Por Hyranio Garbho
Al Señor Carson Obendorfer,
quien motivó que
escribiera sobre estos asuntos
Hace un tiempo atrás uno de mis contactos en redes sociales sugirió la posibilidad que la Obra de Miguel Serrano estuviera inspirada en la tradición bosquiana. Se amparaba para ello en un artículo publicado hace algunos años atrás por mi amigo y camarada Ariel Perelmann. Debo confesar que antes de esa publicación jamás me importó mucho indagar sobre ese asunto. Mucha gente me lo preguntó muchas veces. Pero entonces nunca vi la relevancia ni la necesidad de resolverlo. El Post de Obendorfer, a quien no conozco personalmente, reavivó en mí la duda sobre estas materias. Y contrario sensu a lo que había sido hasta ahora mi conducta general sobre el tema, ésta vez sí creí necesario pronunciarme sobre la relación o vínculo que existió entre el bosquianismo y don Miguel Serrano.
Para
decirlo en pocas palabras y en interés que nadie se mueva posteriormente a
confusión valga aclarar de entrada que don Miguel, hasta donde yo puedo
certificarlo, no fue bosquiano. ¿Conoció
algo sobre la filosofía del bosque?
Hasta donde yo puedo decirlo sé que se enteró por nuestro propio
testimonio de la existencia de grupos y comunidades que abrazaban esta filosofía. De hecho, hace poco más de diez años,
personalmente, conduje a un grupo de muchachos bosquianos a conocerle. La anécdota ha sido relatada por mi infinidad
de veces en otras partes. Pero más allá
de eso, hasta la fecha, nunca pude persuadirme de que don Miguel conociera más
del bosquianismo que lo que nosotros mismos (Perelmann, van Drakk y otros)
habláramos con él en su oportunidad.
Hace
poco retomé el contacto con uno de mis antiguos maestros que lo conociera y lo
tratara más personal y cercanamente. Me
vino a la mente la sugerencia de Oberndorfer y le pregunté: "¿Sabe usted
algo acerca de si don Miguel conoció de fondo la filosofía bosquiana y ésta le
influenció en algún modo?". La
respuesta de mi Maestro fue categórica.
"No, no lo sé... pero no dejan de ser curioso en él ciertas asuntos
que sólo un bosquiano podría haberlos conocido". ¿Cuáles son esos misteriosos asuntos? He aquí que paso a detallar cuestiones
mistéricas, hasta hoy privativas de la comunidad bosquiana, que sugieren
peligrosamente un vínculo entre don Miguel y nuestra filosofía, más allá de lo
que nosotros estuvimos en condiciones de advertir en su momento. Aclaro, de entrada, que el que sigue será un
terreno puro de la especulación. Y que
las cosas que adelanto aquí no deben abandonar nunca el territorio de lo
probable, lo posible, lo sugestivo.
1. El tema
de Elella y el Amor Mágico.
En
las Bodas de Arkhana, la Biblia Bosquiana, se puede leer lo que sigue:
"Antes
del inicio de todo fue NOTH, el Destino.
Luego NOTH se desdobló y así surgió EH.
EH era el doble de NOTH, la materialización de su astral, su
espejo. NOTH era invisible y EH era visible. Pero NOTH tenía también una parte visible;
del mismo modo que EH tenía una parte invisible. NOTH y EH contrajeron nupcias (he allí las
Bodas de Arkhanen); y aquello fue el comienzo de la manifestación".
