(Para una investigación en curso)
Dentro de la gnosis alejandrina, encontramos a
Basílides, a Valentín y sus discípulos, a Carpócrates, a los docetas, a los
setianos. La gnosis alejandrina parte de la filosofía helenística. Fue la más
prolífica y de mayor repercusión, llegando a la capital del Imperio y a zonas
como las Galias, Hispania, Grecia o Armenia. Por Oriente llegó hasta Siria,
Asía Menor y Armenia. Existen indicios asimismo de que la penetración en
ámbitos femeninos fue muy amplia, y quizó eso explique también las repetidas
referencias que se hacen en los escritos gnósticos a mujeres cercanas a Jesús,
como María Magdalena.
Sin forma judaica y enfrentada con la Iglesia,
revitalizaba tesis de la gnosis precristiana, aunque por razones de
conveniencia intentaron legitimarla derivándola de los apóstoles.
BASILIDES
Según IRENEO, vivió en Alejandría en la época de
Adriano y Antonino Pío (120-145 d. C.). Fue profesor en esa ciudad hacia el año
133. Parece que estuvo en Antioquía, siguiendo las enseñanzas de Satornil.
Escribió un Evangelio y un comentario al mismo (llamado "Exegetica",
del que quedan fragmentos). De sus odas y salmos no se ha conservado nada. Para
él, el caos es la obra del demiurgo (criatura que intenta imitar a Dios). Dios,
por su parte, anima la materia mediante su acción: de ahí la mezcla de los dos
principios, luz y tinieblas, en el mundo material. El hombre posee la luz (el
espíritu que anima su alma) y puede llegar al conocimiento si vence a las
tinieblas que le rodean y están en él y que se manifiestan por la degeneración
material, el retorno al caos y la corrupción de la sangre. En la escala de la
creación el hombre es lo más alejado del caos, y dentro de los hombres algunos
elegidos están mas cerca que otros del espíritu divino.
Para Basílides "toda evolución viva consiste
en una diferenciación y una separación, en un desglose de materias
originalmente mezcladas". Y es que en el mundo meteria y espíritu, los dos
principios, no están separados radicalmente. El mundo material es un reflejo
del mundo espiritual, su arquetipo. Por encima de todo, en lo alto, reina el
Espíritu (Logos), pensamiento divino consciente de sí mismo. Por debajo está el
pensamiento inconsciente de sí mismo aunque de esencia espiritual pura (el
pneuma). Es como el alma del mundo que circunda el universo terrestre (lo que
sería el Espíritu Santo cristiano). Luego viene una parte diferente al alma del
mundo material sólo en grado, es el éter.
Siguiendo a Empédocles, formula que nacimiento y
muerte no existen como principio y final, sino como composición y disolución de
los elementos que forman al ser. Así, las sustancias se organizan siguiendo su
respectiva gravedad. El espíritu (material y compuesto de finos átomos) se
eleva para retornar a su principio. El pneuma (materia más opaca), se extiende
alrededor del mundo. El éter se eleva y se extiendo sobre el neuma. Por fin, el
aire llena la región siguiente. La última parte del Espíritu Cósmico se debe
elevar hacia el espíritu universal. Sólo así se restablecerá la armonia en su
escala de espíritu, alma y cuerpo, compenetrados recíprocamente en el cosmos
así como en el hombre. Cada criatura, además, deberá ser instruída sobre su
verdadera naturaleza, tal como había sido deseada en un principio por Dios,
pero que no ha podido realizarse.
El conocimiento (gnosis) y no una fe ciega salva al
hombre, pues lo libra de la esclavitud de este mundo. Pero está reservada a
unos pocos iniciados, que lo deben mantener en secreto. En palabras de Ireneo:
"Pocos pueden poseer este conocimiento; uno entre mil, dos entre diez
mil"
Todo pecado del hombre reside en su deseo, que le
lleva a querer transgredir su naturaleza. Contra natura es tanto la ascesis
pura como los deseos sexuales. Son un estorbo y llevan a un sufrimiento siempre
renovado.
Siguiendo al "Timeo" de Platón, el hombre
debe evitar el amor mezclado de placer y pena si quiere acabar con el ciclo de
nacimientos.
Ahora bien, al mismo tiempo considera que la
liberación sólo afecta al alma y, por ello, lo que se haga con el cuerpo es
éticamente indiferente. La eucaristía y la ética del amor eran sustituídas por
experiencias de tipo extático.
