El Bosque de Neegal es un arquetipo del
esoterismo arkhanen y un símbolo privilegiadísimo del opus alchimicum ururiano.
Ubicado donde hoy se encuentra el Teutoburger
Wald constituyó en el pasado el lugar más sacro para los ario–arkhanen por tres significativas
razones. Primero, porque fue el lugar
donde se celebraron las bodas arkhanen.
Segundo, porque fue la región escogida para emplazar el Uril. Y tercero, porque es el escenario donde se
desarrolla la mágica historia de Sigur y Vaal de Marne, épica arquetípica de la
iniciación aria en A–Mor, cuyos ecos darán vida, en los tiempos históricos, a
la leyenda del Graal.
En Las
Bodas Arkhanen el mágico y misterioso Bosque de Neegal constituye el tema
central de la Cuarta Jornada. Allí se
nos informa que ése fue el lugar dónde los primeros habitantes del planeta,
venidos de otra estrella, ocultaron su reliquia más sagrada, una piedra conocida
con el nombre de Uril. La palabra Neegal
y Uril son ambas iroglifos ururianos. La
primera significa literalmente Tierra de NEEG, pues el sufijo AL, compuesto por
la runa Ar y la runa Laf, suele ser interpretado como "Tierra" o
"Región". La palabra NEEG, en
kálico, compuesta por las runas Noth, la doble Eh y Gibor, significa
literalmente "Las Nupcias de los
Dioses bajo la Ley que es Destino".
Esas nupcias divinas (nupcias de
los Gotten) son la replicación de las bodas
arkhanen en este plano del acontecer (o en este nuevo planeta). La segunda palabra, URIL (de las runas Ur, Is
y Laf), invoca la idea que el Conocimiento Interior es Fuerza Interior y Visión
de la Totalidad.
Según Agnes del Lacio el antiguo Bosque
de Neegal, lugar al que se llevó originalmente la Piedra de Uril, comprendía un
territorio mucho más vasto que el que hoy abarca el Teutoburger Wald. Se iniciaba
en la mítica Ljvdwert, en Frisia, extendiéndose por el oriente hasta donde hoy
se encuentra la ciudad de Berlín. Por el
sur abrazaba los límites norte de la actual Bélgica y la actual
Luxemburgo. En Alemania el Bosque se
extendía hasta la actual Frankfurt.
En el Bosque de Neegal fue donde comenzó
todo. Las Bodas Arkhanen, atribuidas al mítico Urur, señalan que el lugar
fue elegido para custodiar el Uril mucho antes de la fundación de Thule[1]. Entre
esta mítica ciudad y el lugar preciso donde fue llevado el Uril habían, según Las Bodas Arkhanen, 2600 pasos (algo así
como 2756 kilómetros, si atendemos a la indicación de Del Lacio, según la cual,
un paso arkhanen habría medido 106 centímetros).
De acuerdo con Las Bodas Arkhanen el Bosque de Neegal llegó a ser un lugar mágico,
de retiro, precisamente, gracias a la Piedra de Uril. En los tiempos más remotos, antes del
hundimiento de Alt–Land (La tierra antigua), la Thule de los orígenes, este
lugar era considerado sacro. Y el camino
que a él conducía, una senda de peregrinación.
Ése camino se iniciaba en el antiguo Puerto de Kâdik, al que los
arkhanen Sippe llegaban provenientes del Puerto Brasil, ubicado en la región
suroriental de la Isla de Thule, paralela al estrecho de Gibraltar. Y consultaba un periplo que cruzaba toda
Hispania, haciendo estaciones en lugares próximos a los sitios donde hoy se
hallan ciudades como Córdoba, Toledo, Teruel y Huesca en la antigua Ar–Agon. Tras cruzar los pirineos la siguiente
estación de la ruta era Ker Kasser (probablemente Carcassonne), por donde el
camino continuaba hasta alcanzar la ruta del Ródano; y desde allí, siguiendo
una de sus bifurcaciones, penetraba la actual Alemania, hasta la región donde
hallábase antiguamente el Bosque de Neegal (llamado luego Nieg–al, Ning–al, Oster–ning–al,
Os–ning–al, Os–ning, Osning).[2]
En el Bosque de Neegal se celebraron las
Bodas Arkhanen. Éstas, míticamente,
representan la unión de ambos planos del acontecer, simbolizados en el misterio
de la duplicación de la Runa Noth. Tal prodigio
fue actualizado por Wotan (o sus fieles seguidores) en el Bosque de Neegal. Cuenta la leyenda ururiana que Wotan, ya
anciano, concibió allí una segunda forma de transmutación necesaria para
reactivar el äthion dormido. El äthion
–o Electrón Divino, como lo llamara Jörg Lanz von Liebenfels– vibraba entonces
en su mínima expresión, debido a la lejanía en que se hallaban los garbharien[3]
respecto de la estrella madre, su patria ancestral, Aldebarán. Ello produjo que éstos perdieran el
equilibrio e incurrieran en conductas erráticas, incoherentes y contra toda
armonía y sentido. Cometieron entonces el pecado racial[4]
y se sublevaron contra el bello orden establecido. Wotan, líder aun de los garbharien, temiendo
por la Piedra de Uril, marchó junto a sus leales seguidores hasta el Bosque de
Neegal, para ponerla a resguardo de los rebeldes. Pues éstos sabían del poder contenido en la
Piedra. El Uril, la Piedra traída de
Aldebarán, era la energía usada para mantener el equilibrio magnético del
planeta, –y era, también, la energía que había hecho de la Tierra un lugar
habitable (pues este planeta, sin la energía de Uril, habría continuado siendo muy
similar a lo que hoy son los otros planetas del sistema solar). Esa piedra contenía todo el poder necesario
para regir sobre los elementos; y era, además, la fuente de la que emanaba toda
la sabiduría y la ciencia de la antigüedad.