Para quienes hemos seguido la obra secreta de don Miguel Serrano, la interpretación en clave esotérica de lo que él expusiera en forma exotérica y pública, no cabe duda alguna, ni asombro, ni margen de error, respecto de la relación que une este pasaje de Las Bodas de Arkhanen con su idea del Elella (y posteriormente su idea del NOS) magistralmente expuestas en sus libros del Amor Mágico y la Resurrección. Las Bodas de Arkhanen, el NOTHEH de la nupcia que anuncia la manifestación (la proyección del astral del otro plano, del universo paralelo en este universo), es el Elella del Amor Mágico de Serrano. NOTHEH, Noth y Eh, es ELELLA, El y Ella. Esto se ilumina todavía más y mejor si atendemos a este otro pasaje extraído también de Las Bodas de Arkhanen:
Para quienes hemos seguido la obra secreta de don Miguel Serrano, la interpretación en clave esotérica de lo que él expusiera en forma exotérica y pública, no cabe duda alguna, ni asombro, ni margen de error, respecto de la relación que une este pasaje de Las Bodas de Arkhanen con su idea del Elella (y posteriormente su idea del NOS) magistralmente expuestas en sus libros del Amor Mágico y la Resurrección. Las Bodas de Arkhanen, el NOTHEH de la nupcia que anuncia la manifestación (la proyección del astral del otro plano, del universo paralelo en este universo), es el Elella del Amor Mágico de Serrano. NOTHEH, Noth y Eh, es ELELLA, El y Ella. Esto se ilumina todavía más y mejor si atendemos a este otro pasaje extraído también de Las Bodas de Arkhanen:
"NOTH
y EH tuvieron dos hijos, según que se dejaran ver o que se ocultaran. HAG nació de la luz que se dejó ver. GIB, de la luz que se ocultó. GIB vino al mundo antes que HAG, pues la
oscuridad siempre fue anterior a la luz -mas lo que es oscuro (de verdad)
siempre busca la luz. De GIB surgió la
raza de los Gotten; HAG fue el padre de los Haggen".
HAG
y GIB son NOS en su aspecto visible e invisible (manifestado e
inmanifestado). En esencia la obra de
Serrano plantea, en este punto, lo mismo que las Bodas de Arkhanen y la
filosofía bosquiana. Serrano buscó darle
nombres castellanos (Elella= El y Ella; Nos = Nosotros) a esta realidad
inefable que en las Bodas de Arkhanen se presenta bajo el ropaje del símbolo
rúnico y la lengua kálica de los orígenes.
Pero en esencia se trata de lo mismo -aunque, por cierto, de un modo
mucho más profundo y complejo que lo que puedo presentarlo acá. Este es el primer dato que pongo a
disposición para tentar un posible paralelo entre la obra de Serrano y la
filosofía bosquiana.
2. Sigman,
el nombre iniciático de Serrano.
De
antaño es costumbre en la filosofía bosquiana, por lo menos para aquellos
iniciados en el Segundo y Tercer Grado de la Tradición, adoptar un nombre
rúnico o kálico. Ese nombre puede surgir
tomando en consideración un aspecto del iniciado, o ser sencillamente las
iniciales del nombre civil de éste. Por
ejemplo, si un iniciado considerase que dos atributos cualesquiera como el
"valor" y la "palabra" son representativos de lo que él es,
puede reclamar para sí, para su nombre, las runas respectivas que representan
estos dos atributos. En el caso que
ponemos, estas runas son la runa TYR representativa del Valor, la Valentía; y
la runa OS, representativa de la Palabra, la elocuencia, el arte de saber
hablar. Así, el futuro iniciado podrá
llamarse así mismo OSTYR, que significa que "tiene valor" y que
"sabe hacer uso de la palabra".
El
nombre iniciático de don Miguel era Sigman.
Esto me lo confesó mi Maestro.
Sigman resulta de la combinación de las runas SIG y MAN y significa el
"Triunfo del Hombre". Pero don Miguel Serrano eligió ese nombre
iniciático no exclusivamente por este significado, sino, más bien, porque estas
runas representan las iniciales de su nombre civil. SIG, cuyo valor literal es "S"
representa su apellido "Serrano"; y MAN, cuyo valor literal es
"M" representa su nombre "Miguel".