Dejemos aquí la descripción de su sistema,
añadiendo que tiene puntos de contacto con el culto de Mitra. También que entre
el hombre y Dios, su principio, establece mundos intermedios. Que Cristo no es
el crucificado sino el enviado del Padre. Defiende que el crucificado era en
realidad Simón de Cirene, que sustituyó a Jesús; y por tanto, la resurrección
no tuvo lugar.
ISIDORO
Hijo y continuador de Basílides. Sabemos poco de
él, salvo que escribió una "Explicación del profeta Parchor", una
"Etica" y un tratado llamado "El alma adventicia", obras
que no han llegado hasta nosotros.
VALENTIN
Contemporáneo de los anteriores pero mucho más
importante que ellos. Habría nacido en el año 85 d. C. en Phrebón o Pharbé, en
el litoral de Egipto. En su formación se integrarían la filosofía platónica,
las disciplinas y mitología griegas y las enseñanzas de Theodadis, discípulo de
Tablo de Tarso (según Tertuliano en "Adversus Marcionem").
Dice Tertuliano que "Valentín había esperado
el episcopado, pues estaba dotado de gran talento y elocuencia, pero fue
preferido otro por su martirio; y Valentín, por indignación, rompió con la Iglesia
ortodoxa" (TERTULIANO: Adversus Valentinianos).
Existen datos a favor de que, tras predicar su
doctrina en Alejandría (Egipto), se trasladó a Roma para continuar con la misma
labor, y de allí se habría desplazado a Chipre. Señala el mismo autor que su
herejía hizo "erupción, gobernando el Imperio Antonino Pio... Venido a
Roma bajo Higinio, floreció allí bajo Pio y permaneció hasta Aniceto". Si
cotejamos fechas, pudo haber permanecido en Roma alrededor de treinta años.
Su influencia en la gnosis fue enorme: supo adaptar
el lenguaje del Nuevo Testamento a sus enseñanzas. En palabras de César Vidal
"puede decirse que hizo lo mismo que Pablo de Tarso había intentado en
algunas de sus epístolas: valerse de la terminología del adversario como arma para
combatirle". Según IRENEO (Adversus haereses, 3,15, 2), su habilidad como
orador le permitió infiltrarse fácilmente en las iglesias y reunir a muchos
adeptos; tantos que, según HIPOLITO, se llegaron a formar dos escuelas de
discípulos suyos, una oriental y otra occidental. Valentín hacía una clara
distinción entre profanos e iniciados. Su doctrina no desentonaba de la
ortodoxia, ya que su gnosis esotérica quedaba reservada para una minoría
preparada.
Escribió salmos, homilías y una serie de cartas,
que se han perdido. Se conservan fragmentos suyos en Clemente de Alejandría, y
en el "Evangelio de Verdad" (escrito hacia el año 150). Se le
atribuye, aunque no únanimemente, el tratado "Pistis Sofía"
("Fiel sabiduría"), uno de los más importantes de la gnosis. Murió,
finalmente, a los setenta y tres años, tras ganarse tres excomuniones y la
oposición de la Iglesia romana. El sistema valentiniano es de los más complejos
y elaborados de la gnosis. Para él, ésta es un conocimiento de los orígenes
celestiales del hombre y de su fin (la vuelta a la esfera celestial). El paso
por este mundo de abajo es un tiempo de embriaguez, de sueño, de ignorancia y
de ceguera. La conversión gnóstica es una conversión a su profundo ser
(restablecer lo que le es propio) y, de este modo, una fusión en el gran todo
divino. El gnóstico "despierta" y su alma toma conciencia de su
dimensión superior ("pneumática"). La luz que ilumina este
conocimiento es Cristo, con el que los valentinianos quieren identificarse. La
cosmogonía valentiniana vendría a resumirse así:
1) Existía un Padre único, que dominaba al todo en
el silencio. Es el Supremo transcendente, que produjo un Principio del Universo
y de la economía de la salvación. Ningún ser fue de él puede gozar de potencia
natural para conocerlo, pero todo ser intelectual producido por él recibe la
gracia de conocerlo.
2) De él emanó el "Padre que viene, el
Hijo", que descendió al mundo inferior, como un sumo sacerdote, para
revelar el límite que separa el mundo celestial del mundo terreno, a saber, la
cruz de Cristo. Los eones, emanaciones celestiales, constituyen el
pleroma, mucho antes de la etapa de la creación del universo y del mundo
creado. Son prototipos de lo que será la creación. Se distinguen del Padre por
su multiplicidad y su naturaleza imperfecta; conocen la existencia del Padre,
pero no penetran en su esencia. Estamos situados en el pleroma, el todo:
conjunto de eones o mundos, el reino del padre.
