miércoles, 3 de abril de 2013

Wotan, las runas y el Hâvamâl


Por Hyranio Garbho[1]


Pese a que la religión de Wotan, redescubierta por Guido von List, figuraría luego, a partir del Bücherei, como la dimensión exotérica de la antigua gnosis germana, su preponderancia y preeminencia en El Secreto de Las Runas continúa siendo visible a un punto en que es difícil discernir los límites con el armanismo, la dimensión esotérica de la vieja aurea catena de los arios[2]. Tanto el wotanismo como el armanismo enfatizan la iniciación en los misterios de la naturaleza, y ambas tienen al Edda y a las runas como sus fuentes originarias.

Según List los Eddas fueron escritos por refugiados alemanes en Islandia que huían de las persecuciones de los cristianos por cultivar la religión de Wotan.  Por lo que, en esencia, entonces, los Eddas conservan la antigua sabiduría alemana reflejo de los misterios de la religión wotanista.




En los Eddas Wotan aparece como el Supremo Soberano Señor de Guerra.  Es también un sabio y un vidente que alcanza el desarrollo de la visión interior, la sabiduría, por la vía del autosacrificio y la automutilación. Estas ideas están muy bien reflejadas en el Völupsâ (o Canto del Vidente) y el Hâvamâl (o Discurso del Altísimo). En este último el autosacrificio aparece como el único camino, a partir del cual, es posible la adquisición de la sabiduría que trasunta los poderes para transmutación de los elementos.  Este autosacrificio consistente de suyo en un riguroso cultivo del cuerpo y del espíritu (colgar durante nueve días y nueve noches del árbol del espanto) se lleva a cabo a partir de rituales que están presididos por la máxima: "supérate a ti mismo".  Esto es, sobreponte a tus debilidades, trabaja para estar física y mentalmente sobre ellas. 

Este sacrificio está representado de forma simbólica en el Hâvamâl.  Allí se puede leer lo que sigue:

Yo sé que pendí del árbol,
Azotado por el frío viento,
nueve eternas noches
herido por la lanza consagrada a Wotan
por la lanza que yo mismo consagré a mi mismo
en aquel árbol del que nadie conoce el origen de sus raíces.

Ni pan, ni hidromiel me fue ofrecida
Entonces miré hacia abajo
Y en un grito salido del alma
las runas vinieron a mi conocimiento
Y entonces me dejé caer del árbol.


Wotan alcanza la Sabiduría (la comprensión del Secreto de Las Runas) únicamente mediante esta vía, que parece enseñar a los primeros germanos el valor del sacrificio y del autosacrificio como único camino o vía privilegiada para alcanzar lo único realmente valioso en esta vida, el conocimiento de sí (de donde se extrae la idea que las Runas son la materialización de ese supremo conocimiento). En el Völupsâ, el sacrificio que conduce al autoconocimiento (que es la autosuperación) viene representado por el sacrificio en el pozo de Mimer.

A este respecto cabe señalar un par de cosas no suficientemente explicitadas sobre el verdadero significado de estos sacrificios de Wotan en el Hâvamâl y el Völupsâ. Ambos están relacionados con el desarrollo de la intra-visión o la clarividencia, vinculada ésta a la adquisición de poderes mánticos y de transmutación de los elementos.  El principio esotérico implicado en esto dice relación con la convicción de que únicamente puede alcanzarse dicho poder en el exterior, si acaso antes se lo ha conquistado en el interior. Pero los sacrificios de Wotan requieren todavía de una explicación más precisa.  En el Hâvamâl Wotan pende del árbol del espanto para alcanzar el significado secreto de Las Runas.  Pero las Runas de que se trata aquí, antes de estar grabadas en piedras o maderos, están inscritas en el corazón de Wotan.  Así, develar el Secreto de Las Runas es sinónimo de cumplir con ese viejo imperativo ario inscrito en el Templo de Delfos, y que dice Conócete a ti Mismo. Wotan conoce el significado de Las Runas primero en él (las ve en su interior); y ello sólo ha sido posible mediante la praxis del sacrificio.  Esas runas que él ha visto en sí mismo y que develan también los secretos para operar sobre los Elementos en el exterior, aparecen bajo la forma de una conquista de la Sabiduría, por medio de una automutilación, en el Völupsâ.  Allí Wotan ofrece uno de sus ojos a Mimer para así poder beber de la fuente del conocimiento.  Nuevamente se trata aquí, bajo otra fórmula, del mismo conocimiento interior que hace posible la visión en el plano exterior; la clarividencia o el mántico poder sobre los hechos futuros.  Estos acontecimientos futuros, no obstante, no tienen mucho que ver con hechos que acaecerán, sino que están relacionados con una forma de Conocimiento Superior  directamente ligados con la noción de "Destino" (Schiksal), que es la única ley que explica  satisfactoriamente el contenido secreto de la expresión Conócete a ti Mismo, que preside el significado de ambos sacrificios de Wotan en los Eddas.

