(para una investigación en curso)
"Gnosis" es una palabra griega que
significa "conocimiento". Dentro del contexto de las religiones, se
refiere a un saber completo que trasciende todas las cosas y libera a su
poseedor de un error primigenio vinculado a la historia del mundo. No se accede
a él por vía racional, sino mística, reservada a unos pocos iniciados.
Es un fenómeno de tipo social que se da en todas
las religiones evolucionadas. El gnóstico posee un conocimiento común al grupo
social al que pertenece, pero en un grado superior. Concibe ese saber como el
medio por el que el individuo y el mundo pueden ponerse en un plano superior al
del creyente corriente y llegar a un estado de perfección absoluta. Josep
Montserrat (ver bibliografía) señala que casi siempre se da en grupos
religiosos con una tradición escrita. El gnóstico (y el grupo reducido al que
pertenece) sabrá acceder a un sentido superior y escondido del texto sagrado, y
dará lugar a la creación de un nuevo cuerpo doctrinal. Así, han tenido o tienen
gnosis cuatro grandes religiones: las Upanishads son la gnosis del Veda; Filón
de Alejandría, los ebionitas, los esenios y otros grupos, y luego la Cábala, lo
son del judaísmo; los valentinianos, basilidianos y otros grupos fueron la
gnosis del cristianismo; el sufismo es la gnosis del Islam.
¿De dónde arrancaría esta idea?
Algunos autores, como Wilfred G. Davis, han
señalado que esta doctrina podría provenir de la mitología primitiva
babilónica. Por su parte, Reitzenstein indicó la posibilidad de que el
gnosticismo se originara en la mitología de Irán. Señalaba puntos de
coincidencia, como el origen superior de las almas, la posibilidad de
"regreso" en base a una gnosis, un dualismo divino (Dios bueno y dios
perverso), etc. La cuestión sería si el iranismo originó la gnosis o sólo fue
un vehículo transmisor, esto es, que ambos descendieran de un antecedente
ideológico común.
César Vidal Manzanares, en su edición de varios
evangelios gnósticos (ver bibliografía), apunta que, posiblemente, el
gnosticismo tuvo raíces mesopotámicas. Señala que en Babilonia el mazdeísmo
integró elementos de la enseñanza sapiencial mesopotámica, que dio lugar al
iranismo helenista de los maguseos. Estos absorberían el mito sumerio del
descenso de una deidad salvadora a los infiernos, para traer el conocimiento de
las fuentes celestiales cuyas aguas liberarían al hombre de su prisión carnal.
De ahí vendrían las diversas sectas bautistas (entre ellas los mandeos, que
sobreviven hoy día). La difícil geografía física y humana de la zona (desierto,
clima extremo y situación social inestable) favorecería una tendencia a
contemplar negativamente el entorno y pensar en una huida a un medio más acorde
con la naturaleza humana.
El gnosticismo entró en contacto con el judaísmo
cuando en éste estaban surgiendo una serie de corrientes esotéricas (algunas de
las cuales han pervivido en la Cábala y el Talmud). César Vidal señala algunos
textos judíos como el "Libro de Enoc", "Jubileos" y la
"Vida de Adán y Eva", así como algunos textos esenios de Qumrán que
son muestra de cómo el judaísmo proporcionaba un "bagaje literario en el
cual engarzar elementos gnósticos", ya previos. De esta manera, en opinión
de César Vidal Manzanares, quedó evidenciado una de las características del
gnosticismo en su desarrollo: su carácter parasitario. La gnosis conservará
siempre una serie de elementos primigenios pero, a la vez, absorberá todo lo
que pueda resultar atrayente en otras ideologías, aunque para ello deba
descontextuarlo y cambiar su sentido.
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