3) Uno de los eones es el Logos, capaz de
conocimiento racional. Una parte del Logos pretendió el conocimiento perfecto
del Supremo. Al hacerlo así, traspasó los límites fijados por el Padre y,
fulgurado por la luz celestial, conoció la duda y perdió una parte de su
naturaleza. La pretensión dio lugar al desprendimiento del
principio del cosmos, Anima Mundi (Espíritu Santo inferior), que quedó separado
del pleroma.
4) El logos ambicioso se convirtió, por la fuerza
de la metanoia (arrepentimiento) y de la oración, y renació en él el recuerdo
(anámnesis) de su origen celestial. Así recibió la gracia del conocimiento
perfecto (= unción del Espíritu Santo superior) y fue proferido como hipóstasis
subsistente (o seguna persona de la Trinidad). Liberado de su depresión y
vuelto al pleroma, el logos creó las imágenes originales de los pneumáticos u
hombres gnósticos, según los modelos de los eones celestiales que contribuyeron
a su liberación. Hasta este momento, todo el proceso se produce en
el seno del Supremo.
5) Se inició entonces un proceso fuera del pleroma.
El alma del mundo (Sofía o "Sabiduría" exterior), por su parte, se
separó de Dios e intentó crear ella sola, usurpando así una prerrogativa
divina. Generó a los intelectuales espirituales (los hombres gnósticos o
pneumáticos), y creó unos entes anímicos (psíquicos). Cayó entonces en una
soledad amarga y dolorosa. El Logos-pleroma emitió un Salvador (Cristo) para
recuperar al Alma del Mundo y sus productos espirituales. Este Salvador no es
sustancialmente diferente del pleroma. Arrepentida, recibió a Cristo, que bajó
a ser su compañero y su liberador. Su reunión gozosa simboliza ahora al todo en
su unidad reconciliada.
6) Al querer emular al Padre, Sofía formó al
demiurgo, uno de los eones, por error. Este demiurgo, movido invisiblemente por
el logos, creó el mundo material y al hombre. Su transgresión fue permitida por
Dios, en su "economía" de salvación". El hombre creado es de derechas (psíquico: puede
ser salvado) o de izquierdas (hílico: violento, con sed de poder). El
pneumático recibe una semilla neumática ("espiritual"), mientras que
los demás hombres, criaturas del demiurgo y mezclas de materia y alma, pueden
optar por hacerse hílicos o psíquicos.
7) El Salvador vino al mundo para liberar de la
muerte y restaurar todas las cosas para el Padre. En su sistema, Valentín
incorpora la idea del hombre primordial, claramente precristiana y pagana, en
base a ciertos parecidos con el Nuevo Testamento. La inocencia primitiva de
Adán y Eva -símbolos, respectivamente, de lo masculino e intelectual, por una
parte, y de lo femenino y sensible, por otra- era un estado de unión andrógino.
En todo su sistema, la unidad era el símbolo de la perfección. Al sucumbir a la
tentación se produjo la escisión entre ambos elementos, quedando el hombre
sometido a tensiones contrapuestas entre el espíritu (= elemento masculino) y
la materia (= elemento femenino) y abocado a la muerte. También recupera el sustrato precristiano de la
"Sabiduría" (en griego, "sofía"), ligado al concepto de
sabiduría creadora que aparece en el Antiguo Testamento. Sofía Akhamot (akhamot="sabiduría",
en hebreo) sería el Espíritu Santo, que reside en la ogdóada, el cielo de las
estrellas fijas. En los cielos planetarios o hebdómada dominan los arcontes,
los ángeles del demiurgo, que odian a los hombres e intentan impedir que
alcance su plenitud en el Pleroma. En cuanto a la naturaleza de Jesús, para los
valentinianos está dotado de un cuerpo hílico, material, tomado de María, una
virtud (racional), una virtud (espiritual) y la persona del Hijo, al igual que
los ofitas. Sería preexistente y se introduciría en María, pasando a través de
ella "como el agua a través de un canal". La escuela itálica
distinguía dos etapas en la vida del Salvador: antes del bautismo en el Jordán
tenía Jesús un cuerpo corruptible como el de Adán y era, por tanto, hijo
natural de María y de José; es a partir de dicho bautismo cuando el Cristo
celeste se hace hijo del Padre y de la madre Virgen para redimir la carne
contaminada por el desliz de Adán. Jesús tiene, pues, dos madres: a) la esposa
de José, b) la "Virgen incontaminada", esposa del Padre celestial. La
misión del Salvador sería la de revelar el conocimiento que hace pasar al
gnóstico de un mundo de tinieblas dominado por el error a un mundo de luz en el
que reina la verdad.
