1
El Hilo de Ariadne es el mágico,
ininterrumpido e invisible cordón dorado que
conecta todos los momentos de La Gran Tradición, la única Tradición, en todo
caso, si se atiende al significado genuino de esta palabra. Sebottendorf llamó a esta cuerda dorada como Tragula Aurea[1],
en abierta alusión a la Ordo Tragula Aurea (O.T.A.)[2]
fundada por otro no menos misterioso personaje, el Baron von Edelweg. Miguel Serrano usó también la expresión
Cordón Dorado, pero aunque situó los orígenes de la Tradición en los tiempos ante–históricos,
basó la mayor parte de su fundamentación en los elementos de la historia
conocida. También Evola hizo otro tanto
en esta misma dirección, partiendo de los antecedentes proporcionados por la
mitología y la historia griega y la filosofía hindú. Para nosotros la Gran Tradición supone un
complejo de enseñanzas y sabiduría ario–arkhanen
que se inicia en los tiempos míticos, ante–históricos, y cuyo objetivo es el retorno a la Patria Ancestral de los
orígenes, y más allá de ésta, a la estrella Ankh (llamada luego Kanøth Ark), a
la dorada Edad conocida como Akasära, de la que nos hablaran los miembros de la
Sociedad del Vril y de la misteriosa Orden de Ker Kasser.
El simbolismo del Hilo de Ariadne viene
tomado del Mito de Teseo y el Minotauro.
En el mito esta cuerda dorada guía a Teseo en su descenso al inframundo
(el laberinto donde yace oculto el minotauro).
Todo allí es alegórico. El hilo simboliza la sabiduría, el conocimiento,
la luz –pues de hecho, el resplandor del hilo ilumina la oscuridad del lugar.
El laberinto bajo tierra, el descenso del héroe, el camino intrincado por los
oscuros y difíciles pasajes del lúgubre subterráneo, todo aquello, incluso Ariadne,
el minotauro, etc, nos habla derechamente de un proceso de iniciación. El mito en sí, la leyenda, no es más que un
arquetipo de la Iniciación Aria en Amor,
lo mismo que vendrá a ser, en el espacio de influencia alemana, ese otro
arquetipo llamado Parsifal.
En su esencia Teseo no es un griego, sino
un atlante, esto es, un thuliano. Su
padre mítico es Poseidón. La versión
griega de este arquetipo mítico cuenta que habiendo llegado a la Isla de Creta
el héroe Teseo enamorose de Ariadne, la hija del rey Minos y hermanastra del
Minotauro. Ariadne, como todo en el
mito, es también un arquetipo, un simbolismo, una alegoría. Su nombre Ariadne (del griego Ariadne Ἀριάδνη –y no
Ariadna) significa
"nacida Aria". Con lo que el
mito ya nos indica cuál es su significación dentro del relato. Ella provee las armas con las que el héroe
deberá enfrentar y vencer al Minotauro. Esas
armas son una espada mágica y un hilo dorado, cuyo resplandor servirá para
iluminar el laberinto e indicar el camino de retorno al exterior.
El mito de Teseo y el Minotauro es, por
tanto, la alegoría de un proceso de iniciación.
Se trata allí de la iniciación del héroe individual –pero también del
héroe arquetípicamente considerado. El
héroe arquetípico es la raza de un pueblo.
Así, lo que el mito señala es válido para el individuo lo es también
para el pueblo al que el individuo pertenece.
En otras palabras, y sirviéndome del vocabulario jungueano, lo que es
aplicable para el inconsciente individual,
lo es también para el inconsciente
colectivo.
El mito de Teseo y el Minotauro señala,
en este sentido, un sendero de Iniciación, de la Iniciación aria. El que Ariadne, la nacida aria, presida los
misterios de esta iniciación, es ya muy decisivo. En su significación individual, el mito
señala que el iniciante deberá descender al inframundo donde tendrá que vencer
sus propios miedos y temores. El viaje
por los pasajes del laberinto no es sino un viaje a sí mismo, a lo más profundo
de sí, al alma. Toda iniciación es,
alegóricamente hablando, una introducción al alma, un viaje a sí mismo, donde
el héroe deberá combatir y vencer sus propios temores, sus propios miedos. Esos miedos y temores vienen muchas veces
representados por la figura del animal–hombre, la bestia–hombre, que en el caso
de este mito está simbolizada por la figura del Minotauro, que es mitad hombre
y mitad toro. Así, lo que el héroe
deberá vencer de sí es su naturaleza sub–lunar, telúrica, puramente material[3],
representada en el mito por el monstruo que yace oculto en lo más profundo del
laberinto, en el lado más oculto del alma.