El
nombre Miguel Serrano fue siempre significativo para don Miguel. En el Último Avatara hace algunas referencias
a esto, cuando dice que su nombre "Serrano", significa "de las
Sierras", esto es, de la Tierras con Cumbres, Montes, Cerros y
Montañas.
La
SIGMAN no es una runa, es una Kala. Las
Kalas son Iroglif que, en cuanto sistema de escritura, son incluso anteriores a
las Runas. Entre las tradiciones
herméticas conocidas sólo la tradición bosquiana ha utilizado kalas. Es cierto que los ariosofistas, muy
emparentados con el bosquianismo, también utilizaron kalas, pero lo hicieron
muy esotérica y limitadamente.
La
utilización, por parte de don Miguel, de una "kala" para representar
su nombre difícilmente le pudo haber llegado de otra parte que no fuera la
tradición bosquiana. Y por eso, dejo en
consideración de todos este segundo dato que ilumina todavía más cuál pudo
haber sido el vínculo secreto entre don Miguel y el bosquianismo.
3. El
Misterio del Doppelgänger
No
insistiré mucho sobre este punto, toda vez que creo haberlo tratado in extenso en otro artículo sobre el
Enigma de Rudolf Hess. Sólo añadiré aquí
que la leyenda del duplicado de Hess partió de las comunidades bosquianas y que
sólo pudo haber sido de éstas que don Miguel extrajera la noticia. Es cierto que en su libro dedicado al tema,
don Miguel cita dos fuentes bibliográficas autónomas, pero no es menos cierto,
también, que al final del asunto, sus noticias sobre la posibilidad alemana de
duplicar seres humanos arranca de una información proveída a él, en 1966, una
fría noche de Austria, por un supuesto ingeniero de las armas secretas de
Hitler.
He
dicho en otras partes que ese "supuesto" ingeniero no pudo ser otro
que Alexander Langsdorff, que no era "ingeniero", sino
"arqueólogo", y que la información que proveyó a Serrano no fue la de
la duplicación material de los individuos, sino otra muy distinta, nacida de
una ciencia y un conocimiento todavía superior, en la que la duplicación se
entiende como una proyección natural del astral en este plano, lo que incide en
una réplica idéntica de sí -réplica todavía más auténtica que el original.
Con
todo, posible o no, real o ficticio, lo que está en juego aquí es de dónde
obtuvo Miguel Serrano esa información. No
pudo ser del libro de Hugh Thomas El
Asesinato de Rudolf Hess porque allí no se habla jamás ni de duplicación,
ni de proyección del astral. El libro de
Thomas insiste en la tesis del plagio.
Según él, el verdadero Hess fue asesinado y plagiado antes incluso de
abordar su monomotor con destino a Escocia.
Todo habría sido el resultado, finalmente, de una peripecia conspirativa
nazi.
La
otra fuente de don Miguel, el libro de Picknett, Prince y Prior, publicado en
2002, aunque sí habla de la duplicación, sitúa ésta como el prodigio o
resultado del genio inglés (mezclado, eso sí, con ingenieros alemanes,
ingenieros "anti-hitleristas" alemanes), y no vio la luz sino sólo a
comienzos del siglo XXI. Ahora, quienes
conocimos a don Miguel, sabemos que éste había incubado la idea de la
duplicación de Hess mucho antes de la aparición de este libro; y no sólo del
duplicado de Hess, también el de Hitler, Bormann, y cuantos otros. Por lo que, aunque culminó hablando de
"duplicados" en la línea de lo planteado por Picknett, Prince y Prior,
la idea la extrajo mucho tiempo antes y arranca de su encuentro original con
Langsdorff -el supuesto quiosquero- esa fría noche de Austria.