Quien se hacía con ella se hacía con todo el poder. Por eso era necesario resguardarla.
La leyenda es errática al señalar cuál
fue entonces el destino del Uril. En Las Bodas Arkhanen se señalan
mínimamente tres distintos derroteros de esta piedra sagrada. La primera señala que, después de llevar a
cabo las Bodas Arkhanen, la
transmutación que convirtió a los garbharien en arkhanen, Wotan instruyó que el
Uril fuera sacado del Bosque de Neegal y llevado al centro de la Tierra. Éste sería hoy lo que algunos llaman el Sol
Negro, núcleo portentoso del que emana la energía de la Tierra Interior. Un segundo posible destino de la Piedra de
Uril señala que ésta, en su periplo a la Tierra Interior, fue interceptada por
los rebeldes y rota en tres partes.
Estos tres pedazos de roca habrían caído en lugares relacionados
geométricamente, alrededor de lo que hoy medimos en los 33º latitud norte y 33º
latitud sur, formando un triángulo que tiene a las azores por vértice principal
y las ciudades de Santiago de Chile y Ciudad del Cabo, como base de la
pirámide. La tercera posibilidad que
señala Las Bodas Arkhanen sugiere que
la Piedra fue llevada a un lugar considerado el equivalente exacto, en el otro
hemisferio de la tierra, al sitio donde ésta se hallaba en el Bosque de Neegal.
Tomando como referencia la capital de la Isla de Thule, medida que los antiguos
utilizaron para ubicar el centro del planeta, este equivalente exacto, en el
otro hemisferio (medido con coordenadas actuales) está en los 70º longitud
oeste y 33º latitud sur –o sea, unos treinta kilómetros al sureste de Santiago
de Chile.
Esta tercera posibilidad, la más
esotérica de todas, está relacionada con Lin, el mago blanco discípulo de
Arpha, que viajó a estas tierras presumiblemente unos 6000 años antes de
cristo, en busca de la Piedra de Uril, y que fundará sobre las colinas donde la
hallara una mágica ciudad llamada Norithien,
la que en su memoria sería conocida luego como Élelin. Este maravilloso
relato, histórico y arquetipo, comienza con las Bodas de Lin (léase la
consagración de Lin –en kálico demótico las Bar Lin, razón por la cual la
ciudad donde este acto se llevó a cabo llamóse luego Barlin), el rey blanco del
Uril (rey o dios, indistintamente), en torno del cual se desarrolla la mágica
leyenda de Sigur y Vaal de Marne. Según Las Bodas
Arkhanen Lin, el rey blanco, había sido elegido para marchar en la búsqueda
del Uril al otro hemisferio. Mas, para hacerlo,
precisa ser consagrado. Cuando va camino
a su consagración es acosado por enemigos quienes le hieren de muerte en la
ingle. Agónico, y sin poder recuperarse,
es llevado a una misteriosa posada, en lo profundo e insondable del bosque,
donde vive una mujer con su hijo y sus sirvientes. Este hijo lleva por nombre Sigur y ha sido
llevado hasta allí por su madre para evitar que éste se convierta en un
guerrero como lo fuera su padre. Pero
Sigur, de bélica estirpe, lleva el combate, la guerra y las aventuras en sus
venas. Cuando llega a su casa Lin, éste
le cuenta que el único modo de sobrevivir a sus mortales heridas es poniendo en
éstas la piedra de Uril. Una esotérica
leyenda le ha avisado a Lin que cuando Wotan instruyó llevar la reliquia al
otro polo, extrajo de ésta siete pequeños pedazos del tamaño de una mano, que
pudieran adornar su corona, para mantener la conexión con la Piedra madre que
sería llevada a las tierras australes.
En su periplo a la Isla de Thule uno de estos pedazos del Uril se
desprendió de la corona de Wotan y se perdió sin dejar ningún rastro. Pero a Lin habían llegado noticias de dónde
podía hallarse. Entonces fue cuando
voluntariamente el joven Sigur se ofreció para ir en la búsqueda del Uril, la
piedra de la inmortalidad. En su
aventura conoce a Vaal, reina de Marne, tierra que después será llamada Aragón. Para revelarle el secreto del Uril ella hace
la pregunta de rigor, cuya respuesta el héroe Sigur ignora, pues no ha sido
iniciado. Entonces le encomienda superar
siete pruebas, tras cuya realización no sólo conocerá el paradero del Uril,
sino, además, obtendrá su mano. El
héroe, entonces, emprende sus siete aventuras, una de las cuales le lleva al
inframundo, donde yace enterrada la espada que lo hará invisible e
invencible. Sigur triunfa en todas sus
pruebas y desposa a Vaal de Marne. Luego
de esto lleva el Uril hasta donde Lin y le cura para que pueda ser consagrado.