Sobre el ritual, los valentinianos tenían cinco
sacramentos: bautismo, unción (o "crisma"), eucaristía, redención y
cámara nupcial (o matrimonio gnóstico). El bautismo, por inmersión, colmaba la
deficiencia del hombre, a través de Cristo. Servía para perdonar los pecados.
Nada tenían en contra de la variante ortodoxa, incluso se refieren a menudo a
él, como propio de Juan Bautista. Pero era superior la unción, el verdadero
bautismo espiritual, si se quería obtener el nombre de cristiano en propiedad,
y no como mero préstamo. En el bautismo valentiniano el nuevo
"perfecto" era bautizado en el mismo nombre que el de su ángel. Con
la unción se accedía a todo el misterio de la salvación, se participaba de la
unión del Padre y del Hijo. Daba poder sobre las potencias del destino y sobre
el mundo de la generación carnal. En cuanto a la eucaristía, señalaban que es
germen de resurrección, porque el pan y el cáliz, símbolos de la carne y sangre
de Jesús, lo son asimismo de la unión entre el Logos y el Espíritu Santo.
Permitía al creyente unirse al hombre perfecto y hacerse también él perfecto. A
través de la redención (apolytrosis) el alma del perfecto ascendía a través de
los cielos planetarios tras la muerte. Recuerda a la unción católica.
Finalmente, la primacía absoluta correspondía a la
cámara nupcial. Con ella se unía el alma y el cuerpo, se unía la
"imagen" (=semilla pneumática del gnóstico en calidad de esposa) con
su "ángel", realizada aquí abajo como anticipación a la unión
definitiva en el plano escatológico. El gnóstico que había consumado esta unión
en sí mismo se hacía con ello inmune a los ataques de los espíritus inmundos
durante su vida terrena y aún después de la muerte.
Tertuliano en su tratado "Contra los
valentinianos", nos habla del aspecto esotérico de los mismos, relacionándolos
con los antiguos misterios de Eleusis: un acceso difícil al grupo, prolongando
la iniciación antes de ser incluído plenamente en la secta, y a continuación,
la regla de silencio. Los valentinianos daban gran importancia al evangelio de
Juan, y además, según Ireneo "situándose fuera de todo temor y publicando
escritos de su propia cosecha, se jactan de poseer más evangelios de los que
existen" (Adv.haer. III, 11,9)
PTOLOMEO
El miembro más importante de la escuela italiana de
Valentín. Escribió una "Carta a Flora" donde discute acerca de la ley
mosaica y defiende que ésta no es de origen exclusivamente divino, sino que se
adivina una mano humana (tema caro al gnosticismo). Se conserva por EPIFANIO DE
SALAMNIA (Haer. 33, 3-7).
Junto a Heracleón, fue exponente de una rama del
valentinismo que había iniciado un movimiento de acercamiento a la opinión
ortodoxa. Ireneo nos dejó una descripción sintética de su doctrina. (Tras
describir la génesis del cosmos, en los términos valentinianos expuestos más arriba):
"Sophia Akhamot generó frutos a imagen de los
ángeles del Salvador, vástagos espirituales.- El Demiurgo hizo al hombre
terrenal a partir de la materia fluida, e infundió en él el hombre psíquico.
Este es el que fue hecho a imagen y semejanza.- De esta manera los gnósticos
reciben el alma del Demiurgo, el cuerpo, del barro, y el hombre espiritual, de
la madre Akhamot. Hay tres clases de hombres: el material, designado también de
izquierda, perece por necesidad; el psíquico, designado de derecha, encontrándose
en medio del espiritual y del material, se puede inclinar hacia el uno o hacia
el otro; el espiritual, que enviado al psíquico para educarse con él. Cuando
toda la semilla haya alcanzado la perfección, Akhamot, la madre, abandonará la
región intermedia y entrará en el Pleroma, y recibirá a su esposo, el Salvador.
Todo el Pleroma es entonces la cámara nupcial. Los espirituales se desnudarán
de las almas y vendrán a ser espíritus inteligibles, y entrarán en el Pleroma,
destinados a ser esposos de los ángeles que hay en torno al Salvador. También
el Demiurgo se trasladará al intermedio. Las almas de los justos (de los
psíquicos) encontrarán reposo en la región del intermedio. Cuando todo esto
haya sucedido, el fuego que está oculto consumirá toda la materia."