Conócete a ti Mismo significa Conoce la ley que es Destino y que rige en ti[3]; y esa Ley que es Destino es descubierta por Wotan bajo la forma de la bebida de la fuente del conocimiento en el Völupsâ (la que literalmente permite conocer la geometría del Destino), y bajo la forma de Las Runas en el Hâvamâl.

List fue el primer wotanista moderno.  Él redescubre el wotanismo y reivindica a la figura de Wotan como el dios en el que mejor se sintetiza la voluntad de la naturaleza. Pero en la obra de List Wotan aparece como una de las entidades divinas, la principal, de un Dios que en verdad, lo mismo que en el hinduismo y el cristianismo, es uno y trino.  En efecto, de acuerdo con List, la divinidad de los primeros ario germanos en realidad se llamaba Allvater, el cual se manifestaba en la triada de Wotan, Wili y We[4].

En cuanto figura principal de la trinidad aria Wotan encarna las leyes de la naturaleza, la unión mística entre el cielo y la tierra, la geometría de la Ley que es Destino y que describe un ciclo incesante de transformación a través de los tres estados que son el Venir-al-Ser, el Permanecer-en-el-Ser y el abandonar-el-Ser para Venir-al-Ser nuevamente. La estructura de este ciclo completo, según la filosofía de List, contemplaba un movimiento sencillo que iba de la unidad a la multiplicidad para retornar de nuevo a la unidad.  Esta estructura estaba representada simbólicamente por triskeliones, esvásticas y triángulos.  Cuando éstos se dibujaban invertidos o describiendo una dirección contraria a las agujas del reloj representaban las "fases de la evolución cósmica en el giro inferior del ciclo" esto es, el paso de la unidad a la multiplicidad; cuando se diseñaban describiendo el sentido de las agujas del reloj (o en el caso del triángulo con el vértice hacia arriba) representaban el retorno a la divinidad, esto es, el paso de regreso desde la multiplicidad a la unidad.

De acuerdo con List este ciclo está máximamente presente en la naturaleza; aunque también puede extenderse a fenómenos históricos.  Así, el nacimiento, ascenso y caída de una cultura o civilización estaba sujeta al mismo ciclo o desarrollo que cualquier otro fenómeno o proceso de la naturaleza.  Pues las leyes de la naturaleza rigen también las leyes de las historia. Y ésta describe los mismos movimientos que de un modo u otro rigen también el ciclo de las estaciones del año, o la rotación constante de los planetas. Así, este proceso natural de nacimiento, desarrollo y muerte o surgimiento, ascenso y caída está presente en toda la realidad pues es ley de la naturaleza, de Dios, proyectada a la historia, la cultura, la sociedad.




[1] Este ensayo forma parte del Estudio Preliminar realizado por Hyranio Garbho para la primera edición castellana del Secreto de Las Runas de Guido von List.
[2] Cfr. Templeisen sind Kalander (GLB 2) pág. 64
[3] Para una mayor comprensión de esta idea ver mi ensayo Fatalidad, Destino y Azar en hyraniogarbho.blogspot.com
[4] Cfr. Zeit und Raum. Wuotan, Wili, We (GLB 5), pp. 26 y ss.

La Armanenschaft y el Sacerdocio Secreto


Por Hyranio Garbho[1]

En la antigüedad del pueblo teutónico estos secretos estaban reservados únicamente a los iniciados en los niveles más altos de esta gnosis o aurea catena ariosófica. Estos iniciados formaban parte de una casta sacerdotal conocida en la época antigua como Armanenschaft o comunidad armanista. La palabra "armanen" que List utilizó para identificar tanto a la comunidad como a la doctrina cultivada por ésta debía su nombre a la palabra "Irmionen"[2] o "Hermionen", acuñada por Tácito en su Germania para denominar a las antiguas tribus teutónicas del interior.   De acuerdo con List esta palabra, en lugar de designar una tribu germánica, denominaba a un estamento social, el estamento de la clase de los sacerdotes[3]. Esta comunidad de iniciados o reyes-sacerdotes tenía a su cargo el gobierno y la educación en la antigua sociedad ario-germánica, anterior al advenimiento del cristianismo[4].  Su poder y su autoridad estaba ampliamente justificada en la posesión de una gnosis o conocimiento superior[5], una especie de aurea catena germana que sería transmitida más tarde en forma esotérica, por medio de diversos agentes culturales diseminados en todo el suelo alemán.