De este modo, el mito revela que toda iniciación es un proceso de
espiritualización, de estelarización, de mayor proximidad a nuestra naturaleza
estelar y divina. Arquetípicamente
hablando el mito refiere el mismo misterio, pero aplicado ahora al héroe
entendido no como un individuo, sino como el arquetipo de una raza, de un
pueblo. Toda raza auténtica, se
entiende, posee un alma, un arquetipo.
Ese arquetipo encarna en el héroe natural o mítico. Su destino es el destino de su raza. De allí la importancia que debe tener para un
pueblo sus mitos y leyendas.
2
No obstante lo anterior, para nosotros,
el mito de Teseo y el Minotauro importa, también, por otras razones. Fundamentalmente por el simbolismo del hilo
de Ariadne, el cordón dorado de la Tradición.
El hilo de Ariadne, la nacida aria, es la cuerda invisible que anuda
todos los momentos de la tradición ario–arkhanen de los orígenes. Sin ese cordón dorado la tradición, quizá, se
habría perdido. Esta tradición se hunde
en la noche de los tiempos. Para
rastrear sus orígenes y surcar sus inicios hay que transportarse a una edad, a una
época, ante–histórica, y, ciertamente, antediluviana. Pues aunque su auténtico iniciador, entre
nosotros, es el mítico y desconocido Yrmion, discípulo de Arpha (y
probablemente Arpha mismo), las leyendas y relatos que en torno a estos sabios
se tejen, refieren todas una época de los días de la Atlántida, época de
esplendor de los dioses sobre la Tierra, conocida en Las Bodas Arkhanen con el nombre de Vaiära.
La leyenda cuenta que imposibilitado de abandonar
la Tierra Interior (la Tierra Hueca), por razones sobre las que cabe especular,
Arpha (probablemente Orfeo en la tradición griega)[4],
el último sabio Atlante de la tradición, instruyó a sus discípulos Yrmion y Lin
que custodiaran las enseñanzas transmitidas a él secretamente, por los sabios
que habitan el interior de la Tierra (la tierra interna del Schwarze Sonne) de
modo que no se perdieran, e iluminaran el camino de los que habrían de liderar
el retorno definitivo a la patria ancestral, a la dorada edad de los orígenes,
a Akasära, en los postreros días del Bhumära, conocido también como Kali Yuga
por los cultores de la filosofía hindú. Ése es el mítico origen del hilo de
Ariadne. Allí se inicia auténticamente
la tradición ario–arkhanen.
Arpha, Yrmion y Lin son arquetipos del
mito, la leyenda. Pero las historias que
refieren, aunque ligadas al mito y preformadas en la estructura del arquetipo, arrancan
de hechos históricos –esto es, de hechos que bien pueden documentarse en la
evidencia, en el dato duro de lo empírico, en el análisis y la crítica del mito
comparado, etc. Si atendemos a los
ariosofistas (término que, aunque acuñado por Lanz von Liebenfels, sirve para
designar, de manera general, a la mayoría de los investigadores y escritores austro–alemanes
de la tradición que se dieron cita entre el último cuarto de siglo del siglo
XIX y la primera mitad del siglo XX) la larga tradición ario–arkhanen debió haberse originado aproximadamente unos 6000
años antes de la Era Común (esto es, antes de Cristo), por lo que, a la fecha,
contaría con más de 8000 años de historia.
Esa tradición fue inaugurada en occidente por Yrmion, el mítico
Arminio–Hermann[5] que
en la tradición hermética es Hermes Trismegistos. Yrmion es, además, el padre de los Yrmionen o
Armanen[6],
de la Armanenschaft o Sociedad Armanen, de la que nos habla profusamente, en
muchos de sus libros, Guido von List. Lo
que confirma la afirmación de Tarnhari, según la cual, el origen de la
auténtica Sociedad Armanen hállase, en realidad, en una época muy anterior a la
del siglo I de la era cristiana.
