Pese a que la religión de Wotan,
redescubierta por Guido von List, figuraría luego, a partir del Bücherei, como
la dimensión exotérica de la antigua gnosis germana, su preponderancia y preeminencia
en El Secreto de Las Runas continúa
siendo visible a un punto en que es difícil discernir los límites con el
armanismo, la dimensión esotérica de la vieja aurea catena de los arios[2].
Tanto el wotanismo como el armanismo enfatizan la iniciación en los misterios
de la naturaleza, y ambas tienen al Edda y a las runas como sus fuentes
originarias.
Según List los Eddas fueron
escritos por refugiados alemanes en Islandia que huían de las persecuciones de
los cristianos por cultivar la religión de Wotan. Por lo que, en esencia, entonces, los Eddas
conservan la antigua sabiduría alemana reflejo de los misterios de la religión
wotanista.
En los Eddas Wotan aparece como el
Supremo Soberano Señor de Guerra. Es
también un sabio y un vidente que alcanza el desarrollo de la visión interior,
la sabiduría, por la vía del autosacrificio y la automutilación. Estas ideas
están muy bien reflejadas en el Völupsâ (o Canto del Vidente) y el Hâvamâl (o
Discurso del Altísimo). En este último el autosacrificio aparece como el único
camino, a partir del cual, es posible la adquisición de la sabiduría que
trasunta los poderes para transmutación de los elementos. Este autosacrificio consistente de suyo en un
riguroso cultivo del cuerpo y del espíritu (colgar durante nueve días y nueve
noches del árbol del espanto) se lleva a cabo a partir de rituales que están
presididos por la máxima: "supérate a ti mismo". Esto es, sobreponte a tus debilidades,
trabaja para estar física y mentalmente sobre ellas.
Este sacrificio está representado de
forma simbólica en el Hâvamâl. Allí se
puede leer lo que sigue:
Yo
sé que pendí del árbol,
Azotado
por el frío viento,
nueve
eternas noches
herido
por la lanza consagrada a Wotan
por
la lanza que yo mismo consagré a mi mismo
en
aquel árbol del que nadie conoce el origen de sus raíces.
Ni
pan, ni hidromiel me fue ofrecida
Entonces
miré hacia abajo
Y
en un grito salido del alma
las
runas vinieron a mi conocimiento
Y
entonces me dejé caer del árbol.
Wotan alcanza la Sabiduría (la
comprensión del Secreto de Las Runas) únicamente mediante esta vía, que parece
enseñar a los primeros germanos el valor del sacrificio y del autosacrificio
como único camino o vía privilegiada para alcanzar lo único realmente valioso
en esta vida, el conocimiento de sí (de donde se extrae la idea que las Runas
son la materialización de ese supremo conocimiento). En el Völupsâ, el
sacrificio que conduce al autoconocimiento (que es la autosuperación) viene
representado por el sacrificio en el pozo de Mimer.
A este respecto cabe señalar un
par de cosas no suficientemente explicitadas sobre el verdadero significado de
estos sacrificios de Wotan en el Hâvamâl y el Völupsâ. Ambos están relacionados
con el desarrollo de la intra-visión o la clarividencia, vinculada ésta a la adquisición
de poderes mánticos y de transmutación de los elementos. El principio esotérico implicado en esto dice
relación con la convicción de que únicamente puede alcanzarse dicho poder en el
exterior, si acaso antes se lo ha conquistado en el interior. Pero los
sacrificios de Wotan requieren todavía de una explicación más precisa. En el Hâvamâl Wotan pende del árbol del
espanto para alcanzar el significado secreto de Las Runas. Pero las Runas de que se trata aquí, antes de
estar grabadas en piedras o maderos, están inscritas en el corazón de
Wotan. Así, develar el Secreto de Las
Runas es sinónimo de cumplir con ese viejo imperativo ario inscrito en el
Templo de Delfos, y que dice Conócete a
ti Mismo. Wotan conoce el significado de Las Runas primero en él (las ve en
su interior); y ello sólo ha sido posible mediante la praxis del
sacrificio. Esas runas que él ha visto
en sí mismo y que develan también los secretos para operar sobre los Elementos
en el exterior, aparecen bajo la forma de una conquista de la Sabiduría, por
medio de una automutilación, en el Völupsâ.