La Armanenschaft estaba estructurada de manera jerárquica según grados de iniciación en la gnosis teutónica. En el nivel más elemental de esta gradación los miembros de la Armanenschaft debían aplicarse al estudio y al conocimiento profundo del Edda.  Superada esta etapa inicial de formación los armanistas eran elevados a un segundo nivel de la gnosis cuya tarea central enfatizaba la adquisición de experiencia en la administración del gobierno, la educación y los asuntos sacerdotales. Sólo en el último grado de la iniciación se le transmitían los secretos más relevantes de la aurea catena germana[6]. Estos secretos últimos de la iniciación armanista no eran comunicables a través del lenguaje corriente, trivial, de connotación lógico proposicional.  Estaban más bien imbuidos fuertemente de un carácter intuitivo, propios del desarrollo de la visión interior, comunicables únicamente por medio de las formas sintéticas de la experiencia trascendental, para las cuales, por su naturaleza y carácter, las Runas se ofrecían como un vehículo altamente privilegiado. 

De acuerdo con List el colapso de la tradición armanista se habría debido a la acción deliberada en su contra de la Iglesia católica, la cual no conforme con prohibir su ejercicio se empeñó en perseguir a los sacerdotes e intentar erradicar todo indicio de su existencia[7].  En ese sentido, el judeo-cristianismo, para List, constituía una conspiración consciente y deliberada tendente a exterminar la religión germánica y reducir a su pueblo a la condición de esclavos.  Ello explica el hecho de que, salvo en la forma de ocultismo, no pueda hallarse o rastrearse en el pasado ario la presencia de esta antigua tradición[8].

La persecución cristiana en contra de la antigua gnosis germánica, la aurea catena teutónica, habría sido feroz.  Los cristianos clausuraron los santuarios armanistas, despojaron a sus sacerdotes, hicieron desaparecer los límites de las provincias étnicas tradicionales, inocularon a la población con doctrinas ajenas al punto del embrutecimiento, desarraigándolos, cortando las raíces que vinculaban su inconsciente colectivo con su glorioso pasado nacional.

Muchos de los iniciados, magos-sacerdotes del armanismo, se marcharon a Islandia y Escandinavia, donde pondrían por escrito las claves de su sabiduría en los textos sagrados del Edda[9]. Pero los que se resistieron a marchar y permanecieron firmes en el suelo ario, fueron hostigados de la peor manera, humillados y reducidos a vivir en el más cruento abandono y miseria.  Su doctrina fue vilipendiada, sus templos profanados y reconvertidos en iglesias cristianas, sus runas fueron devaluadas y transformadas en meros instrumentos de adivinación o hechicería; e incluso,  ellos mismos, los sabios e iniciados de la antigua tradición, fueron caricaturizados como brujos y hechiceros, condenados como herejes y quemados por la Iglesia.  En suma, Germania fue subyugada totalmente por la conspiración judeo-cristiana y su pueblo, embrutecido y bastardizado, fue sumido en la más profunda oscuridad respecto de su glorioso pasado nacional y su herencia religiosa armanista.

Pero el armanismo sobrevivió. List estuvo en condiciones de demostrar la presencia de esta antigua tradición prácticamente en casi todos los aspectos de la vida y el paisaje que incumbía al suelo ario. Pronto los vestigios y las huellas de la tradición armanista se le hicieron ampliamente visibles en los nombres que designaban los lugares de la vieja Austria (y luego también de la antigua Alemania); los nombres de los ríos, de los bosques, de las praderas continuaban siendo, para List, testigos mudos de un pasado y una tradición que no se resignaba a desaparecer pese al denodado esfuerzo de la Iglesia por exterminarla. También en restos arqueológicos, en túmulos y megalitos, en castillos y viejos enclaves consagrados al culto pagano, en las leyendas campesinas, en el folclor, en las costumbres del pueblo alemán, etc., podían pesquisarse las huellas de este glorioso pasado nacional. 

No obstante, para List, estos vestigios del armanismo reflejaban, en un alto grado, una cierta supervivencia soterrada o latente del pasado armanista germano; una especie de huella mnémica en el inconsciente colectivo del pueblo alemán que se resistía a desaparecer, pero que era, en la mayoría de los casos, en tanto que natural, espontánea e inconsciente, muy mal comprendida. 

Frente a esta forma inconsciente de supervivencia del armanismo List afirmaba la existencia de un sacerdocio secreto que se habría encargado de conservar la tradición de manera consciente y deliberada, en orden a restablecer algún día la vieja gnosis teutónica.  Así, y previendo que la consecuencia lógica del hostigamiento y la persecución cristiana sería la erradicación definitiva del armanismo, este sacerdocio secreto se entregó a la labor de transmitir las enseñanzas de la antigua gnosis a través de pequeñas comunidades armanistas conocidas como Kalander, diseminadas secretamente por todo el suelo ario, y aplicadas exclusivamente, en distintas formas, al cultivo de la antigua aurea catena armanen.