Sobre la Sociedad Armanen de List, primer
faro visible de la tradición, cabe, quizá, decir unas cuantas cosas
previas. La afirmación de que List se
basó en Tácito para reconstruir ese remoto pasado de los ario–germanos es,
probablemente, no muy afortunada, o no muy certera[7]. List cita a Tácito, pero no se basa en
él. Hay, en esto, una diferencia
considerable. Tácito, en su libro,
señala que los germanos estaban compuestos básicamente por tres tribus: los
Ingævones, los Istvæones y los Hermiones –en alemán: los Ingävonen, los
Istväonen y los Hermionen, respectivamente.
List afirma que los Ingävonen, los Istväonen y los Hermionen
(Yrmionen–Armanen) no son tribus germánicas, sino clases sociales que cumplen
una función diferenciada al interior de la sociedad germánica antigua. La leyenda hermética afirma que los
Ingävonen, los Istväonen y los Hermionen (Yrmionen–Armanen) son los
descendientes de los hijos de Manus, quien es, a su vez, hijo de Tuisco[8]. El nombre Hermionen es una evocación lejana
del nombre Hermann. Pero Hermann, en sí,
es Armin, eco del nombre kálico Yrmin o Yrmion[9]. Es en éste, y no en los Hermionen de Tácito,
en quien se basa List para fundamentar el origen de los Armanen. Y es este mismo Yrmion, proto–maestro y guía
desconocido del esoterismo arkhanen, quien en la enseñanza hermética figura como
Hermes Trismegistos, el tres veces grande fundador del hermetismo.
3
La tradición ario–arkhanen que hemos
llamado aquí como el Hilo de Ariadne,
arranca, por tanto, unos seis mil años antes de Cristo, con Yrmion. Sobre Yrmion he escrito extensamente en mi
libro Arkhana Nemoris. Por lo que
respecta a este libro, nos deberá bastar con saber que Yrmion es el fundador de
la tradición ario-arkhanen, mítico
iniciador de la armanenschaft de List, y creador de una escuela esotérica
antigua de la que son herederas las escuelas de pensamiento en que fueron
formados los más diversos sabios de la antigüedad, entre quienes destacan los
órficos, Solon, Pitágoras, Anaxágoras, Demócrito, Platón, Euclides, Heráclito,
Empédocles, Parménides, y muchos otros cuya sola enunciación aquí nos obligaría
a extender este listado por páginas y páginas.
En el siglo I, en Germania, la tradición
iniciática, custodia del esoterismo ario–arkhanen,
fundada por Yrmion seis mil años antes, cobra la forma de una élite sacerdotal
conocida como Sociedad Armanen o Armanenschaft.
Esta comunidad de sabios gozó de una existencia pública y de una amplia
aceptación entre los pueblos germánicos hasta muy avanzado el siglo VIII de la
era cristiana. Pero entonces, les
sobrevino una persecución horrenda, protagonizada por las hordas cristianas,
que les obligó a ocultarse, e incluso a auto-exiliarse en otros lugares, como
Escandinavia e Islandia. Ello marcó el
inicio de un largo y extenso período de clandestinidad que se mantuvo, con
relativa rigidez, hasta mediados del siglo XIX. De este período de clandestinidad cabe
destacar que hubo, desde el siglo XIII en adelante, una etapa caracterizada por
un tipo de apertura que, sin dejar de actuar en la clandestinidad, tuvo
definitivamente otros rasgos y otras manifestaciones. Entonces, los sabios armanen comenzaron a
hacer pública su doctrina a través del encriptamiento de sus enseñanzas, sus
símbolos. Ésta fue transmitida por medio de la heráldica, la arquitectura, la
toponimia, el folclore, las leyes y las instituciones que se dieron cita, a
partir de entonces, entre los pueblos teutónicos.