Es éste un relato enteramente
esotérico. Todo en él apunta a una
iniciación, la iniciación aria en A-Mor.
Su estructura, aunque difiere en algunos pequeños detalles, responde al
mismo arquetipo de la leyenda teutónica de Parsifal. Más que leyendas ambas son claves para
encriptar el secreto de la auténtica iniciación aria. Esa misma estructura arquetípica volverá a
estar presente en el relato cuando, tras ser consagrado, Lin marche hacia el
otro polo, en la búsqueda del Uril, la Piedra grande que ha sido ocultada en
las cumbres del austral hemisferio.
Sobre las diferencias entre el Uril de
Sigur y el Uril de Lin cabe apuntar lo siguiente. En siete ocasiones en Las Bodas de Arkhanen se hace referencia al Uril de Sigur como un
poder a través del cual se aprende que los
dioses o los héroes renacen en la ley de la derrota o la caída. Las claves de este aprendizaje vienen
definidas por cuatro conceptos determinantes: 1) Dioses o héroes, 2)
Renacimiento, 3) Ley y 4) Derrota o caída.
Si interpretamos cada uno de estos conceptos según la sabiduría rúnica
tenemos que el primero es equivalente a la runa Gib o Gibor, el segundo a la
runa Ar, runa del renacimiento, el tercero a la runa Ried, runa de la ley; y el
cuarto a la runa Laf, runa de la caída o derrota. Si usamos los valores literales de todas estas
runas, aunque no necesariamente en un sentido secuencial, podemos formar la
palabra GRAL (G de Gibor, R de Ried, A de Ar y L de Laf). Ahora bien, si tomamos en consideración que
esotéricamente se ha definido como verdadero únicamente a lo arquetípico, esto
es, a lo que tiene su correlato en el otro plano, lo que se representa en la
duplicación de una runa, si este Uril habla del auténtico renacimiento,
entonces tendremos una duplicación de la runa Ar, runa del renacimiento,
formando así la palabra GRAAL. Esto es,
por cierto una hipótesis personal. En
las Bodas Arkhanen jamás se habla de
un Graal. Pero, teniendo en
consideración lo planteado más arriba, es probable que ésa sea la diferencia
entre un Uril y otro. Con todo, más allá
de estas últimas especulaciones, es evidente para quien tiene conocimiento
sobre estos asuntos, que existe un paralelismo innegable entre el Uril de Las Bodas Arkhanen y el Grial del Parsifal de Von Eschenbach. Del
mismo modo que es inevitable, al nombrar la palabra Uril, no pensar en el Vril
de Edward Bulwer-Lytton. Vril y Grial
pudieran estar emparentados, así, a partir de estas leyendas. Como, por cierto, lo están los mágicos
lugares que albergaron, ayer y hoy, estas preciadas reliquias.
[1] Según este relato, antes que los arkhanen habitaran este planeta
enviaron acá muchas misiones tripuladas cuyo objeto fue, primero, establecer
cuál sería el planeta que habitarían; y, luego, una vez elegido éste, saber
dónde emplazarían esta poderosísima Piedra.
[2] El Bosque de Negaal fue conocido hasta muy avanzado el siglo XIX
como el Bosque de Osning (actualmente es conocido como Teutoburger Wald, o
Bosque Teutónico). La palabra Osning
(Negal del Este, de Oster–ning), probablemente deba su origen al hecho de ser
la parte oriental del bosque la región más importante de este lugar, por
haberse encontrarse allí La Piedra de Uril.
La zona occidental del bosque lisa y llanamente desapareció tras los
sucesos que siguieron al hundimiento de Alt–Land.
[3] Garbharien es el nombre que reciben los arkhanen antes de la
Segunda Transmutación.
[4] Uno de los relatos más
apasionantes y misteriosos de Las Bodas
Arkhanen señala que cuando llegaron los primeros habitantes a este planeta,
venidos de la estrella Aldebarán, crearon máquinas biológicas a su imagen y
semejanza, con el objeto que atendieran las labores domésticas de la vida. También estaban hechas para satisfacer todo
tipo de necesidades de sus estelares creadores.
Son los llamados, por Serrano, esclavos de la Atlántida. Fueron hechos casi idénticos a sus
creadores. Se les facultó con la palabra
y el entendimiento. Pero se les negó el äthion,
el alma, la chispa divina. Cuando los
garbharien perdieron su equilibrio mermaron su äthion y cometieron una
infinidad de locuras. La peor de éstas
fue concebir con las máquinas biológicas (pecado racial) y dar origen a una
nueva raza, la raza de los hombres, la raza humana.