Según List toda la sabiduría de esta gnosis armanista fue codificada en un lenguaje críptico conocido como Kala o Hochheilige Heimliche Acht[10], accesible únicamente para iniciados.  Este lenguaje secreto o Kálico, utilizado para trobar clvs (esto es, para encriptar el significado verdadero de lo que se comunicaba), hizo posible la comunicación efectiva de su sabiduría y el resguardo y conservación de su aurea catena; y en su repertorio de criptas incluía no sólo palabras, jeroglíficos, o signos de escritura, sino también y fundamentalmente cierto acopio de símbolos y gestos.

De acuerdo con List las Kalander constituyeron los antecedentes de las asociaciones gremiales medievales y sus respectivas corporaciones.  Por lo que éstas, herederas de las anteriores, serían las que, en el tardío medievo, se aplicarían a la tarea de preservar y transmitir la doctrina armanista.  Sin embargo, debido al excesivo secretismo, el esoterismo de la Kala llegó, en muchos casos, a no ser tan evidente incluso para los mismos miembros de estas asociaciones medievales.  Por lo que a veces  la tradición se llegó a transmitir de manera fragmentaria y confusa. 

Entre las corporaciones medievales que heredaron la tradición armanista y que se aplicaron a transmitirla en la baja Edad Media List incluía una lista de las más connotadas instituciones del medievo, entre las que se contaban a los minnesänger, a los diseñadores de heráldica, a los arquitectos  medievales, y a los oficiales de los antiguos tribunales vehmicos[11].  Así, en el complejo entramado del simbolismo heráldico, en el diseño arquitectónico y el emplazamiento de los edificios, en el lenguaje cifrado y arquetípico de los poemas skáldicos de los cantores de la Minne, y en el ceremonial que describía las actuaciones de los agentes ocultos del Vehmgericht[12] se podía también observar la presencia de la gnosis armanista, la conservación y transmisión de esta antigua aurea catena germana.

A lo largo de toda la edad media este sacerdocio secreto se habría encargado de conservar oculto la tradición armanista no sólo a través de estas gremios o corporaciones medievales. También ciertas órdenes secretas, entre quienes List contaba a los templarios[13], a los rosacruces, e incluso la primitiva francmasonería, habrían cultivado la gnosis teutónica, llegando a constituir verdaderas kalander armanistas. Para List, los templarios  y los rosacruces representaban la más alta afirmación secreta del armanismo en la baja Edad Media, la tendencia espiritual y aristocrática de este oculto sacerdocio antiguo del pueblo ario germánico. En contraste, los francmasones encarnaban el desarrollo de una visión más bien democrática del armanismo, que no sintonizaba mucho con la antigua tradición[14].

Estas ideas relativas a la inclusión de las sociedades herméticas como parte integrante del sacerdocio secreto del armanismo fueron desarrolladas por List en el segundo informe de investigación del Bücherei que lleva por título Die Armanenschaft der Ario-Germanen (La Sociedad Armanen de los Ario-Germanos). Pero ya estaban presentes de manera embrionaria en El Secreto de Las Runas.  Aquí, por ejemplo, List  interpreta el Baphomet, (el símbolo más característico de la tradición templaria), como un símbolo áureo, gnóstico, armanista, que se habría encriptado luego bajo el diseño de la Cruz de Malta, formada por la superposición de las esvásticas en su sentido levógiro y dextrógiro[15].  Fue precisamente el carácter armanista de los templarios, tempranamente testimoniado en éstos y otros signos representativos de su ritual, lo que habría determinado su persecución y posterior exterminio por parte de la Iglesia Católica.

En el mundo moderno List se anotaba como una de sus más logradas contribuciones el redescubrimiento del armanismo y su sacerdocio secreto.  Y en efecto, la dilucidación de esta aurea catena, cultivada por la antigua  Armanenschaft (Sociedad Armanen) vendría a ofrecer, a partir de List, un completo repertorio de claves para la reinterpretación del pasado germánico. En ese orden de ideas, El Secreto de Las Runas de Guido von List viene a constituir no sólo la mejor introducción a ese universo de significaciones del todo desconocidas para la mentalidad moderna, sino, además, y fundamentalmente, una puerta de acceso a los misterios de la sangre, la herencia ancestral y la sabiduría de la naturaleza.