IRENEO, Adversus haereses, I, 4-7).
Su sistema difiere respecto al valentinismo
clásico, sobre todo, en que abandona el teorema de las tras naturalezas
impermeables El rasgo diferencial más importante respecto al valentinismo
clásico es el abandono del teorema de las tres naturalezas impermeables. La
condición de espiritual se puede perder y ganar (como la "gracia" de
los católicos).
HERACLEON
Al parecer, fue el discípulo preferido de Valentín,
y pertenecía a la escuela italiana. Como obra más importante destaca un
comentario al evangelio de Juan, recogido por ORIGENES en su comentario al
mismo evangelio. Heracleón comprende que cuando el Evangelio de Juan (1,3)
señala que "todo se hizo por él", se refiere al cosmos corrompido,
creado por el creador, el demiurgo, bajo la dirección de las órdenes del Verbo
del Dios trascendente, y excluye al pleroma. Heracleón mostraba una actitud
radical contra el bautismo católico. Consideraba que el bautismo del agua era
del diablo, puesto que el agua es materia y toda materia es mala. Así el
bautismo de Cristo no sería de agua, sino de espíritu. Se basaba para ello en
el evangelio de Juan (XX, 22). La obra gnóstica "Tratado tripartito",
de Nag Hammadi, parece estar 1marcada también por su doctrina. En ella se muestra
una gnosis paulatinamente cristianizada: el dualismo gnóstico da paso a un
mundo material impregnado por el Dios bueno, la materia es útil para la
salvación, la caída del logos fuera del pleroma es interpretada positivamente y
no es tan clara la frontera entre los pneumáticos y los psíquicos (gnósticos y
profanos, respectivamente).
FLORINO
Perteneció también a la escuela romana de Valentín.
No se sabe mucho de él. Por lo que dice IRENEO, parece que defendió que Dios
era responsable del mal en el mundo. Era presbítero de la Iglesia y su
influencia fue muy grande en las Galias.
BARDESANES
Perteneció a la escuela oriental de Valentín. Nació
en Edesa, relacionado con la corte, y se convirtió al cristianismo a los
veinticinco años. Cuando el emperador Caracalla (216-217) invadió Edesa, huyó a
Armenia.
Después, hacia el 222-223, murió en Siria. No se
sabe cuando entró en contacto con los gnósticos. Según EUSEBIO, al final de su
vida abandonó la gnosis, aún conservando rasgos de su etapa gnósitca (Hist. Eccl.
4,30). De sus obras sólo se ha conservado el "Diálogo sobre el
destino".
En opinión de César Vidal debió seguir siendo
gnóstico siempre, aunque guardara las formas para evitar represalias
eclesiásticas. La prueba sería que compusiera unos 150 himnos para propagar su
doctrina, que sus seguidores sobrevivieran hacia la segunda mitad del s. IV
(disputando con Efrén) y que en el siglo X lo citase el árabe Ibn Abi Jakub en
su lista de las ciencias denominadas Fihrist.
HARMONIO
Hijo de Bardesanes. Sus himnos aún gozaban de
popularidad a mediados del s. V (segun SOZOMENO). En alguno de ellos podría
haber enseñado la doctrina de la transmigración de las almas (cosa poco común
entre los gnósticos).
TEODOTO
Pertenecía a la escuela oriental de Valentín.
Sabemos de su doctrina por CLEMENTE DE ALEJANDRIA. Adoptó la doctrina de la
Iglesia en cuanto a sacramentos cambiándolos de contenido (un rasgo
valentiniano), encaminados a la lucha contra el maligno. Para Teodoto, la
gnosis era el conocimiento que liberaba de las siguientes cuestiones:
"¿Qué es lo que éramos? ¿En qué nos hemos convertido? ¿Dónde estábamos?
¿Adónde hemos sido arrojados? ¿Hacia qué meta nos apresuramos? ¿De qué hemos
sido rescatados? ¿Qué es la generación? ¿Y la regeneración?". La respuesta:
el hombre tiende sustancialmente a la unión con el Dios verdadero y perfecto,
aunque inefable; ahora bien, por destino específico el hombre reside en el
exilio de un mundo imperfecto que lo aprisiona y llena de turbación por medio
de fuerzas malignas. La única vía de liberación de estos poderes está en el
conocimiento de sí mismo y el reconocimiento de su separación del Inefable;
sólo así el hombre conseguirá el retorno al Reino de la Luz.