Representación de una Clásica Reunión del Vehmegericht |
Una de estas emblemáticas instituciones fue el Tribunal Vehmico o Femegericht. Contrariamente a lo que ha salido a la luz por los deformadores de la historia oficial el Tribunal Vehmico jamás fue una institución al servicio de los intereses de la Iglesia, o del cristianismo; o, mejor dicho, lo fue sólo en un sentido exotérico, pues esotéricamente hablando los tribunales vehmicos no fueron sino células secretas o clandestinas de la antigua sociedad armanen, surgidas a mediados del siglo XIII en Westfalia –nuevamente Westfalia, donde antaño se hallara el Osnig, nominación histórica del mítico bosque de Neg-aal– con el expreso propósito de continuar la tradición, en condiciones de clandestinidad y ostracismo. Esos tribunales vehmicos constituyen los auténticos antecedentes históricos directos de la Ordo Tragula Aurea, fundada en 1712 por el misterioso Baron von Edelweg. La que, aun cuando fuese decidida en 1344 en la antigua localidad de Ker Kasser, según las actas de su fundación, debe al siglo XVIII su escenificación en el concierto de las órdenes y sociedades secretas que a partir de entonces custodiaron la tradición.
Con todo, el contenido y significado de
los tribunales de la Vehme sigue siendo aun un asunto tan hermético y
mistérico, que no extraña la cantidad de especulaciones erradas a que ha dado
lugar entre los investigadores del kali
yuga. Quizá sea tarea nuestra, algún
día, revelar el verdadero sentido de los tribunales vehmicos y desentrañar su
auténtico esoterismo: se podrá apreciar entonces con nitidez el genuino talante
de una de las instituciones germanas más misteriosas del medievo –tan
misteriosa que ni con toda la documentación del mundo a la vista se podrá dar
siquiera con la mitad de lo que realmente fueron, en su esencia esotérica, esos
auténticos tribunales de justicia.
4
En 1712, ocho barones venidos de Alemania
se dieron cita en Westfalia para fundar secretamente una sociedad a la que
llamaron Ordo Tragula Aurea (O.T.A.). De
esa sociedad no sabemos nada, excepto el hecho que fue fundada en 1712 en
Westfalia. En las actas se hace mención
a los ocho caballeros libres que participaron de su fundación, pero no se
menciona el nombre de ninguno de ellos, salvo el del Baron que aparece firmando,
como presidente de la Orden, el acta de su fundación. Su nombre es Klaus von Edelweg. Las actas, por otra parte, hacen referencia a
un extraño convenio contraído aparentemente en 1344 en la mítica ciudad de Ker
Kasser[10]. Nada, tampoco, sabemos sobre ello. Sobre la Ordo Tragula Aurea hablarán luego Sebotendorf
y particularmente Guido von List.
En mi introducción a la traducción que hiciera del libro sobre la masonería turca de Sebotendorf escribo in extenso sobre la Ordo Tragula Aurea, y revelo algunas cosas a las que he sido conducido por la propia lectura de Sebotendorf y, especialmente, por la Kala o Die Hochheilige heimliche Acht (la Sagrada Proscripción Secreta)[11] de la que nos habla List en el Bücherei, en abierta alusión a los proscritos y desterrados enemigos públicos del judeo–cristianismo, representados por la sociedad armanen, sus filiales vehmicas y particularmente la Ordo Tragula Aurea. Cabe destacar que la palabra alemana "Acht" significa también "ocho", y no olvido que ocho fueron los barones proscritos que fundaron esta Orden.