4. Los Servi
et Ancillæ Atlantis, los Esclavos de la Atlántida
En
las Bodas de Arkhanen se narra una historia curiosa. El "Hombre" (el "aryo" o
"ario" renacido) es un Homo Stellarvm, esto es, un Hombre de las
Estrellas. Llegado a estos confines del
universo y en posesión de la ciencia de la duplicación (la misma que Serrano
imputa a los alemanes) fabricaron duplicados humanos perfectos, dotados de
inteligencia y razón, pero no de alma (ni de espíritu) para que se aplicaran a
las labores domésticas. Eran robot
biológicos que en las Bodas de Arkhanen reciben el nombre de Sklaven der Insel (Esclavos de la
Isla). Son los Esclavos de Thule que
Serrano llamaba los Esclavos de Atlántida.
No era ésta una expresión alegórica o simbólica. Era una expresión literal. Hubo esclavos en la Atlántida y éstos fueron
creados a imagen y semejanza del hombre.
"Semejanza" quiere decir allí que no eran iguales, sino
"parecidos". No eran
"iguales" pues les faltaba el "alma" -en lenguaje
bosquiano, les faltaba "äthion", o lo que Jörg Lanz llamaba
"Elektron" divino. Pero he
aquí que sucedió algo trágico. Los
arkhanen, deslumbrados por la belleza de estas creaturas de los hombres pecaron
con ellas (se mezclaron con ellas), y de allí surgieron los humanos, mitad
arkhanen (divinos), mitad robot biológicos (Seres sin alma, sin äthion, sin
Elektron Divino; en una palabra Seres Elementales -Elementarwesen).
Una
historia similar nos viene narrada en el libro de Enoc, en el capítulo sobre la
rebelión de los ángeles. Los ángeles
miraron hacia la tierra y vieron a las hijas de los hombres y yacieron con
ellas. En el marco de las Bodas de
Arkhanen constituye éste un pecado racial.
Los nacidos de ello, los humanos, sólo pueden alcanzar su divinidad
estropeada por la mixtura en la iniciación.
El primero en lograrlo es un avatar de Mundelfori llamado Aryo (quien
renace en la palabra -el verbo). Pero
hay seres cuya composición telúrica pesa más que su composición divina,
äthionica. Son los que Serrano llama
descendientes de los esclavos de la Atlántida.
Pero ¿de dónde sacó Serrano esta idea? ¿De dónde advino a él? Fuera de Jörg Lanz, para quien Aryo es
Cristo, no conozco ninguna otra tradición que no sea la bosquiana que narre
estos hechos de este modo, y que se sirva de la misma expresión. La idea de los Elementarwesen, de los seres
sin äthion que pueblan la Thule de los orígenes, creados a imagen y semejanza
del hombre, es una idea bosquiana. De
hecho Jörg Lanz la tomó precisamente de su vínculo con los miembros de la
Sociedad List, entre quienes se contaba Ernst Lauterer, el iniciador del
bosquinismo visible.
Estos
cuatro puntos tratados aquí, en interés de hacer luces sobre el vínculo que
pudo unir a Serrano con la filosofía del bosque, son sólo algunos de las
múltiples conexiones que realmente existen entre este maestro chileno y la
tradición bosquiana. La verdad de esta
relación no se agota en ellos y da para muchas otras reflexiones. En lo que a mi respecta, espero haber
contribuido con esto a iluminar las dudas de todos quienes no tenían claro, y
no lo han tenido hasta ahora, el marco de las influencias mutuas que pudieron
determinar una obra y otra. Queda, para
la posteridad, indicar un camino todavía más lúcido y definitivo.
NOTA APARTE:
NOTA APARTE:
**La doble NOTH (o duplicación de Noth en el otro plano del acontecer) se refleja en este plano -es decir, tiene su correlato en esta dimensión- en la doble EH (o duplicación de la Eh en este plano). Es por ello que el Templo de la Nueva Thule supone un Sol Interior o Sol Negro (Schwarzsonne) rodeando una doble EH, en señal del Reino de Thule que deberá surgir en este mundo, en el dominio de esta realidad.