Se valió, como su escuela, del evangelio de Juan,
cuyo prólogo interpreta como alusión a los emparejamientos de los eones del
pleroma, antes de la creación del demiurgo, según la concepción valentiniana.
MARCOS EL MAGO
También perteneció a la escuela oriental de
Valentín. Sabemos poco de él. Su éxito entre las mujeres y ciertas habilidades
presuntamente paranormales que se daban durante algunos ritos (como la
eucaristía) lo hicieron famoso: sus discípulo se extendieron hasta el Ródano,
según IRENEO.
Es un antecedente de algunas prácticas
cabalísticas, como la gematría: calculaba los valores numéricos de las letras
griegas aplicadas al nombre de Jesús. También apoyó su doctrina y exégeis en la
astrología.
CARPOCRATES
Como Basílides y Valentín nació en Alejandría.
Probablemente fue contemporáneo del papa Aniceto (154-165). Era un auténtico
hechicero que practicaba la magia, la elaboración de filtros amorosos,
encantamientos y el envío de sueño. La posesión de estos "poderes"
hacía que algunos de sus discípulos se considerarsen superiores a los apóstoles
y a Cristo. Llevaban incluso una marca para reconocerse entre ellos.
Consideraban a Jesús un ser humano como los demás, sólo que dotado de una
excelente memoria para recordar lo que contempló junto a Dios, y con gran
fortaleza en la lucha contra las fuerzas malignas. También creían que el mundo
habría sido creado por ángeles inferiores, y no por el Dios que habría visto
Jesús.
Carpócrates despreció la moral cristiana,
considerando absurda su división entre el bien y el mal. De sus escritos sólo
se han conservado fragmentos de su obra "Sobre la justicia", que
redactó su hijo Epífanes (adorado como dios tras su muerte siendo adolescente).
MARCION
Era un comerciante de Frigia (Asia Menor), que
viajaba con mucha frecuencia a Roma por motivos de negocios. Se había
convertido al cristianismo en su tierra natal, y en Roma se comportó como
cristiano fervoroso, contribuyendo con grandes cantidades de dinero al
sostenimiento de la comunidad.
Escribió una obra llamada "Antítesis",
donde exponía sus ideas teológicas, que chocaban frontalmente con la opinión
"oficial", puesto que mostraba influencias gnósticas. Por ello esta
obra fue destruída y sólo sabemos de su contenido por la refutación, en cinco
volúmenes, que le escribió TERTULIANO.
No obstante, Marción no era propiamente un
gnóstico, pues rechazó muchas doctrinas comunes de la gnosis. El eje central de
su doctrina era la distinción entre un Dios supremo, oculto, inaccesible,
bueno, perfecto, inefable, incomprensible, etc., y otro -a quien se llama
también Dios, aunque sin serlo propiamente- que es el demiurgo. Este es en
realidad una especie de ángel o potencia sobrenatural inferior (primer ente en
la escala descendente de los seres a partir del pleroma divino), al que por
desconocimiento los humanos llaman Dios, e incluso él se denomina a sí mismo
así. El Dios verdadero, el primero, o "Dios extraño" por lo
desconocido y lejano, es el Dios de la bondad. El segundo, el demiurgo, es el
Dios de la justicia, el creador del mundo, y el Dios al que los judíos llaman
Yahvé. Marción rechazaba al dios judío por su crueldad: era amante de los
sangrientos holocaustos y ordenaba matanzas ocasionales. Para él, ese dios no
podía ser el Padre celestial que predicaba Jesús. Jesucristo, al contrario, es
el mensajero del Dios desconocido y supremo, y proclama el "evangelio del
Dios extraño". Por eso, la doctrina del Antiguo Testamento, que procede
del demiurgo, y la de Jesús, que viene del verdadero Dios, son opuestas e
irreconciliables. Así, por poner algún ejemplo, el código de conducta, preconizado
por Moisés, mensajero del Dios falso, es la ley del talión, "ojo por
ojo"; la de Cristo, por el contrario, es "amar a tu enemigo".
Otro ejemplo más: Eliseo hizo que un oso devorara a unos adolescentes que le
insultaban, mientras que Jesús dijo: "Dejad que los niños se acerquen a
mí".
Marción rechazó, por consiguiente, el Antiguo
Testamento entero como producto de ese "Dios" justiciero y perverso,
así como muchas de las doctrinas de la corriente mayoritaria cristiana, que
creía que Jesús era el Mesías del Dios judío. Basándose en la Epístola a los
gálatas de Pablo, en la que dice que sólo hay un evangelio, y que otros engañan
a los creyentes con "otro evangelio", Marción entendió que sólo Pablo
había interpretado bien a Cristo, y lo adoptó como autoridad. Y comenzó a
expurgar las escrituras.