La Ordo Tragula Aurea (O.T.A.) cumple un rol fundamental en el hilo de la tradición. De hecho, fue la entidad secreta de la que emanaron luego, a comienzos del siglo XX, órdenes germanas emblemáticas como la HAO de Von List, la Germanenorden de Fritsch y la Sociedad Thule de Sebottendorf. Es éste, por cierto, un hecho poco conocido, documentado únicamente en el Deutsche Mystik de Sebottendorf y en Las Enseñanzas de Urur de Gabriel Grenze. Según Sebottendorf, la mayor parte de los miembros dirigentes de estas órdenes pertenecían o habían pertenecido a la O.T.A. Él mismo, de hecho, había tomado contacto con esta Orden a través de su filial en Constantinopla, dirigida por un pariente de Heinrich von Sebottendorf, tutor y padre adoptivo de Rudolf von Sebottendorf –por cuya gracia éste adoptó el título y la condición nobiliaria. Este contacto fue posible gracias a los vínculos existentes entre una orden mística turca conocida como Baktashi, sobre la que Sebottendorf había estado investigando y escribiendo[12], y la filial turca de la O.T.A., que agrupaba de manera exclusiva a los alemanes que residían en Salónica, Estambul y lugares aledaños. Hubo también otras dos filiales de la O.T.A. germana fuera de Alemania. Una, la más pequeña y desconocida, se instaló en la ciudad de Zaragoza, España. La otra tuvo como epicentro Alejandría. Sebottendorf fue iniciado en la O.T.A. turca de tesalónica, con asiento en Estambul. De vuelta a Alemania en 1913 tomó contacto de inmediato con la O.T.A. germana, cuya sede central se hallaba en Magdeburgo. La expresión exotérica y visible de la Orden, en Alemania, había cristalizado en diversas sociedades secretas, a partir de 1912, cuyo secretismo era semi–público. Sebottendorf se unió a una de éstas, la Germanenorden y organizó su filial en Bavaria, cuyo nombre exotérico fue Thule Gesellschaft (Sociedad Thule). A esta Orden pertenecieron miembros emblemáticos del futuro NSDAP, como Rudolf Hess y Alfred Rosenberg[13]; pero, quizá, más importantes que éstos, fue la pertenencia al grupo de Dietrich Eckart, quien si atendemos al testimonio de Sebottendorf, habría sido el auténtico iniciador de Hitler.
Vista de la actual Carcassonne, antigua Ker Kasser |
En mi introducción a la traducción que hiciera del libro sobre la masonería turca de Sebotendorf escribo in extenso sobre la Ordo Tragula Aurea, y revelo algunas cosas a las que he sido conducido por la propia lectura de Sebotendorf y, especialmente, por la Kala o Die Hochheilige heimliche Acht (la Sagrada Proscripción Secreta)[11] de la que nos habla List en el Bücherei, en abierta alusión a los proscritos y desterrados enemigos públicos del judeo–cristianismo, representados por la sociedad armanen, sus filiales vehmicas y particularmente la Ordo Tragula Aurea. Cabe destacar que la palabra alemana "Acht" significa también "ocho", y no olvido que ocho fueron los barones proscritos que fundaron esta Orden.
La Ordo Tragula Aurea (O.T.A.) cumple un rol fundamental en el hilo de la tradición. De hecho, fue la entidad secreta de la que emanaron luego, a comienzos del siglo XX, órdenes germanas emblemáticas como la HAO de Von List, la Germanenorden de Fritsch y la Sociedad Thule de Sebottendorf. Es éste, por cierto, un hecho poco conocido, documentado únicamente en el Deutsche Mystik de Sebottendorf y en Las Enseñanzas de Urur de Gabriel Grenze. Según Sebottendorf, la mayor parte de los miembros dirigentes de estas órdenes pertenecían o habían pertenecido a la O.T.A. Él mismo, de hecho, había tomado contacto con esta Orden a través de su filial en Constantinopla, dirigida por un pariente de Heinrich von Sebottendorf, tutor y padre adoptivo de Rudolf von Sebottendorf –por cuya gracia éste adoptó el título y la condición nobiliaria. Este contacto fue posible gracias a los vínculos existentes entre una orden mística turca conocida como Baktashi, sobre la que Sebottendorf había estado investigando y escribiendo[12], y la filial turca de la O.T.A., que agrupaba de manera exclusiva a los alemanes que residían en Salónica, Estambul y lugares aledaños. Hubo también otras dos filiales de la O.T.A. germana fuera de Alemania. Una, la más pequeña y desconocida, se instaló en la ciudad de Zaragoza, España. La otra tuvo como epicentro Alejandría. Sebottendorf fue iniciado en la O.T.A. turca de tesalónica, con asiento en Estambul. De vuelta a Alemania en 1913 tomó contacto de inmediato con la O.T.A. germana, cuya sede central se hallaba en Magdeburgo. La expresión exotérica y visible de la Orden, en Alemania, había cristalizado en diversas sociedades secretas, a partir de 1912, cuyo secretismo era semi–público. Sebottendorf se unió a una de éstas, la Germanenorden y organizó su filial en Bavaria, cuyo nombre exotérico fue Thule Gesellschaft (Sociedad Thule). A esta Orden pertenecieron miembros emblemáticos del futuro NSDAP, como Rudolf Hess y Alfred Rosenberg[13]; pero, quizá, más importantes que éstos, fue la pertenencia al grupo de Dietrich Eckart, quien si atendemos al testimonio de Sebottendorf, habría sido el auténtico iniciador de Hitler.