[1] Este ensayo forma parte del Estudio Preliminar realizado por Hyranio Garbho para la primera edición castellana del Secreto de Las Runas de Guido von List.
[2] En El Secreto de Las Runas (GLB 1) pág 31 y ss., List utiliza la expresión "Irmionen" germanización de la palabra "Hermionen" utilizada por Tácito, para denotar la raíz de la palabra "Armanen".  En La Sociedad Armanen de los Ario-Germanos (GLB 2) pág. 4 y ss., List ya no utiliza la palabra "Irmionen", sino que se sirve de la expresión original "Hermionen" cara a Tácito en su Germania.
[3] Cfr. Ingävonen, Irmionen und Istävonen (GLB 1) pág. 31 y ss; v. también "Ingävonen, Hermionen und Istväonen" (GLB 2) pág. 34 y ss.; y Die Namen der Völkerstämme Germaniens und deren Deutung (GLB 4)(Los nombres de las tribus germánicas y su interpretación).
[4] Cfr. Organization der Armanenschaft (GLB 2) pág. 32 y ss.
[5] De acuerdo con List existían dos grandes niveles de instrucción: el exotérico o wotanista y el esotérico o armanista.  Era precisamente este último nivel de instrucción el que contenía esta gnosis superior que justificaba ampliamente la autoridad de los iniciados armanistas.  Cfr. Templeisen sind Kalander (GLB 2) pág. 64
[6] Cfr. Drei Erkenntnisgrade der Armanenschaft (GLB 2) pág. 34 y ss.
[7] Cfr. Armanismus und Christentum (GLB 2) pág. 54.
[8] Esta idea va a ser ampliamente desarrollada por List en el segundo volumen de La Sociedad Armanen de los Ario-Germanos (GLB 2), a través de la figura de un Gran Partido Internacional (Groβe Internationale Partei) por medio del cual enfatiza la perniciosa influencia de la judería internacional (Internationale Judentum) y sus lacayos cristianos, los jesuitas (Jesuitismus).  Cfr. Absicht der Partei auf die Weltherrschaft (GLB 2a) págs. 17 y ss.
[9] Cfr. Lateinischer Kirchensang, armanischer Minnesang (GLB 2) pág. 55; v también (GLB) pág. 38
[10] La expresión "Kala" o "Hochheilige Heimliche Acht" refiere tanto a la forma secreta u oculta de la gnosis armanista como al sacerdocio secreto que, a lo largo de toda la edad media, se aplicó a cultivarlo. Cfr. Heimliche Acht, Kala (GLB 1) pág. 36 y ss.; v. también "Heroldschaft Beispiele der Kala",  (GLB 2) pág. 62 y ss.; "Kala" representa también, en un sentido más restringido, la aurea catena ario-germana, es decir, la tradición sapiencial ininterrumpida de los arios, el cordón dorado a través del cual se extiende una larga tradición de sabiduría y conocimiento ario.
[11] Cfr. Skalden, Heimliche Acht und Kala (GLB 1) pp. 35 y 36; Kalander und die hochheilige heimliche Acht (GLB 2) pág. 53.  En El Secreto de Las Runas (Versión castellana de Hyranio Garbho) v. p. 81 y ss.
[12] Cfr. Hieroglyphik in der Heraldik und Baukunst (GLB 1) pág. 39; Symbolik in der Heraldik (GLB 1) pág. 40 y ss.; Symbolik der Bauhütte (GLB 1) pág. 44.  En El Secreto de Las Runas (Versión castellana de Hyranio Garbho) v. p. 92
[13] Crf. Templeisen sind Kalander (GLB 2) pág. 64 ; v. también Tempelherrenorden, Templeisen, Templer, Rosenkreuzer (GLB 2) pág. 65 y ss.
[14] Cfr. Freimaurer, Rittertum, Femanenschaft, Armanensäulen (GLB 2) pág. 66 y ss.
[15] Cfr. Baphomet, redendes Haupt, Maltheserkreuz (GLB 1) pág. 42.  En El Secreto de Las Runas (Versión castellana de Hyranio Garbho) v. p. 92.  Véase también Redehaupt = der Baphomet der Temple (GLB 5) pág. 56  


miércoles, 13 de marzo de 2013

El Porvenir de Nuestras Instituciones Educativas Superiores

Por Hyranio Garbho

Hace un tiempo atrás un estimado amigo me solicitó si podía comentar la coherencia y objetividad de uno de sus trabajos académicos presentados en la universidad para el curso de Didáctica de la Geografía.  Mi amigo es estudiante de Pedagogía en Historia y Geografía, y me confiaba esta tarea por no sentirse conforme con la evaluación de su profesora, la que juzgaba de sesgada y poco objetiva.  A su vez, argüía que siendo yo formado en la filosofía, mi opinión podría calmarle en algo la incertidumbre que le generaban los juicios de su profesora, pues, dicho sea de paso, el trabajo académico que suscitaba tal alboroto versaba, precisamente, sobre la obra de un filósofo, un tal Walter Benjamín, famosillo entre quienes profesan una adición por las filosofías de la ruptura, el desmantelamiento, y los pensamientos "post".  Yo acepté encantado el encargo, pues de entrada advertí que esta tarea, discreta en su generación, me otorgaba la posibilidad de reparar, discutir, o proponer ideas sobre asuntos muy vigentes en el Chile de hoy.  Pero también, porque evaluar la "objetividad" de un trabajo académico, a partir del debate sobre su evaluación, me permitía poner el dedo en la llaga, sobre ciertos asuntos todavía más finos, sobre cuestiones en las que no repara la grosera forma de pensar de la que hacen gala quienes sólo conocen de "consignas".