Estableció un canon compuesto de las nueve
epístolas paulinas a las siete iglesias, más la de Filemón. De los evangelios,
sólo dejó el de Lucas (quizás por que fuera éste discípulo de Pablo), eso sí,
expurgado de toda referencia "judaizante". Eliminó las alusiones al
origen judío de Jesús, modificó la pasión (puesto que Marción era doceta:
pensaba que Cristo sólo había padecido en la cruz en apariencia), suprimió la
resurrección.
Su canon de escrituras se puede reconstruir con las
numerosas citas de TERTULIANO y EPIFANIO. Fue la primera labor de este tipo en
el cristianismo.
Quizás como reacción a él la Iglesia oficial
emprendió la labor de confeccionar el suyo propio, y estableció de una vez por
todas la validez del Antiguo Testamento para los cristianos. Los seguidores de
Marción eran muy estrictos en materia moral, esperaban el fin del mundo cercano
(según 1 Tesalonicenses). Se extendieron desde Roma por todo el imperio y
crecieron en número, pese a que su fundador fuera excomulgado en el año 144.
LOS CAINITAS
Se cree que en sus inicios no eran cristianos.
Influídos por el dualismo platónico, pensaban que el Dios perfecto no podía ser
el Yahveh bíblico, con sus batallas, sacrificios sangrientos, matanzas y
decisiones a menudo caprichosas e injustas. Su primera víctima habría sido
Caín, que aunque hizo mal en matar a su hermano Abel, lo hizo justificado por
la actitud de rechazo hacia el sacrificio que él le ofrecía. Para la cainitas,
como los valentinianos, había tres categorías de hombres, según su comprensión
de las verdades divinas: el prototipo de los "pneumáticos" o
"espirituales" sería Caín, el de los "anímicos" Set, y el
de los "materiales" Abel... Reconocían como genio protector al
herrero Tubalcain, uno de los descendientes de Caín, que había honrado la
memoria de su antepasado, del cual también se declaraban sucesores (según
Epifanio (Panarion XXXVIII, 1). También rehabilitaron a otros
"díscolos" de la Biblia como Esaú y Coré.
Como los saduceos, los cainitas no creían en la
resurrección final de los cuerpos. Cuando se cristianizaron sostuvieron la
tesis de que Judas Iscariantes, antes que traidor, fue un eficaz colaborador de
la obra del Dios supremo. Jesús sabía lo que haría y lo dejó hacer, puesto que
al propiciar su muerte consiguió también la Salvación humana, cumpliendo los
designios del Padre y oponiéndose a las potencias hostiles que querían
impedirlo. Más aún, para algunos de ellos, quien realmente habría sufrido el
suplicio material de la crucifixión habría sido Judas, mientras que Jesús sólo
habría sido objeto de la crucifixión (6).
LOS SETHITAS O SETIANOS
Estos gnósticos siguieron una evolución que
partiría, según Jean Doresse, de los egipcios de origen judío, que
interpretarían la Biblia hebrea con ayuda de la filosofía griega, el hermetismo
helénico y las religiones caldeas e iranias. Después recibirían influencias del
simonismo samaritano y de Basílides. Entonces quisieron identificarse con el
cristianismo pero, al ser rechazados, conectaron con los neoplatónicos. No
obstante, Plotino y Porfirio, de estos últimos, acabaron dejándoles de lado por
los fenómenos a que se entregaban en sus ritos (sobre todo la glosolalia).
Creo esta hipótesis algo rebuscada. Lo que es
cierto es que es una escuela que sólo pudo darse en la zona heleno-egipcia,
donde la síntesis de religiones y credos daba lugar al sincretismo religioso de
ciertos grupos. Como la mayoría de los gnósticos, daban mucha importancia a la
cosmogonía, el tema de la caída, la redención y la consumación. Incorporaban
prácticas mágicas y ritos precristianos. Interpretaban de manera alegórica el
Antiguo Testamento. A ellos pertenecería el "Evangelio de los
Egipcios" y el "Apocalipsis de Adán", ambos de la Biblioteca
gnóstica de Nag Hammadi.