En
1926, una filial de la O.T.A. de Magdeburgo se creó en la pequeña ciudad de
Detmold, cerca de Hannover. Su fundador
fue Ernst Lauterer, más conocido entonces como Tarnhari. Tarnhari basó su autoridad para la creación
de la nueva filial en su pertenencia secreta a una antigua orden ya
desaparecida, creada al alero de la O.T.A., con residencia en Magdeburgo,
llamada Holzweg Gesellschaft. La Holzweg
Gesellschaft, de la que también escribe Sebottendorf en su libro Deutsche Mystik, constituye el núcleo hermético
más importante de todos cuantos tuvieron lugar en Alemania, inspiradas o
surgidos a instancias de la O.T.A. germánica.
Es, también, el centro esotérico peor conocido por su extremado
secretismo y hermetismo a ultranza.
Según
Tarnhari la Holzweg Gesellschaft fue
creada por un místico y vidente germano, iniciado en la O.T.A. turca, igual que
Sebottendorf, conocido esotéricamente como Urlaftarhari y exotéricamente como
Urur. Urur apareció repentinamente en la
vida de Tarnhari cuando éste tenía apenas 16 años. El impacto que produjo en su vida fue
verdaderamente profundo. El primer
encuentro entre Urur y Tarnhari se produjo en Enero de 1890. Tarnhari cuenta que luego se unieron a Urur
otros dos miembros, cuyas identidades jamás quiso revelar[14]. La Orden operó en Magdeburgo entre 1890 y
1896, fecha en la que el misterioso Urur desapareció entre los macizos
montañosos del Altai que confluyen en el extenso desierto del Gobi. Sobre la Orden que fundó nada más se supo
jamás. Pero en 1926 Tarnhari la revivió
al alero de la O.T.A., y contó entre sus miembros probados a un tal Konrad de
Lüben, miembro importantísimo de la Orden, por el misterio que va a rondar su
obra postrera, y a Alex Langsdorff, futuro coronel SS y miembro del Ahnenerbe,
quien a pesar de haber estado en la orden poco más de un año, cumplirá un rol
esencial en la historia de la segunda Holzweg, de la que hablaremos más
adelante. La orden también estuvo compuesta
por una misteriosa mujer, cuya identidad se ignora, pero de la que se ha
especulado pudo ser la enigmática Gudrun.
Después
de 1928 no tenemos más noticias sobre esta Orden. La mayoría de las sociedades secretas
surgidas al alero de la O.T.A. dejaron de existir en los años treinta
absorbidas en el flujo del potente renacimiento alemán que significó el
advenimiento del Tercer Reich. La
historia de la tradición, del hilo dorado de Ariadne, va a ser recogida luego
por Gabriel Grenze, quien en 1968 fundará junto a su esposa mística Agnes del
Lacio una filial de la antigua O.T.A. en la ciudad de Irún, en España. La llamó Antiqva Regia Arcana Nemoris
(A.R.A.N.). Y sentó con ella las bases
de la futura filosofía arkhanen.
Gabriel
Grenze señala haber sido discípulo directo y único de una maga francesa a quien
identifica como Margarite Vaal de Marne.
Según él Vaal de Marne había formado parte de una vehme secreta cuyo
maestro era un misterioso noble llamado Iulius von Klappenbach. Grenze sostenía, además, que la verdadera
identidad del misterioso Barón era la del antiguo coronel SS Alex Langsdorff,
quien no muriera realmente en 1946, y escapara del asedio aliado bajo otras
identidades. La Orden habría llevado por
nombre el de Ordo Arcani Kerkasser (OAK), en virtud a que fundada en las
inmediaciones de la antigua ciudadela.