Pero vayamos al asunto.  Mi amigo debía hacer un trabajo para el curso de Didáctica de la Geografía (y digo curso, y no cátedra -aunque, incluso, debiera decir "cursillo"- porque en eso se han transformado los quehaceres académicos en las aulas de todas nuestras instituciones universitarias) basado en la lectura del texto "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica" del intelectual judío Walter Benjamin.  Su tarea consistía, al parecer (lo deduzco de la estructura del trabajo), en exponer, primero, las ideas de Benjamin, y luego, en elaborar un ensayo.   Esta cuestión, de entrada, huele muy mal, o, por lo menos, huele muy rara.  ¿Qué tiene que ver Walter Benjamín, un tipo cuyo pensamiento se aplicó, principalmente a la crítica literaria y la crítica estética, con la didáctica de la Geografía?  ¿No será, acaso, me pregunté, estirar mucho a este autor, a fin de hacerle coincidir arbitrariamente con un tema, como la didáctica de la geografía, del que no puede estar más alejado, e incluirle porfiadamente entre los contenidos a tratar en un curso que no tiene mucho que ver con sus inquietudes?  Sería como incluir a Nietzsche en un curso de gastronomía sólo por el incidental hacho de que habla de la importancia de la alimentación y la buena nutrición en uno de sus libros, el Ecce Homo.  Aquí, ya, de principio, algo no está bien.  Pero me reservaré para el final la opinión que me respecta, pues estimo antes conveniente, para el devenir de esta exposición, ir de plano al análisis y la evaluación del trabajo académico de mi amigo.  Sólo con el objeto de ilustrar este asunto me permitiré citar aquí algunos de los momentos más relevantes de este trabajo, a fin de juzgar su "objetividad"; y de paso, evaluar la "evaluación" de su profesora.

Entre otras cosas, mi amigo afirma en su trabajo lo que sigue:

1) En relación con la posibilidad de servirse del desarrollo técnico del arte, particularmente el ligado a la producción audiovisual, para el trabajo didáctico, y luego de reconocer las eventuales ventajas de éste, mi amigo evalúa también que (cito textualmente):

"...en el campo de la didáctica puede llegar a ser un perjurio enorme para el aprendizaje de los estudiantes, ya que fácilmente pueden ser conducidos y/o condicionados a un reduccionismo ideológico en la materia histórico-geográfica, rasgo que a mí parecer carece de ética, puesto que el interés no debe estar centrado el reproducir observaciones que le acomoden o le sean pertinentes a ciertos grupos (como el de la misma Escuela de Frankfurt u otras)..."

y en otro pasaje, comentando lo mismo:

"...pero apunto más al criterio que el profesor debe poseer, es decir, hay que ser capaz de identificar aquella intención de propaganda política y diferenciarla de la intención pedagógica esencial, y por ello, ante la elección de material audiovisual como recurso didáctico se debe ser crítico, observador y las instrucciones sustentadas en el deben ser claras bajo la consigna de abrir la mentalidad a otras realidades en vez de cerrarla a una única forma de pensamiento".

2) Más adelante, relativo a la visión de Benjamin en el texto, señala (cito textualmente):

"La concepción de arte propuesta en Benjamín está centrada en la perspectiva individual y particular de las cosas... rasgo destacable en el sentido de desarrollar la creatividad para cada caso... pero cae en darle una dirección funcionalista, en su postura de la politización del arte, cae en una creatividad circunstancialista concreta, inmediata y que está dispuesta a desaparecer tempranamente, porque toda expresión circunstancial responde a objetivos del momento, y pasando el momento el arte pierde sentido en el futuro"

y luego, sobre el mismo tema, agrega:

"Es atómica por ser una postura racionalista y materialista a efectos de enmarcar a la obra de arte como un número multiplicable y dispuesta de ser creada no bajo el establecimiento de ser una proyección del ser, sino que se centran en una visión arquitectónica y planificada que responden a los designios de la razón y únicamente de ésta para su elaboración"

3) Por último, en relación con la pertinencia de la propuesta Benjamiana, mi amigo sostiene (cito textualmente):

"...considero poco táctico y contradictorio el hecho de pretender liberarse o efectuar una revolución cultural... en torno a la negación de otra afirmación... dispuesta casi como una caricatura para conseguir la atención de nuevos adeptos, puesto que el construir la realidad en torno a la negación de otra, simplemente es reproducir una relación opositora que más bien termina elaborando y reproduciendo un circulo vicioso..."

