sábado, 4 de junio de 2011

El concepto de gnosis y su origen


(para una investigación en curso)

"Gnosis" es una palabra griega que significa "conocimiento". Dentro del contexto de las religiones, se refiere a un saber completo que trasciende todas las cosas y libera a su poseedor de un error primigenio vinculado a la historia del mundo. No se accede a él por vía racional, sino mística, reservada a unos pocos iniciados.

Es un fenómeno de tipo social que se da en todas las religiones evolucionadas. El gnóstico posee un conocimiento común al grupo social al que pertenece, pero en un grado superior. Concibe ese saber como el medio por el que el individuo y el mundo pueden ponerse en un plano superior al del creyente corriente y llegar a un estado de perfección absoluta. Josep Montserrat (ver bibliografía) señala que casi siempre se da en grupos religiosos con una tradición escrita. El gnóstico (y el grupo reducido al que pertenece) sabrá acceder a un sentido superior y escondido del texto sagrado, y dará lugar a la creación de un nuevo cuerpo doctrinal. Así, han tenido o tienen gnosis cuatro grandes religiones: las Upanishads son la gnosis del Veda; Filón de Alejandría, los ebionitas, los esenios y otros grupos, y luego la Cábala, lo son del judaísmo; los valentinianos, basilidianos y otros grupos fueron la gnosis del cristianismo; el sufismo es la gnosis del Islam.
¿De dónde arrancaría esta idea?
Algunos autores, como Wilfred G. Davis, han señalado que esta doctrina podría provenir de la mitología primitiva babilónica. Por su parte, Reitzenstein indicó la posibilidad de que el gnosticismo se originara en la mitología de Irán. Señalaba puntos de coincidencia, como el origen superior de las almas, la posibilidad de "regreso" en base a una gnosis, un dualismo divino (Dios bueno y dios perverso), etc. La cuestión sería si el iranismo originó la gnosis o sólo fue un vehículo transmisor, esto es, que ambos descendieran de un antecedente ideológico común.
César Vidal Manzanares, en su edición de varios evangelios gnósticos (ver bibliografía), apunta que, posiblemente, el gnosticismo tuvo raíces mesopotámicas. Señala que en Babilonia el mazdeísmo integró elementos de la enseñanza sapiencial mesopotámica, que dio lugar al iranismo helenista de los maguseos. Estos absorberían el mito sumerio del descenso de una deidad salvadora a los infiernos, para traer el conocimiento de las fuentes celestiales cuyas aguas liberarían al hombre de su prisión carnal. De ahí vendrían las diversas sectas bautistas (entre ellas los mandeos, que sobreviven hoy día). La difícil geografía física y humana de la zona (desierto, clima extremo y situación social inestable) favorecería una tendencia a contemplar negativamente el entorno y pensar en una huida a un medio más acorde con la naturaleza humana.
El gnosticismo entró en contacto con el judaísmo cuando en éste estaban surgiendo una serie de corrientes esotéricas (algunas de las cuales han pervivido en la Cábala y el Talmud). César Vidal señala algunos textos judíos como el "Libro de Enoc", "Jubileos" y la "Vida de Adán y Eva", así como algunos textos esenios de Qumrán que son muestra de cómo el judaísmo proporcionaba un "bagaje literario en el cual engarzar elementos gnósticos", ya previos. De esta manera, en opinión de César Vidal Manzanares, quedó evidenciado una de las características del gnosticismo en su desarrollo: su carácter parasitario. La gnosis conservará siempre una serie de elementos primigenios pero, a la vez, absorberá todo lo que pueda resultar atrayente en otras ideologías, aunque para ello deba descontextuarlo y cambiar su sentido. 

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