Según Gabriel Grenze esta Orden fue fundada en 1956 por Klappenbach y a
ella pertenecieron otros dos miembros, además de Vaal de Marne. Desconocemos quienes fueron esos otros integrantes,
aunque Grenze señala los nombres de Hausmann y Hoffmann. La Orden desapareció misteriosamente en 1962,
pues a juzgar por el relato de Grenze, transmitido a él por Vaal de Marne, tras
conocerse del hallazgo de Derveni Klappenbach, Hausmann y Hoffmann marcharon al
desierto de Gobi, siguiendo el mismo derrotero que su arcano maestro,
Urur. Dos años más tarde Grenze se
haría discípulo de Vaal de Marne, con quien pasaría los siguientes cuatro
años.
En
1968 Grenze y Agnes del Lacio fundan en Irún la ARAN. A esta Orden se integrará luego, un 19 de
Enero de 1971, mi maestro, Carlos Manuel Nejas, conocido posteriormente como
Baldur Agripa. Desde Enero de 1971 a
Octubre de 1974 Agripa aprende el esoterismo arkhanen directamente de
Grenze. En Octubre de 1974 Agripa
retorna a Chile y funda la Última Thule,
trayendo con ello la tradición a estas australes tierras del hemisferio sur. Aunque conocí a Agripa en 1989 me hice
discípulo de él doce años después, cuando junto a Joachim van Drakk y la
mística YU formamos un círculo vehmico extraordinario, al que don Baldur llamó
la Séptima Vehme de Nothureim.
[1] Rudolf von Sebottendorf, La
práctica de la antigua masonería turca, Ed. Aurea Catena, pág. 59
[2] Rudolf von Sebottendorf, Die
deutsche Mystik, pág.34 y ss.
[3] Esta cuestión cabe aclararla de entrada en beneficio de una mejor
comprensión de estos asuntos. Que el
héroe deba vencer de sí su naturaleza sub–lunar y telúrica no indica que ésta
deba ser considerada, en sí, como algo puramente negativo. El hermetismo ario–arkhanen
concibe lo espiritual y lo material como dos aspectos del acontecer, y no como
algo en sí positivo o negativo respectivamente. La naturaleza es móvil y pasa
de un polo a otro continuamente. Que el
héroe deba vencer su aspecto telúrico señala únicamente un desequilibrio de la
acción de ambas energías en él. Por eso
se requiere la iniciación, la muerte a una vida, la vida anterior, para renacer
a un nueva vida, donde el equilibrio ha sido restaurado.
[4] Cfr. Eduard Schure, Los
Grandes Iniciados, Editorial Olimpo, Ciudad de México, México, pág.
149. Según Schure, el auténtico nombre
de Orfeo es Arpha. Este nombre, según él, es fenicio y su significado vendría a
ser algo como "quien cura por la luz",
de las palabras "aur" y "rophae" (luz y curación,
respectivamente, en fenicio). Para
nosotros, en cambio, el nombre ARPHA es atlante, thuliano, y está compuesto por
las kalas (o runas) Ar y Fa, que en una acepción significan, curiosamente, luz
y salud. Es la luz del renacimiento
unida a la salud, la armonía, el equilibro en gestación.
[5] No confundir a este Arminio–Hermann con el héroe querusco germano
del siglo I vencedor de la batalla de Teutoburgo.
[6] La palabra "armanen" la debemos a
Guido von List. Éste, en su libro La
Sociedad Armanen de los Ario-Germanos, recoge el vocablo "Hermionen",
utilizado por Tácito, en el capítulo II de su libro Germania, y lo transforma
en "Armanen". Además, a
diferencia del historiador romano, que identifica a los "hermionen"
con una tribu germánica, List propone que los "Armanen" no son, en
realidad, una tribu, sino una casta social al interior de los pueblos germanos,
la casta o clase social identificada con el sacerdocio custodio de la tradición
(überlieferung) y el conocimiento (cfr. Guido von List, Die Armanenschaft der Ario-Germanen (GLB 2), Viena, Austria, 1908,
pág. 4). En Las Bodas Arkhanen los Yrmionen son también los custodios de la
sabiduría y la tradición.