"...En el fondo no hay una propuesta nueva y libre (en Benjamin) que le entregue a las personas un modo de comprensión amplio, sino que reducido a la lógica de la lucha de clases, en donde el motor de lucha consta en sobre-determinar a los sujetos desde artificios circunstanciales  y cuantificables, pero el ser y la esencia, la particularidad y la diferencia cultural quedan relegados y se reducen los objetivos a fines meramente políticos..."

"...esa supuesta negación de la producción capitalista es una reproducción perfeccionada de los intereses centrados en la producción, la economía y una lógica materialista de comprender el mundo, es una falsa antítesis que fomenta la lucha de clases y que arbitrariamente nos dice que ella es la vía de liberación de los pueblos, por ello su interés por desacreditar todo interés cultural propio de cada localidad, la negación de los símbolos del mundo antiguo... que a mi parecer, no son más que una forma de hacer propaganda para atraer atención, y así reproducir un mundo medido en números, bienes de producción, fuerza de trabajo, clases sociales y términos adoptados hoy en día por la ciencia económica"

A este respecto, la profesora de mi amigo respondió sumariamente:

1) Que no podía, en su trabajo, realizar juicios de valor, en sí éticos, respecto de una posición filosófica -en este caso, la de Benjamin

2) Que el hacerlo no era propio de un profesor de Historia y Geografía (nótese este comentario porque es de antología, sobretodo, viniendo de un profesor de educación "superior" (las comillas no están puestas aquí accidentalmente)

3) Que el aceptar esta deformación profesional en mi amigo (la de formular juicios de valor filosófico siendo un profesor de Historia y Geografía) sólo le venía del hecho de tratarse de "gente con menor nivel" (etiquetado que la profesora utiliza no "peyorativamente" para sus estudiantes)

Luego de esto (y esta cuestión la destaco sólo a modo de ejemplo de la coherencia de nuestros docentes universitarios actuales), la profesora de mi amigo se lanza de cabeza a realizar un sin fin de juicios de valor filosófico sobre la posición filosófica de su alumno (mi amigo), olvidando, absolutamente, me imagino, que sólo unas líneas antes, en su evaluación, le había recalcado que no era propio de un profesor de Historia y Geografía hacer eso.  

En suma, la profesora continúa su evaluación del modo que sigue (los paréntesis corresponden a mis juicios de valor previos sobre las afirmaciones de la profesora).  Ella alega que:

1) Benjamin es hijo de su tiempo (juicio de valor filosófico)
2) Si la posición de Benjamin le parece a mi amigo "reduccionista" o "maniquea" es pertinente revisar el contexto de su época (juicio de valor filosófico)
3) En la época de Benjamin la vida se concebía desde la "polaridad" (juicio de valor histórico-filosófico -lectura acrítica de un período de la historia- falta de comprensión absoluta o comprensión de medianía, como diría Heidegger... ¡y pensar que estos pelafustanes educan a nuestra juventud hoy!)
4) Finalmente, reconoce una coincidencia con mi amigo en la idea de precaverse de los eventuales abusos en que puede incidir un profesor, pero no comparte esa visión idealista del ejercicio de la docencia (como ella califica a la posición de mi amigo), pues dado que somos "personas", no podemos responder a las exigencias éticas de la profesión en un sentido absoluto.

Hasta aquí la presentación del caso.  Vayamos ahora a su análisis.

No es un enigma, para nadie, que el caso planteado más arriba empalma centralmente con cuestiones tan alegadas hoy en día, como la calidad de nuestros docentes secundarios y la calidad de su formación.  Ello, a su vez, se entronca, con el tan manoseado tema general de la calidad de la educación en Chile. Tenemos acá el caso de la evaluación negativa (no diré crítica, porque para eso le hace falta mucho) del trabajo académico de un futuro profesor secundario de Historia y Geografía, en base, únicamente, a lo que es su posición política frente a la filosofía de un autor que le han dado a leer.  La primera cuestión sobre la que me parece pertinente reparar  es por qué ése autor y no otro.  Si se hubiera tratado de un curso de filosofía, o de historia del arte, o de estética, me habría parecido pertinente la invocación de un autor de tales características -siempre que, con la misma valoración, se hubiera podido invocar el trabajo de autores cuya filiación ideológica o posición filosófica se hallara en las antípodas del primero (me parece que algo así habría sido un principio de ecuanimidad).  Pero ¿se justifica para la clase de Didáctica de la Geografía la inclusión de un autor como Benjamin? ¿No responde esto, más bien, al capricho de un Docente determinado, que en su empeño por transmitir filosofías o ideas que le hacen sentido a él, personalmente -como sujeto, como individuo- estira hasta tal punto la obra de un autor a fin de que, por algún lado, termine por calzar, aunque muy artificiosamente, con los objetivos de un curso determinado?  No sería, en todo caso, la primera vez que ocurre; ni sería, tampoco, un hecho aislado.  Hay universidades -como el ARCIS, por ejemplo- que hacen de este asunto una práctica habitual.  Allí, el concepto de "libertad de cátedra" se práctica tan religiosamente (tan dogmáticamente) que esta idea -en sí muy buena- termina por desfigurarse hasta la monstruosidad.  Guiados por la tentación ególatra (y placentera) de hablar exclusivamente de "sus gustos y predilecciones intelectuales" estos docentes terminan por torturar a sus alumnos con una serie de temas que no son necesariamente de su incumbencia; y que, peor aún, no contribuyen mucho a su formación profesional en el campo específico en el que deben ser preparados.  Para una cátedra de didáctica me parece a mi pertinente estudiar a los "didácticos"; y para la Didáctica en Geografía, habrá que estudiar a quienes, entre los "didácticos", tengan alguna experticia en esta disciplina.  

