasburgt. Los golen,
entonces, dominaron Brittanja, que había quedado no sólo despoblada (con muy
pocos habitantes frisones), sino, además, sin sacerdotisas ni lámparas
verdaderas. El Oera Linda lo dice del
siguiente modo:
"Los golen gradualmente llegaron a tener el dominio sobre toda
Brittanja. Y esto fue así, porque, en
parte, ya no había allí ninguna ciudadela; pero, también, porque ya no tenían
ninguna Burgtmaagden. Y, en tercer lugar, porque sus lámparas no eran
verdaderas. Por todo esto el pueblo dejó de aprender. Y llegaron a ser
estúpidos y torpes. Y, habiendo permitido que los golen les robaran sus armas, fueron llevados por ahí como toros con
un anillo en la nariz".
Fue así como los golen se hicieron fuertes en Brittanja y mil años después,
aprovechándose de las querellas internas de los frisones por la elección de una
nueva Êrêmoder, tomaron posesión de las tierras del continente y vencieron con
facilidad a los debilitados (moralmente debilitados) hijos de Frya. El relato frisón nos lo cuenta así:
"Después que Mâgy fue
asesinado y el Fryasburg hubo sido restaurado se eligió una nueva
Êrêmoder. Mi madre fue la elegida, pero
ella rechazó ser la Volkmoder (...) todas las otras sacerdotisas quisieron
entonces ser la Volkmoder. Cada Estado
tomó partido por su propia Burgtmaagd y no cedieron en esto (...) Tales procedimientos
acarrearon disputas entre los Estados y así se rompió el lazo que los
unía. La gente de un Estado llegó a
sentir celos de la gente de los otros Estados, o, al menos, llegó a
considerarlos como extranjeros. A consecuencia
de esto los golen o trowydas tomaron posesión de nuestras
tierras hasta el Skelda y los mâgjares
hasta el Wrsâra".
Es probable, por estos hechos, que los golen se hayan establecido primero
en Bélgica y luego en Francia. Después de todo, la colonia que mantenían en
Marsella seguía existiendo. Posteriormente algunos grupos de ellos emigraron
hacia los Alpes, instalándose en Suiza y luego en el norte de Italia. La historiografía oficial nos dice que los
galos eran un pueblo (o un conjunto de pueblos) extraordinariamente nómades,
movedizos; de constante inmigración. Esto
calza a la perfección con lo que nos viene narrado en el Oera Linda. También los pueblos fenicios eran
asombrosamente movedizos. En fin,
habitando las regiones que de antaño habían sido ocupadas por los kåltas
(celtas), los golen pudieron muy bien haberse confundido con ellos. Y de hecho, el Oera Linda dice que los golen
echaron a perder el lenguaje de los kåltas, muy probablemente porque se
instalaron entre ellos.
Cuando los romanos llegaron a las regiones que los griegos decían estaban
habitadas por celtas (keltoi), encontraron sólo golen, o kåltas corrompidos por
los golen (al punto que, en su esencia, también ellos se habían transformado en
golen). Por eso les llamaron
"galos" y no "celtas".
Esto explica por qué se les confunde; y explica, también, por qué hay,
entre los druidas, cuya religión es eminentemente goliana (y por tanto,
fenicia), tantos elementos discernibles de la proto-religión germánica (de
ascendencia originalmente celta). Así,
según el Oera Linda, los golen de origen fenicio, apodados trowydas
(literalmente "inhibidores de la verdad", esto es,
"falsos"), habrían logrado corromper a los kåltas (celtas), dando
lugar a una cultura monstruosa (el Oera Linda se expresa en estos términos de
la religión de los golen-trowydas), que únicamente logró imponerse por las
propias deficiencias y rivalidades internas (debilitamiento de la moral) de los
propios frisones.
La opinión que el Oera Linda tiene de los golen-trowydas es nefasta. Los califica de embusteros y poco fiables;
dados a hacer trucos (no ser honestos); mañosos y de oscuros tratos; proclives
a vivir de la trampa, el engaño, la maña, el artificio, la traición. Sólo para hacerse una idea de la visceralidad
de estas opiniones leamos un pasaje del Oera Linda donde se describe de manera
sumaria a los golen. El pasaje está
extraído del capítulo titulado "Los Golen", y en él se puede leer lo
que sigue:
"Los golen celebraban todo tipo de festivales viles y monstruosos, los
que eran promovidos por los habitantes de la costa, con sus mujeres lascivas y
sus vinos dulces venenosos. Si alguno de los nuestros (de los kåltas) se
comportaba de tal modo que pusiera su vida en peligro, los golen le proporcionaban un refugio y le enviaban a Phonisja
(Fenicia)... Cuando se establecía allí, le hacían escribir a su familia, amigos
y contactos, que el país era tan bueno y la gente tan feliz, que nadie podía
formarse una idea de ello. En Brittanja hay muchos hombres, pero pocas mujeres.