Allí Wotan ofrece uno de sus ojos a Mimer para así poder beber de la
fuente del conocimiento. Nuevamente se
trata aquí, bajo otra fórmula, del mismo conocimiento interior que hace posible
la visión en el plano exterior; la clarividencia o el mántico poder sobre los
hechos futuros. Estos acontecimientos
futuros, no obstante, no tienen mucho que ver con hechos que acaecerán, sino
que están relacionados con una forma de Conocimiento Superior directamente ligados con la noción de "Destino"
(Schiksal), que es la única ley que explica satisfactoriamente el contenido secreto de la
expresión Conócete a ti Mismo, que
preside el significado de ambos sacrificios de Wotan en los Eddas.
Conócete a ti Mismo significa Conoce la
ley que es Destino y que rige en ti[3];
y esa Ley que es Destino es descubierta por Wotan bajo la forma de la bebida de
la fuente del conocimiento en el Völupsâ (la que literalmente permite conocer
la geometría del Destino), y bajo la forma de Las Runas en el Hâvamâl.
List fue el primer wotanista
moderno. Él redescubre el wotanismo y
reivindica a la figura de Wotan como el dios en el que mejor se sintetiza la
voluntad de la naturaleza. Pero en la obra de List Wotan aparece como una de
las entidades divinas, la principal, de un Dios que en verdad, lo mismo que en
el hinduismo y el cristianismo, es uno y trino.
En efecto, de acuerdo con List, la divinidad de los primeros ario germanos
en realidad se llamaba Allvater, el cual se manifestaba en la triada de Wotan,
Wili y We[4].
En cuanto figura principal de la
trinidad aria Wotan encarna las leyes de la naturaleza, la unión mística entre
el cielo y la tierra, la geometría de la Ley que es Destino y que describe un
ciclo incesante de transformación a través de los tres estados que son el
Venir-al-Ser, el Permanecer-en-el-Ser y el abandonar-el-Ser para Venir-al-Ser nuevamente.
La estructura de este ciclo completo, según la filosofía de List, contemplaba
un movimiento sencillo que iba de la unidad a la multiplicidad para retornar de
nuevo a la unidad. Esta estructura
estaba representada simbólicamente por triskeliones, esvásticas y
triángulos. Cuando éstos se dibujaban
invertidos o describiendo una dirección contraria a las agujas del reloj
representaban las "fases de la evolución cósmica en el giro inferior del
ciclo" esto es, el paso de la unidad a la multiplicidad; cuando se
diseñaban describiendo el sentido de las agujas del reloj (o en el caso del
triángulo con el vértice hacia arriba) representaban el retorno a la divinidad,
esto es, el paso de regreso desde la multiplicidad a la unidad.
De acuerdo con List este ciclo
está máximamente presente en la naturaleza; aunque también puede extenderse a
fenómenos históricos. Así, el
nacimiento, ascenso y caída de una cultura o civilización estaba sujeta al
mismo ciclo o desarrollo que cualquier otro fenómeno o proceso de la
naturaleza. Pues las leyes de la
naturaleza rigen también las leyes de las historia. Y ésta describe los mismos
movimientos que de un modo u otro rigen también el ciclo de las estaciones del
año, o la rotación constante de los planetas. Así, este proceso natural de
nacimiento, desarrollo y muerte o surgimiento, ascenso y caída está presente en
toda la realidad pues es ley de la naturaleza, de Dios, proyectada a la
historia, la cultura, la sociedad.
[1] Este ensayo forma parte del Estudio Preliminar
realizado por Hyranio Garbho para la primera edición castellana del Secreto de
Las Runas de Guido von List.
[3] Para una mayor comprensión de esta idea ver mi ensayo Fatalidad, Destino y Azar en
hyraniogarbho.blogspot.com
[4] Cfr. Zeit und Raum. Wuotan, Wili, We (GLB 5), pp. 26 y
ss.