Pero el asunto que me convoca es todavía más complejo y más profundo.  Vuelvo a repetir la pregunta: ¿Por qué ese autor y no otro?  Descartado aquí el tema de la pertinencia curricular de este autor la respuesta a esta pregunta se me hace obvia.  La única razón que explica la inclusión de este autor en una cátedra que no tiene nada que ver con su filosofía yace en su filiación ideológica y en sus antecedentes étnicos.  Benjamín es marxista y es judío; y el judeo-marxismo se cultiva en las universidades modernas como si se tratara de una religión (particularmente en las carreras del ámbito de las ciencias sociales).  Y ése es uno de los problemas más relevantes de las llamadas ciencias humanas hoy.  Pero si a ese problema agregamos el de la calidad e independencia intelectual de nuestros docentes y académicos universitarios, el panorama se vuelve todavía más deplorable y deprimente.   Así, la ecuación (Ciencias Sociales=Marxismo) + (Docentes estúpidos y mal formados) presenta el mayor desafío para la moderna educación superior chilena.  

No quisiera reparar in extenso en la escasa capacidad intelectual de nuestros académicos y docentes universitarios hoy.  La mayoría de ellos, esto es sabido por todos, llegan a ocupar una cátedra en la universidad merced a sus habilidades sociales (esa corrupción llamada pituto y padrinazgo) y a su marcado sentido de la oportunidad (oportunismo) más que por sus talentos académicos o por sus méritos intelectuales.   De allí en adelante es muy poco lo que podemos esperar de una universidad.   Pero el caso es que Docentes de este talante terminan convirtiéndose en agentes extraordinariamente funcionales a los propósitos definidos para la educación superior en Chile y la educación superior en cualquier otra parte de este lado del planeta.  Esos objetivos son, digámoslo sumariamente, el lavado de cerebro y adoctrinamiento de nuestra clase intelectual chilena.  La educación superior, la educación en general, se ha convertido junto con el cine, la televisión, la prensa escrita, el negocio del entretenimiento y los espectáculos, en una pieza más del engranaje de esta tremenda industria cultural que tiene por base ideológica el judeo-marxismo.  Nietzsche no se equivocaba cuando decía en la genealogía de la moral que hoy día (en su época y en la nuestra todavía más) TODO SE JUDAIZA A OJOS VISTAS.  Demás queda decir que el marxismo es un instrumento del judaísmo.   


En las universidades, lo mismo que en la televisión, el cine, la prensa y la industria del espectáculo, se forma y se modela la moderna opinión pública.  Allí se manipula el pensamiento de las futuras generaciones.  Allí se decide el bien y el mal.  Allí se incoa y se inculca el judeo-marxismo.  Las universidades son, hoy en día, verdaderas fábricas de opinión pública; y estudiantes, profesores y académicos, son verdaderos borregos que recepcionan acríticamente todo cuanto se les inculca; borregos que cual oveja llevada al matadero reproducen hasta el aturdimiento, como verdaderos loros, o máquinas biológicas, sin ningún tipo de independencia intelectual, cuanta basura consumieron en esos centros de formación judeo-marxista.


Esto es lo que está en juego en el caso Factvm, el caso planteado a mi por mi amigo.  Y ése es el porvenir de nuestras instituciones universitarias.  No está lejos el día en que las universidades desaparezcan.  Cuando se adviertan y se descubran ineficientes como mecanismo de control y lavado de cerebro -cuestión que sólo puede suceder si en ese cometido la superan el internet o la televisión-.  Entonces dejarán de ser útiles al sistema y morirán de muerte natural.  Nadie las echará de menos.  Pues si tal cosa llega a suceder (y sí que va a suceder) el hombre no judío no necesitará más del conocimiento.  Le bastará con tener su estómago lleno y con llevar una vida sedada hasta la estupidez.