Cuando los golen supieron esto,
llevaron allí niñas de todas partes y se las dieron a los britanos a cambio de nada.
Mas todas estas niñas servían a sus propósitos de robarle los niños a
Wr-alda y dárselos a los dioses falsos".
En otros pasajes el Oera Linda describirá con más
detalles estas famosas celebraciones religiosas de los golen. Demás está decir que ellas no descartan el
sacrificio ritual y los derramamientos de sangre. Todo esto, a los ojos de un frisón, resulta
abominable. De allí el uso de epítetos tales
como "execrable" y "monstruoso" que dirigen a los
golen. Pero lo más relevante de todo
esto no viene dicho del Oera Linda, aunque puede perfectamente deducirse de
él. Veamos.
Hay una famosa tradición vinculada con las leyendas
del grial, según la cual, José de Arimatea, un rico dignatario judío de la
época de Jesús, llegó a Marsella con María, Marta y Magdalena, portando un
extraño objeto del que se dice contenía la sangre del nazareno. ¿Por qué a Marsella? ¿Qué tenía Marsella de
interesante como para que estos fugitivos del cristianismo llegasen allí? ¿Qué
ocultos vínculos les unían a los golen?
La tradición dice que luego de permanecer allí un tiempo José de
Arimatea llevó el Grial a Bretaña. ¿Por
qué a Bretaña? ¿Qué había en Bretaña que no hubiera en ningún otro lugar del
mundo? Según el Oera Linda Marsella y
Bretaña eran justamente los dos únicos lugares en el planeta donde los golen
dominaban más extensamente el país, a través de sus sacerdotes (o trowydas
-druidas). El origen de la presencia de
los druidas en la Isla se pierde en la noche de los tiempos. Sólo sabemos que ya estaban allí hacia el
siglo VIII o VII antes de Cristo, y que también había druidas en Francia y
otras partes de Europa -e incluso los había en la Galacia turca. Esto último es también relevante, toda vez
que sabemos que Pablo de Tarso, el fundador del cristianismo, se dirigió
también allí, como a una de sus regiones preferidas, donde buscó convertir a
los Galatas. ¿Es preciso explicar que
los Galatas eran Galos (golen) emigrados del centro de Europa a Anatolia en el
Asia Menor (Turquía)? ¿Por qué Pablo se
dirigió a ellos? Lo ignoramos. Pero nos sugestiona pensar en la sincronía
que hay entre estos dos emisarios del cristianismo; y su predilección por
llevar su mensaje (el Grial, en el caso del primero) a regiones habitadas de
antaño por galos (golen) y trowydas (druidas).
Si todo esto tiene asidero y el Oera Linda es un texto
auténtico cabe reparar también, entonces, sobre las tergiversaciones de la
historia del grial, convertido en el mundo celta (goliano-druidiano) en la copa
de Jesús; y rescatado para el mundo germánico como la piedra caída de la corona
de Lucifer por el muy insigne poeta alemán Wolfram von Eschenbach. Pero también la historia del Cristo podría
ser perfectamente un mito pagano (de ello existe hoy abrumadora evidencia),
manipulado por los golen; y confundida, cuando no mezclada, con las historias
de un oscuro predicador de galilea. Todo
esto es posible y probable.
Antes de cerrar nuestro capítulo sobre los golen
quisiéramos retomar brevemente una idea abierta al inicio de esta
exposición. Allí dijimos que la palabra
"golen" puede hallar su etimología en el vocablo "golem",
que significa "creatura sin alma" (esto es, ser
"sin-forma", creado artificialmente de la materia inanimada, sin
espíritu). Desconocemos el origen de la
palabra. Ignoramos, también, si entre
los galos (o golen) fue éste un endónimo; o si recibieron este nombre de otros,
pero ellos no se llamaban así. El Oera
Linda no aclara nada al respecto. Pero
si este fuera un exónimo (aun cuando la palabra haya podido ser originalmente
goliana), y hubieran sido llamado así por los frisones, resulta interesante
entonces, también, advertir, en el eco de la palabra, el pensamiento más
profundo que éstos, los frisones, tuvieron que haberse formado de ellos. Esto es una especulación: qué duda cabe. Pero es una especulación interesante, sobre
todo, si se tiene en cuenta lo que los cronistas frisones se animan expresamente
a decir sobre los golen, los galos y los druidas.