[7] Este creencia arranca fundamentalmente del investigador inglés
Nicholas Goodrik-Clarke, quien en su libro The
Occult Roots of Nazism, Secret Aryan Cults and their influence on Nazi Ideology,
pág. 56, señala que el origen de la palabra se halla únicamente en la
germanización del término latino Hermiones usado por Tácito, e ignora por
completo el vínculo con Yrmion. Esto es
debido al hecho que probablemente Goodrick-Clarke haya consultado como fuente,
en este respecto, solo la afirmación que List hace en la página 4 de su libro Die Armanenschaft der Ario-Germanen,
donde en efecto, sólo se menciona a Tácito, pero no con el fin de enseñar que la
expresión ha sido sacada de allí, sino con el objeto de indicar que los
Hermiones (Armanen) no eran una tribu, como lo señala el historiador romano,
sino una élite aplicada al cultivo de la tradición y la sabiduría aria.
[8] En las Bodas Arkhanen, el padre de Mann, tercer avatar en la
mitología arkhanen, lleva por nombre el de Tuuisko -o Twisko. Además, Mann tiene tres hijos, a los que
llama Uuotan, Uuil y Uue. Esta leyenda,
prácticamente desconocida en la literatura germánica antigua, fue preservada en
forma oral por los pueblos teutónicos, y recogida por Tácito en su Germania,
quien latinizó el nombre de Mann en "Manus", señalando que el nombre
de sus hijos eran "Ingvo", "Irmin" e "Istvo". List, recogiendo la tradición original (Uuotan,
Uuil y Uue) llamó a los hijos de Manus Votan, Vili y Ve y señaló que cada uno
de ellos fue padre, respectivo, de los sabios, los agricultores y los guerreros
del pueblo germánico antiguo. En el
Edda Menor de Sturluson y en la mitología escandinava el nombre de Tuisco es
equiparado al de Bor, Vori o Buri.
[9] Es curioso, pero en El
Secreto de Las Runas (Das Geheimnis der Runen - GLB 1), el primero de los
libros del Guido–List–Bücherei escritos por List, éste se sirve de la expresión
Irmion y no Armin, y habla de los Irmionen y no de los Armanen, lo que le viene
informado por Plinio, y antes de él por Pytheas de Massalia -en el caso de este
último unos cuatro siglos antes de cristo, lo que indica que, mientras más
atrás se va en el tiempo, el nombre parece coincidir más con la forma Yrmion,
que con Armin (Cfr. Das Geheimnis der Runen - GLB 1, pág. 31).
[10] En Las Bodas Arkhanen, Ker Kasser es una de las estancias en el
camino de peregrinación al Bosque de Neg-aal, famosa por desarrollarse allí una
de los relatos más simbólicos asociados al héroe Sigur y al misterio del
Uril. Ker Kasser es también el nombre
que recibe, entre bosquianos, la ciudadela francesa de Carcassonne, desde que
en 1988 se firmara allí el convenio que estructuró todas las órdenes bosquianas
que funcionarían al alero del esoterismo arkhanen.
[11] Cfr. Guido Von List, Das Geheimnis der Runen (GLB 1), pág. 36; Die Armanenschaft der
Ario-Germanen (GLB 2), pág. 53; Die Namen der Völkerstämmen Germaniens und
deren Deutung (GLB 4), pág. 49
[12] El libro que Sebottendorf escribió sobre los Baktashi fue
publicado en 1915 bajo el título de "La
Práctica de la antigua masonería Turca". Una edición de este libro, traducida
directamente del alemán por mi persona, ha sido publicada este año por Aurea
Catena Editores.
[13] Rudolf von Sebottendorf, Bevor
Hitler Kam, pág. 40
[14] Se ha especulado mucho, a partir de las Visiones de Agnes del
Lacio, recogidas por Gabriel Grenze en Las
Enseñanzas de Urur, que esos otros dos miembros fueron Hermann Hoffmann
(1875-1955), futuro iniciador de las Wandervögel y Max Ferdinandt Sebaldt von
Werth (1859–1916), autor, entre otros libros de Genesis y Wanidis.