Sustituían la trinidad católica (Padre, Hijo y
Espíritu Santo) por la de Padre, Hijo y Madre. Se debía a la idea del
gnosticismo más antiguo de una madre primigenia y divina que descendía al mundo
varias veces a fin de redimirlo. Además, en hebreo, Espíritu (=ruah) es
femenino. El mundo actual, imperfecto y malo, era obra de un dios malvado,
Sakla, identificado con el dios del Antiguo Testamento. Tres principios
originaron el universo: la luz (que está en lo alto, proviniente del Dios
supremo), las tinieblas (las aguas de abajo) y el espíritu (soplo situado entre
las dos anteriores). André Wautier describe así el proceso (ver bibliografía):
"Las funestas aguas de abajo atraen constantemente hacia ellas parcelas de
la luz y del espíritu: el hombre está hecho de esas parcelas, puesto que su
alma procede de la luz, su inteligencia de los perfumes del espíritu y su
cuerpo de la materia opaca. Dichas parcelas tienden a volver a su elemento
primordial, pero las aguas tenebrosas se esfuerzan en retenerlas en la materia
mala, engendrada por la Tiniebla en unión libidinosa con la Matriz
original".
Decían derivar su sabiduría de Seth, el tercer hijo
de Adán, primero de la raza setiana, al que consideraban como el más grande de
los profetas hebreos, superior incluso a Moisés. En su opinión, cuando Adán y
Eva desobedecieron al Creador, éste les precipitó a una tierra inferior al
territorio en que se había plantado el jardín del Edén. Aquellos sólo
engendrarían una descendencia perversa, pues Caín y Abel derivarían de las
relaciones sexuales entre Eva y un poder diabólico. En cambio Set sería, para
los setianos, el único hijo de Adán. Con el se perpetuaría una estirpe de
hombres perfectos: los "hijos de Dios" que, en el monte Hermón,
vivieron una piadosa soledad conservando la nostalgia del paraíso terrenal. Set
acabaría por encontrar el paraíso y de él habría traído un libro que se
convertiría en el llamado de Enoch.
Ya en la apocalíptica judía, este hijo de Adán fue
el que transmitió a sus descendientes la primera revelación de Dios hecha a
Adán. Para unos setianos Seth era el Logos preexistente que se encarnó en
Jesús; para otros, Jesús era el hombre primigenio (y su crucifixión fue
aparente).
Posteriormente, se identificó a Seth con Jesús y
con el dios egipcio del mismo nombre. Habría venido al mundo en tres ocasiones
para enseñar el conocimiento liberador: la primera vez se habría revelado a
Nicotea, otro patriarca; la segunda, bajo el nombre de Derdikea, a Sem, uno de
los hijos de Noé, cuyos descendientes se establecerían cerca del antiguo
emplazamiento de Gomorra. La tercera vez habría sido bajo la forma de Jesús.
Cristo habría tomado únicamente la apariencia de un hombre. Para engendrarlo,
el espíritu de Dios habría tomado la forma de una serpiente, que fecundó la
matriz de una llamada virgen María. Mas, tras haber penetrado los vergonzosos
misterios del vientre, el espíritu se habría purificado bebiendo agua viva, y
cubriéndose después con un brillante manto celeste para subir al cielo.
Tras haber bajado a los infiernos, volvería a la
Tierra a predicar una doctrina exotérica, habría sido crucificado tras una
conspiración de arcontes vasallos de Jaldabaoth (es decir, ángeles caídos que
se habían rebelado contra el Padre) y habría sufrido una muerte aparente (la
crucifixión sería una transposición en el plano terrenal del mismo hecho con
dimensiones cósmicas). Después habría sido llevado a los cielos junto al Padre,
que le dio entonces el nombre divino de Jesús. Nombre con el que descendió a la
tierra para enseñar a los mejores de sus discípulos la parte esotérica de su
doctrina.
En la escatología setiana, el regreso del Salvador
a este mundo debía producir además un completo giro del universo, la derecha
convertida en izquierda, el encima en debajo, y a la inversa. Finalmente, tras
un combate escatológico, triunfaría el "iluminador", el Dios bueno.
A principios de nuestra era, los setianos sufrieron
la influencia de los orfistas y de los ofitas. Tras el contacto con los
gnósticos paulinos de Alejandría, principalmente Basílides, Valentín y
Heracleón, acabaron por cristianizarse. Como todos los gnósticos, se oponían a
la jerarquía romana e impugnaban su legitimidad. No obstante, contrariamente a
los gnósticos sirios, los setianos, como los demás gnósticos cristianos de
Egipto, no renegaron totalmente del Antiguo Testamento, aunque lo interpretaran
de forma muy diferente a como las religiones surgidas del hebraísmo.